Capitulo 3

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H E R O

Me duele la cabeza y huelo a maria nada más abrir los ojos. Me los froto e intento ubicarme.
Al mirar donde estoy, veo que no tengo la ropa puesta, estoy en casa de Innana.

Salgo de la cama y miro a mi lado, está ella únicamente con un tenga Calvin Klein puesto. Mis bóxers están el los pies de la cama y me visto lo más rápido que puedo. Miro el reloj que le robé a un gilipollas en otro día y veo que son ya las 10 am.

Me voy al baño y veo que tengo un enorme chupeton en el cuello, lo toco y gruño. Me duele, pero aún así me río.

Si no puedo dejar de reírme, ¿sigo colocado?
Anoche salí con estos y si no hubiera venido Innana, hubiera acabado más drogado de lo que acabé.

Salgo del apartamento y antes de subirme a la moto, me enciendo un cigarrillo.
Mi móvil vibra y al mirar la pantalla veo que es Swen.

- Dime -contesto dándo otra calada.

- Súbete a la moto y vente para el aeropuerto, te espero en la puerta -dice rápido y veo por dónde va.

- Hecho, ¿alguien en concreto? -pregunto tirando el piti.

Cuando de atracos se trata, Swen siempre me llama. Y hace bastante que no íbamos al aeropuerto a engañar a algún guiri.

- No, un vuelo de pijos desde Irlanda. Me han dicho que hay pasta -dice y cuelgo.

Me subo a la moto y me pongo el casco, pero escucho que alguien me llama desde una ventana. Miro hacia arriba y es Innana, recién levantada.

- ¡Hero! -grita con una sonrisa pícara- ¿Te veo esta noche? -pregunta y sé que se refiere a las noches de la fraternidad.

Asiento y sonrío, aunque no pueda hacerlo. El comienzo del verano y las vacaciones han empezado hace un par de días, y no pienso hacer nada más que tocarme los huevos y pillarme pedos descomunales. Fumado día y noche y sin importarme lo que mi padre pueda decirme.






Aparco lejos del resto de coches y me pongo las gafas de sol, me bajo y espero a Swen. Me saco un porro del bolsillo pero veo a la policía en la esquina del aeropuerto, y vuelvo a guardarlo.
Veo que Swen está en la puerta mirando impaciente. Me acerco hasta él y le doy una plasmada en la espalda.

- Ya era hora cabrón -músita mientras se ríe y entramos dentro- Sígueme, están a punto de aterrizar y sé exactamente quiénes son -finaliza.

Saca el móvil del bolsillo trasero de sus vaqueros y me enseña una foto de dos chicas, una de ellas me llama la atención especialmente.

- Son crías -digo un tanto preocupado.

Él se ríe y guarda el móvil. Me mira a los ojos y habla.

- Tienen pasta Hero, eso es lo importante -dice y se ríe, pero mantiene la mirada fija en mis ojos.

Sonrío de nuevo y me meto las manos en los bolsillos de la chaqueta. Las mierdas de Swen siempre me ponen de los nervios. Pero siempre acabo pillando algo bueno de todo esto.

Nos paramos delante de la salida donde deberían salir todos los pasajeros, me siento y el queda de pie. Observa mientras yo juego con mi mechero.

Tras 15 minutos hasta la polla de esperar, las personas comienzan a salir y veo que Swen me hace un gesto con la cabeza para que me acerque.
Se acerca a mi oído y me susurra el plan;

- Acércate a la rubia y trata de llevártela a los baños... -dice y frunzo el ceño- Llévate su maleta y sácale todo lo que puedas que lleve encima, es una niña rica- asiento.

Juego con el piercing de mi labio y me cruzo de brazos, separándome de él en cuanto veo los ojos de la chica. Es rubia y lleva una maleta enorme. La chica que va a su lado le habla pero ella solo escucha la música de sus auriculares. Me río.

Miro a Swen y a continuación me acerco a ellas. Me quito la chaqueta y me quedo en camiseta negra, cojo uno de mis auriculares y vuelvo a ponerme las gafas de sol.

- Disculpen, ¿su vuelvo era el B-32 destino Londres, cierto? -trato de ponerme lo más serio posible.

Amabas asienten y la rubia se quita los auriculares para mirar mis tatuajes. Sin embargo, veo que sus mejillas se tornan rojas ligeramente.

- Necesitamos que ella venga unos minutos a recepción, en el check-in me han comunicado que hubo un problema con su equipaje -musito y le miro.

- Claro ve, Jo, te espero en la cafetería -dice la morena y me sonríe, a lo que yo avanzo asegurándome de que ella me sigue.

Hacerme pasar por segurata no ha sido tan complicado, por lo visto. Miro hacia atrás un segundo y le veo algo asustada, miro hacia alante de nuevo y sonrío.

Menudas tetas.

Pienso, y llegamos hasta los baños. Nos paramos y busco algo que decirle.

- ¿Te apetece divertirte, muñeca? -susurro acorralando su cuerpo contra la pared, donde las cámaras no llegan.

Su rostro cambia radicalmente por uno de sorpresa, y temo que seas una de esas pijas mojigatas que no follan en la primera cita.

No le da tiempo a hablar porque agarro su rostro y beso sus labios rápidamente. El sabor a tabaco se mezcla con uno a menta, y huelo una vainilla perfecta, desde su cuello.

Ella posa sus manos en mi pecho, tratando de apartarme, pero solo hago más que besarle y ella comienza a seguirme el beso. Cojo su cintura y ella gime.

Sonrio, esto va a ser más fácil de lo que creía.








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Tercer capítulo de Prófugos.
Espero que os guste. Os quiero.

• Carlishu 🖤

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Prófugos | Hero FiennesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora