DIRTY HABITS ✰ GGUKGI V/S TAEGI | 국기

2.03 CELEBRATION + SURPRISE!

¡ ADVERTENCIA !
- Capítulo largo (+9100 )

Leyendo entre líneas silenciosas, palabras mudas y ahuecadas, y también entre ondas que viajaban junto al viento. Se le hacía imposible no reflexionar en las mañanas, cuando el frío y los susurros de la brisa eran su única compañía en el parque cercano a su zona residencial. Desde el inicio de pequeños acontecimientos que se iba agrandando a su vida sin invitación no podía evitar pensar de sobremanera todo aquello que le llegaba a ocurrir. Comenzando por cómo había tenido la suerte de terminar en la final del concurso más importante del momento; siendo este evento un intruso en su vida, por un pequeño error y por una sonrisa se había terminado por anotar en éste, su nombre en trazos poco legibles, con su número telefónico y su firma, todo eso al lado del precioso nombre de su mejor amigo, él que sonrió una vez más y así es como sus dudas entre pestañeos lentos, de párpados aduraznados y cargados de cansancio y de una luz que él sabía que estaba ahí cada que veía a Kim TaeHyung, esa luz brillante impregnada como lágrimas puras y castas, esa luz que pertenecía al sentimiento que acompañaban el llevar en su corazón al mayor. Ese era otro intruso, su mayor; se habían conocido y hecho amigos con solo hablar un poco, con detalles simples como acompañar al otro hasta llegar a su hogar, comprar un café y comida suficiente porque sabían que el contrario no había comido adecuadamente por los estudios, también mensajes cómo: «Te esperaré frente a tu residencia, bebé. No te preocupes por el transporte. ¡Caminaremos y disfrutaremos la mañana lluviosa!» «Taehyungie... ¿Lo lograste? ¿Pasaste tu presentación?» «¡Seré el primero en la fila para ir a verte! No puedes colocar un solo dedo en el piano si no me ves en los primeros asientos, Yoonie». Habían hecho una amistad única y adorada por externos. Y ese no era el intruso, ese no era el problema: era el sentimiento que se alojó en su pecho con la intención de quedarse y hacerle pasar mucha vergüenza. Vamos, que siempre terminaba en situaciones donde sus mejillas se volvían adorables cerezos a causa de acciones como un beso en estas, la simple mirada del rubio en él, y aunque le costara admitir, cuando TaeHyung volvía de sus entrenamientos fuera de la universidad y llegaba con sus cabellos revueltos y tan sudado que terminaba entrando en el departamento de YoonGi y quitando su camiseta sin pena mínima en su rostro. Y luego se sentaba en su sofá, extendiendo sus piernas y respirando fuertemente por la boca. Bien esa era la imagen que imaginaba del mayor luego de follar, y verlo de ese modo no era bueno para el bienestar de menor, ¡¿dónde había quedado su dulce mente inocente?!

Para finalizar tenía el intruso mayor, Jeon JeongGuk. El vocalista y guitarrista principal de la banda que tanto había jurado odiar y desagradar. Le intrigaba y le llamaba la atención. Con un vistazo ligero desde lejos se hacía miles de preguntas en un solo segundo que tenían que ver con el guitarrista. Algunas veces no era posible que su expediente estuviese en blanco, ¿era posible que no hubiese ninguna pelea, quizás alguna adicción o hasta borracheras? Él tenía la imagen de que era un peligro y como antes había dicho: solo hace falta un chico malo y misterioso de película, vocalista de una banda y que sea sexy y caliente como el mismo infierno para ser la atracción principal del espectáculo.

Jeon era un veneno en copa de cristal. Servido para ser tomado con elegancia pero con actitudes y labios desesperados por más. Porque, qué importa si su veneno era más doloroso que el de una víbora, nunca quedas satisfecho con una sola probada. Él era peligro inminente, era como el anuncio a un desastre que te perseguía y te querías mantener lejos, pero era imposible.
Pero no podía evitar ser llamado en susurros hacia el peligro, no podía dejar de avanzar hasta el típico ruido en la cocina que le alerta que hay alguien más en la casa como en películas, él simplemente caminaba ciegamente.

Jeon JeongGuk era simplemente un imán. No tenías la necesidad de conocerlo o de hablarle. Él se quedaba en tus labios sin necesidad de tocarlos, en tus pensamientos sin necesidad de colocar frases que resuenen, en tu cuerpo sin acercarse mucho. YoonGi no quería ni necesitaba tenerlo un poco más cerca de lo que ya lo tenía si todo eso lo lograba con la dura distancia que se les interponía