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Capitulo siete: De eso se trata.
Creo que necesito un reloj Muggle, porque no se con exactitud qué hora es. Supongo que ya espere mucho a quién sería mi pareja. Angelina me ha dejado plantado.
Ahora tengo que alimentar a los Hipogrifos yo solo.
Tomó la caja que está llena de mapaches y demás animales muertos, que Hagrid a dejado cerca del corral donde un par de Hipogrifos están esperando a ser alimentados. Según escuché, uno pronto se lo llevarán a otro habitad. Es una lástima que el otro se tenga que quedar solo aquí. Ahora, tomando en cuenta que son en efecto animales peligrosos, no estoy seguro de cómo deba darles de comer. ¿Será mejor si solo lo lanzó y lo dejo caer? ¿Se los doy en la boca? ¿Quien creyó que esto sería buena idea?
Lanzó con lentitud el primer mapache pero pesa tanto que lo he vuelto a dejar en la caja. Esto parece imposible sin un compañero.
Vuelve a intentarlo, vuelve a intentarlo...
-¿Qué haces? -Pregunta una voz femenina. Tiro con brusquedad el mapache que vuelve a la caja.
Estoy Molesto.
Volteó para ver a la chica que está atrás de mi.
Es Mae.
Ya no estoy molesto.
-¡Mae! -Exclamo con alegría. Ella se acerca lentamente y deja su bolso a un lado del mío.
-Disculpa la tardanza. Ange me dijo esta mañana, pero tuve clase de música Muggle -Se excuso la castaña cansada -Luego me quedé hablando con Alya Baker y se me ha olvidado por completo.
Debo de lucir radiante en este momento, pero lo mejor será no parecer fanático obsesionado.
-No te preocupes, has llegado. Eso es lo que importa.
-¿En qué necesitas ayuda? -Dice arremangando su túnica negra.
-Entre los dos debemos cargar el alimento. Quise hacerlo solo, pero son muy pesados, ya muertos -Le doy una sonrisa tierna, espero que se vea cómo eso.
-Me parece buena idea.
Ella se acerca y mira la caja, ambos tomamos el primer cadáver y aunque yo puse mayor esfuerzo, logramos tirar la comida de uno, así sucesivamente.
Para aclarar, era tan reconfortante su cercanía. Era cálida y me daba nervios rosar sus manos, incluso me ponía rojo como tomate, pero no sé. Es una sensación extraña.
Aunque rezó por Helga Hufflepuff que no haya visto mi manera extraña de actuar.
-Ya casi terminamos, hay que esperar a que ingieran todo. -Habla con felicidad, mientras se recargaba en uno de los soportes de madera.
Tengo que decir algo, Cedric di algo.
-Tu... -Comence, ella voltea a verme y me pongo más nervioso. Ya no sé qué decir -¿Vas a clase Música Muggle? No sabía que existía eso.
