Capitulo 7

2.1K 149 26
                                    

H E R O

Cierro la puerta de mi habitación sin volver a pasar por la fiesta. Después de dejar a la rubia en su cama lo que menos quiero es colocarme y ponerme ciego otra vez. Hasta hace 5 días te lo pediría hasta por favor.

Será que me estoy volviendo un puto psicótico. Dejo las llaves en la mesa y por suerte Sam no está y sigue perreando junto a Innana.

Me quito la camiseta y voy hasta mi estantería, donde reposan todos mis libros; rápidamente busco con la mirada un libro en concreto, e impaciente agarro Orgullo y prejuicio, busco las marcas que le he puesto a las páginas marcando mis partes favoritas y leo partes;

-He sido egoísta toda mi vida, en la práctica, más no en la teoría. –Sr. Darcy.

-Es mejor saber tan poco como sea posible de los defectos de la persona con la que estás a punto de pasar tu vida. –Charlotte Lucas.

-Son pocas las personas que en verdad amo, y aún menos de las que pienso bien. –Elizabeth Bennet.

Y, con ansias mis ojos leen veloces las líneas hasta llegar a la cita que tanto quería leer y que de memoria me sé;

-He estado meditando en el gran placer que un par de espléndidos ojos en la cara de una mujer hermosa puede otorgarle. –Sr. Darcy.

Aprieto mi mandíbula y agarro con fuerzas las tapas del libro, lo cierro de golpe y lo tiro al suelo. Voy hasta mi armario y cojo una sudadera negra, me la pongo y con la capucha puesta, agarro de nuevo el libro, abro la puerta, y decidido la cierro saliendo enfadado conmigo mismo.

Camino rápido por los pasillos y cruzo por ellos con el libro en mis manos, al dar una curva, me cruzo con la última persona que deseaba ver ahora mismo.

Innana, con un vaso en la mano y las pupilas dilatadas me sonríe al chocar contra mi pecho. Ella levanta las cejas e inspecciona mis facciones faciales, pasa de mis ojos a mis labios, mientras sonríe, pero luego baja la mirada hasta mi mano y mira el libro, frunce el ceño y vuelve a mirarme.

- Ni siquiera voy a preguntarte que coño has estado haciendo, por qué ya lo sé -sonríe y se acerca más a mi, y posa su mano en mi nuca.- Sé que andabas con la mojigata esa, sabes que me la suda Hero -sin previo aviso comienza a besar mi cuello y a mover y pegar su cadera con mi cintura, poso la mano que tengo libre en su culo y lo aprieto desatando las ganas de follarmela aquí mismo- Vamos..., lo estás deseando -musita.

Rápidamente, suelto el libro lanzándolo contra la pared y cojo sus piernas haciendo que me rodee con ellas y empiezo a besar sus labios con deseo animal. Mis piernas van como por inercia de vuelta a mi cuarto, y al entrar, le tiro a la cama, Innana se da la vuelva y pone su culo en pompa.

Me saco la sudadera y ella se baja los shorts, me mira y se acerca. Me besa y agarra mi mano, la posa en la tira de su tanga y se pasa la lengua por los labios provocando todos mis sentidos a ponerla como ambos queremos. Bajo su ropa interior y coqueta se tumba, me subo a la cama y entro en ella jadeando. Ella gime y se pasa las manos por el pelo a medida que la envisto llenándola de placer.

El calor que siento me recuerda que la única que me pone así es Inna, la única que hace que mi polla la extrañe es Inna, y en quien pienso ahora mismo al follarmela no es otra que Inna. Eliminando el fugaz deseo de hace 5 minutos de Josephine.










Despierto de mi profundo sueño cuando escucho que alguien llama a la puerta. Me revuelvo en mi cama y noto a Innana a mi izquierda, maldigo para mis adentros y me deshago de su agarre sin miedo a despertarla. Que se vaya cuanto antes.

Doy dos pasos y mi reflejo en el espejo hace que me pare, y veo que estoy desnudo, por lo que me pongo el bóxer y voy hasta la puerta, la abro y al soltar la tira elástica de mi ropa interior ahogo un grito.

Josephine está delante mío con un libro en las manos. Parpadeo un par de veces y miro sus ojos, ella baja la mirada hasta mi única prenda y se muerde el interior de la mejilla al instante. Esta incomoda.

Observó durante unos segundos su expresión corporal y abre la boca pero no dice nada, su labio inferior tiembla ligeramente.

Decido cortar el silencio.

- ¿Que quieres? -suelto subiendo la cabeza.

- Bueno, -sonríe incomoda- venía a darte las gracias por llevarme hasta mi habitación anoche, podrías haber hecho cualquier cosa, pero... -le corto.

- No eres mi tipo, además, no le tocó un pelo a las mujeres, mientras que ellas no quieran...- musito levantando la ceja.

Ella traga saliva sin dejar de mirarme y sonrío pícaro soltando una pequeña risa.

- Eh, si, gracias, bueno, cuando venia he visto en el suelo un libro y he pensado que sería tuyo -afirma y se destensa.

Y de pronto escucho una respiración forzada a mis espaldas y al instante me temo lo peor. Inna me abraza por detrás de repente y Josephine cambia por completo su cara al verla. Da un paso atrás sin querer.

- Buenos días, Jo -le nombra por su apodo y apretó los dientes- aunque bueno, nos has despertado -dice con su cara de bad bitch.

Odio con creces esa cara que pone. Y cuando parece que Jo va a hablar, le corto de nuevo.

- Pues no, no es mío rubia, ¿algo más? -miento.

Ella parpadea y retrocede asintiendo con la cabeza rápidamente, entonces da media vuelva y se va por el pasillo. Entonces veo que los leggins que lleva puestos le sientan de maravilla, me atrevería a decir que mejor que a la chica con la que he pasado la noche.










Nuevo capítulo de Prófugos.
Espero que os guste, comenta y deja tu lindo voto.

Nos leemos en el próximo capítulo.
—Carlishu.🖤

Prófugos | Hero FiennesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora