Capitulo 6

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"El trato imposible"

Un escalofrío recorrió a Sango al pensar en la sacerdotisa Kikyo, y en la charla aquella noche en que se perdió en el bosque… Le había dicho a aquella mujer que sí cumpliría con entregarle el mensaje a Inuyasha. Pero en realidad nunca había tenido la intención de decir nada a nadie, desde el principio había pensado reservarse aquella conversación para sí misma; esperaba con ello evitarle un sufrimiento a Ahome, pero en el fondo sabía perfectamente que al quedarse callada no evitaría sufrimiento alguno a nadie, pues de no decírselo ella, Kikyo lo haría. Fue mientras hacía estas reflexiones, cuando por primera vez Sango consideró la posibilidad de hablar con Inuyasha al respecto. La exterminadora también se daba cuenta de que de haber existido una ocasión para revelar un secreto a una persona, ese seria el momento adecuado. Sango volteó a su izquierda para ver a Inuyasha que caminaba a su lado. Pensó que si dejaba pasar la oportunidad seria muy difícil encontrar momento mas propició que aquel para hablarle de Kikyo…

Dudó.

Después de un momento, Inuyasha también la volteó a ver a ella, en esta ocasión no apartó la vista de él. Aún entre la oscuridad de la noche y la espesura del bosque podía distinguir claramente sus ojos dorados y el verse reflejada en ellos solo hizo mas pronunciada su vacilación. ¿Cómo reaccionaría él? ¿Trataría de buscar a esa mujer? ¿Se enojaría con ella por no habérselo dicho antes? Y entonces notó que le temía a su reacción… "Que tonta soy"… Sabía que tenía que decírselo; sabía que tenía que reunir el coraje, lo que no sabía que era lo que dentro de ella le obligaba a frenarse. Paró en seco e Inuyasha dejó de caminar también.

- Inuyasha… -Se lo tenía que decir, por que había dado su palabra, tenía que decírselo por que era lo correcto, por que era ella la que había dicho que no era de las que ocultan cosas a sus amigos, ¿cierto? se mordió el labio inferior, sin apartar su vista de él.

Él la escuchaba, pero como Sango simplemente no terminaba la frase…

- ¿Qué? –preguntó casi bruscamente, lo cual no era su intención

Sango lo miró solo por un segundo más. Al ver su rostro interrogante no pudo evitar sentir como si un torbellino de ideas pasara por su mente a toda velocidad.

- eh… Nada –los nervios se habían apoderado de ella… No podía hacerlo, no lo haría. Y trato de seguir su camino como si nada, pero sentía como algo pesaba dentro de sí.

Inuyasha pensó que se había molestado, así que fue tras ella muy desconcertado, casi irritado. Cuando creía haber comenzado a entender a la exterminadora, todo se giraba al revés y se volvía nuevamente confusión ¿Qué pasaba con ella? ¿Acaso no podía permanecer dos segundos con un ánimo estable?

- Anda, Sango. Tienes que decirme lo que sea que quisieras decirme, no puedes dejarme con la duda –demandó Inuyasha, caminando nuevamente a su lado

- En realidad no era nada importante –dijo sin mirarle. Temía que si le daba la cara leería en sus ojos lo que le ocultaba… Pero olvidaba algo; no había humano, demonio o hibrido menos intuitivo que quien caminaba a su lado.

- Y si no es nada importante, ¿qué te cuesta decírmelo?

- Pues nada, pero… -trataba de caminar rápido, pero los estúpidos árboles estaban muy juntos y le costaba esquivarlos

- ¿Entonces?

- ¿Entonces, qué? –preguntó evadiéndolo

Amor complicado Inuyasha X Sango Donde viven las historias. Descúbrelo ahora