~El Destino Es Impredecible~ jjk

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[p.h]

— ¿Lista para volver a la escuela? — Oh vamos, quedan tres días solamente, puedo preparar mis cosas después, por ahora prefiero preocuparme por si volveré a ver al nefasto del grandote. Literalmente es lo único que me preocupa, Somi ya había dicho que se iba a quedar así que eso lo dejo pasar, pero él, agh, es lo más idiota que el mundo pudo haber escupido. En los últimos dos años no hacía mas que molestarme, era tan hartante el que siempre encontrara una manera de llevarla en mi contra, lo peor es que era amigo de mi hermano e igual me lo topaba en mi casa cuando Jimin hacía sus fiestas o se juntaban ahí mismo para hacer trabajos. Solo espero no ver su jodida cara.

— ¿Debería? Falta mucho para las clases, mañana me preparo —  Solté sin separar la mirada de la televisión, desde que desperté, bueno, desde que Mamá me despertó no hice mas que desayunar y ver tele después; es viernes de vacaciones, ¿Qué quería que hiciera siendo yo?

— Hasta tu hermano ya tiene todo listo desde el lunes, ¿Y tú? Te la pasas de vaga desde que son vacaciones, no has salido mas que tres veces con Somi y eso por que siempre venía aquí. Así que levántate señorita y prepara tus cosas ahora mismo — Mierda. Maldita escuela. Malditas responsabilidades. Maldita vida. ¿Quién creó la jodida escuela? Para ir a mearme en su tumba.

— Ma, Jimin es Jimin, no me compares, me duele —  Puse una mano en mi pecho en signo de "ofendida" y me paré después, apagando el televisor y rodeando la sala para dirigirme a las escaleras con la mayor energía que el mundo haya visto. :) . — Además Somi era la que insistía en venir, y yo no me negué — subí las escaleras y me dispuse a ir a mí habitación, pero antes quise parar en la de mi hermano, que estaba enfrente de la mía. Su puerta estaba abierta e igual di dos toques a ésta, llamando la atención de Jimin que al verme me sonrió sin más.

— Pasa Hann, ¿Vienes a ver a tu hermanito? — A diferencia de Jimin, yo soy más seria, amargada y antisocial, él, claramente es todo lo contrario a mí, siempre sonriente, amable, lindo, cariñoso y sigo sin entender cómo es que somos hermanos.

— Vine a ver si no habías muerto, me preocupaba que no se escuchara ni un solo ruido en tu habitación — mis palabras provocaron que se riera.
Algo que amo de mi hermano es su sonrisa, siempre que se le escapa alguna risilla, por menor que sea, sus ojos de achican y se ve demasiado adorable. Una vez no la pasamos jugando y él no paraba de reír, por mí, "Para, es que no veo cuando me río" su frase será legendaria y recordada por siempre.

— No, no e muerto, sólo que me quedé pensando en la escuela, me siento feliz de volver a ver a mis amigos — ¿De volver? Pero si traía a sus amigos casi todos los días de vacaciones y sí, también el grandote, tenía que soportar su maldita cara por todas las vacaciones, no se la pasaba más que burlándose de mí.

— ¡Pero si los veías casi todos los días! Tú sí que estás loco Jimin — negué sonriendo ante sus palabras y salí de su habitación, di vuelta sobre mi eje y caminé a la puerta de mi cuarto, al entrar me quedé observando la nada por unos momentos y me dirigí a mi armario, prepararé mi ropa, porque sé que si no lo hago se me olvidará y el lunes en la mañana andaré a la carrera.

Tomé mi suéter beige, unos pantalones negros y una chaqueta del mismo color, en lo personal, me gusta mucho la ropa grande, no me gusta que se me pegue al cuerpo, es algo incómodo, además no quisiera exponerme ante los hombres, no sé cómo las mujeres de hoy en día les resulta tan fácil hacer eso.

No creo que se vea malo para el primer día de clases, ¿Pero qué pienso? Ni que me fuera a importar lo que digan de mí, agh, es tan frustrante saber que volveré a la escuela, a estudiar, a ver la cara de mis compañeros, mejor me muero.

Cuando acabé de arreglar mis libros y útiles se hizo tarde, mostrando un cielo anaranjado que traspasaba mi ventana, se veía hermoso, y bueno, se hizo tarde por que me distraía con cualquier cosa que pasaba, o me quedaba viendo a la nada o me distraía en el celular, pero lo bueno es que ya acabé. Me sentía agotada, tanta distracción me cansa, así que opté por bajar por una manzana a la cocina y al acabarla irme a dormir.

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Los siguientes dos días pasaron muy rápido, Jimin no había llevado a sus amigos, cosa que me extrañó y que aproveché para que Somi viniera, adoraba a esa chica, era una cabeza más alta que yo, contando su cuello y los hombros, a comparación de ella soy como un Frodo versión mujer pero más linda y con pelo largo - autoestima al cien - . Somi es muy bonita, no lo niego, conozco varios chicos que quieren salir con ella, pero en cambio ella siempre dice que por ahora no quiere estar en una relación, y la respeto por eso, yo también estoy en esa posición, no veo la necesidad de tener a alguien que sea jodidamente cursi todos los días y hacer eso que haces las parejas. Es asqueroso ver cómo se besan en las calles, no tienen ningún respeto por los que pasamos y presenciamos que casi se comen en media calle.

Hoy, domingo 19, mi mente estaba en un debate, ¿Debería ir a la escuela? ¿Qué tan importante es ir a un edificio con personas antipáticas que solo van a violar tu mente con información que seguramente olvidarás al día siguiente? Así que me encontraba en la cocina, viendo fijamente al cuchillo en el lavaplatos, ¿Me mato o no? Realmente no me apura el morir, sería un sueño hecho realidad, pero por otro lado, no me agrada el morir sin saber nada.

El día pasó rápido, no hice mas que comer, dormir e ir al baño, lo normal. Me cambié a mi pijama y me lave los dientes para después dirigirme a mi cama, una vez cubierta por las mantas empezaba a cerrar mis ojos, cuando dos golpes en la puerta de mi habitación me despertó de golpe, ésta se abrió dejando ver a mi hermano asomándose con una sonrisa.

— Hola Hann, vengo a decirte que te levantes temprano mañana, porque te voy a llevar a la escuela

— Pero yo puedo irme sola Jimin

— Hann, estamos en la misma escuela, además eres mi hermanita y no me gusta que te vayas sola a la escuela

— Solo eres un año mayor que yo, además, qué flojera levantarse temprano — me volví a recostar y sólo escuché una risa de Jimin

— A las 7:30 nos vamos, floja — tras decir eso se fue cerrando la puerta de mi habitación, tomé mi celular para poner la alarma que me daría comienzo al día siguiente.

Si de algo estoy segura es que mañana será un día largo, muy largo.