Capitulo 6

2.4K 163 25
                                    

H E R O

Parpadeo un par de veces para asegurarme de que no es la maria la que hace que vea a esta chica delante mío, cortándome el polvo.

Inna observa con cara de asco a la chica del aeropuerto y se aparta de mi lado para ponerse delante de ella.

Veo como la rubia abre los ojos sorprendida por el movimiento de Innana y da un paso hacia atrás cerrando sin querer la puerta, de espaldas a ella me mira, conectó con sus ojos y de una extraña forma me ponen nervioso sin dejar de clavarse en mis pupilas.
Vacilo mirando sus labios cuando ella hace lo mismo, noto que apretar sus puños y yo sigo sentado en la cama ensimismado con ella. Cuando de pronto mi amiga y casi polvo nocturno le agarra la cara y se le acerca, causando que la rubia intente separarse.

- Escúchame, puta niñata, no sé quién coño eres -le observa de arriba abajo sin soltarle- Pero íbamos a follar -sonríe cínica- Así que pírate.

Me levanto y me acerco a ellas, quitando a Inna de ella, haciendo que le suelte.

- Ya vale Inna, ahora se va, y continuamos -afirmo y miro a la rubia.

Pero ni mucho menos es tan tinta como para irse sin lo que es suyo.

La rubia da un par de pasos y se cruza de brazos, poniéndose delante mío y mirándome como antes, sin vacilar.

- Eres un puto demente, y un ladrón, dame lo que me has robado o llamaré a la policia -espeta de repente haciendo que Inna suba las cejas y sonría.

Pero jugar con la mojigata no estaría nada mal. Me acerco mucho más a ella viendo lo baja que es y sin dejar de mirar sus ojos.

- ¿Ah, si? ¿Con que móvil? -cuando se da cuenta de que también lo tengo yo, se muerde el labio inferior y aprieta la mandíbula- Pobre niña de papá, no llores porque alguien te ha quitado tu querido IPhone, eh -Inna ríe y yo también.

- ¿Quien coño te crees? -dice con cara de asco y entonces empuja mi pecho sin apenas moverme pero haciendo que yo agarre sus muñecas y las vea desnudas.

Freno cuando por un segundo las miro y veo cicatrices, al igual que ahora sin titubeos me fijo en su cuello y veo las mismas marcas, sus muñecas con rojeces y sus dedos aún morados, como si no hubiera sangre en ellos. Ella tiembla y me mira, pero en estos momentos su mirada no era como la de antes, ahora es con miedo.

¿Miedo?

Pero no dije nada, Innana no deja de reír y yo no dejo de observar cada facción de su cara con plena calma. Serio, le suelto las muñecas tras ver sus ojos azules, esta vez algo gríses y como un gato asustado.

Me aparto y en seguida se abraza a si misma con fuerza y alejándose aún más de ambos.

- Innana, vete -le ordenó sin dejar de mirar a la rubia, ella no se mueve y lo grito- ¡Qué te vayas, ostia!

Ella da un portazo subiéndose el pequeño top que lleva puesto y la rubia de pronto se mueve para agarrar el pomo y salir también, pero ella corre.
Y no dejaré que se vaya, así que salgo tras ella.

Cuando la música y la combinación de olores me azota en la cara, tardó un segundo en volver a la puta realidad de que esto es una fiesta y yo he estado metido ahí más de lo que creía.

Bajo las escaleras en su busca y solo veo que sale por la puerta principal.

¿Donde coño va a ir a las putas dos de la madrugada?

- ¡Eh, para! -gritó, pero veo que no para.

Salgo y corro todo lo que puedo, viendo su pelo moverse con el flojo viento que corre a estas horas. Le veo correr hasta fuera del campus, dirigiéndose hasta el bosque de enfrente, y voy más rápido.
No voy a dejar que de meta ahí.

Cuando casi le alcanzo, y estoy a punto de agarrarle y que pare, tropieza con una rama y cae al suelo quedando inconsciente.










J O S E P H I N E

Abro los ojos por un ligero olor a café recién hecho y al querer moverme noto que mi cabeza arde, y dirijo mi mano hasta ella, notando una venda empapada. Me asusto por una milésima de segundo pero veo que estoy en mi nuevo apartamento en él campus.

Veo a mi hermana con una simple camiseta larga preparando el desayuno y cuando gruño por el dolor de cabeza ella nota que he despertado.

- ¡Josephine! -bebe un sorbo de su taza y se acerca hasta mi cama agachándose y algo alarmada- ¿Como estás? ¿Te duele? -pregunta y señala mi cabeza, yo me siento en la cama y me toco.

- Si, dios... me duele, ¿que-qué coño ha pasado? -preguntó mirando sus ojos y al ver el tono marrón de mi hermana, me viene un flashback de anoche de unos ojos, y no precisamente de los de mi hermana.

Cath se ríe y pone su mano en mi pierna, veo que está también tiene algún rasguño.

- ¿No recuerdas a Hero? -pregunta y ese nombre retumba en mi cabeza, pero niego- Él te trajo aquí y dijo que te habías pasado bebiendo, estabas inconsciente y con un golpe en la cabeza, de hecho, eso de ahí también lo trajo -dice señalando mi maleta y llendo de nuevo a la cocina a coger el teléfono y contestar una llamada.

Atónita, me levanto de la cama y veo que llevo una sudadera que no es mía. Me acerco hasta la maleta y veo que está perfecta, y mi móvil también.

Meto mi mano en el bolsillo de la sudadera y noto un papel.

Lo saco y leo.

'He estado meditando en el gran placer que un par de espléndidos ojos en la cara de una mujer hermosa puede otorgarle.'

Y reconozco al instante la cita literaria de Orgullo y prejuicio. Mi puto libro preferido.














Nuevo capítulo de Prófugos.
Espero que os guste, comenta y deja tu lindo voto.

Nos leemos en el próximo capítulo.
—Carlishu.🖤

Prófugos | Hero FiennesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora