DIRTY HABITS ✰ GGUKGI V/S TAEGI | 국기

3.00 HELL.

Era curioso dar una mirada atrás. Ver como hechos tan simples se fueron desarrollando hasta llegar al día en que se adentró a un infierno de hielo y nieve, un infierno con un cielo azul y brillante. Infiernos, esa era la imagen exterior, como todo lo que vemos.
Nunca llegamos a conocer a las personas totalmente, y siempre nos sorprenderán con las actitudes que tienen con alguien distinto a nosotros, nos sorprenderá el ver como sonríen y ríen sin miedo con sus mejores amigos, como hablan y se moderan con su familia, como se minimiza al no sentirse seguro, como se engrandece al ser reconocido por algo que ha hecho bien, como nos hablan por mensaje pero vemos cómo le hablan a otros. Todo es distinto. Es el mismo cielo, con distintas tonalidades, en diferentes lugares, a diferentes ojos. Pero así es todo, y la realidad es que no debemos engañarnos con el exterior y tampoco sentir desconfianza por la imagen que dan a otros y que no es la misma a nosotros. Solo debemos equilibrar a nuestros ojos, y mirar dos veces, conocer dos veces y querer dos veces.

Ese consejo le habría sido de mucha ayuda a YoonGi si alguien se lo hubiese dado, pero se dejó cegar por la intenciones blancas que eran el querer ser un músico y demostrar que él podía lograrlo sin el apoyo financiero ni absolutamente nada que proviniera de su familia. Y ahora se había dejado llevar por la ilusión de que el que haya logrado llegar hasta acá era porque en verdad habían visto talento en él, pero se daba cuenta que no, que simplemente necesitaban una excusa para contratar a alguien que se encontrara tan desesperado como para soportar a la banda que eran todo menos lo que aparentaban.

JiMin, llevaba faltando a tres ensayos y las tres veces tuvo que ir a buscarlo, y para aclarar LAS TRES VECES lo encontró en la sala de descanso follando o grabando vídeos mientras se masturbaba.
La primera vez cerró tan fuerte la puerta que JiMin salió disparado con su pene aún duro y a plena vista y los pantalones a medio camino subiéndolo, sin darse la vuelta le dijo que estaba llegando tarde al ensayo y solo pudo escuchar una risa por parte de él.

La segunda vez estaba grabándose mientras se masturbaba y sus gemidos eran lo suficientemente bajo como para no escucharlos desde afuera, así que entró con toda confianza y esta vez la puerta se había cerrado mientras él estaba adentro, que hizo al bajista levantar la cabeza y verle. Por un momento tuvo la creencia de que trataría de esconderse o tener la decencia de avergonzarse, en cambio, le guiñó el ojo y siguió masturbándose como si nada, creía haber visto como hasta aumentaba de tamaño su pene pero estaba lo suficientemente agotado de tener que encontrar la misma imagen que solo salió y le gritó que era hora del ensayo.

Y la última vez juró escuchar los gemidos desde afuera así que en vez de entrar decidió llamarlo por el número de la compañía pero no obtuvo respuesta alguna y se dijo que está sería el último día que le avisaría del ensayo, y entró. La imagen era mejor que las últimas, estaba sin camiseta mientras le comía la boca a chico que no conocía, y como siempre llamó la atención de JiMin y antes de poder retirarse o perder su dignidad avisando sobre el ensayo, éste habló.

—Sabes que te encontrarás pero sigues entrando acá uhm, bebé, ¿no será que quieres algo más además de interrumpir mis folladas? —todo esto acompañado de la seductora sonrisa del ahora platinado mientras besaba el cuello del contrario y dirigía todo el tiempo su mirada a YoonGi. Tenía que admitirlo vale, era una vista totalmente caliente pero no soportaba las insinuaciones de JiMin y solo decidió ignorarlo.

—Cariño, ¿estás seguro que sigues intacto porque no te deseamos?

Lo último había dejado pensando al castaño, JiMin era el primero que no podía ver a alguien mal parado que ya lo tomaba como su presa. Se había dado cuenta de eso con solo un mes en la empresa. Era ridículo, todo el mundo pensaría que tratarían de esconder cualquier sucio secreto que tuviesen, pero estaban tan a la vista que nada encajaba. Y menos con la idea de que era alguien que podía vender tal información y hacer dinero sin necesidad de estar detrás de sus culos, pero al parecer les valía tan poco aquello que ya no se sorprendía con lo que veía.