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[p.h]

Odio las clases. Pensé mientras mi mirada se posaba en el cerezo de afuera, a veces quisiera ser una hoja, libre y que el viento me llevase a donde se le plazca.

Señorita Hann, si hay algo más interesante allá afuera, puede salirlas palabras de la Srita. Lee  interrumpen mis pensamientos, desviando mi vista ahora hacia ella que se encontraba con un libro en mano y apuntando con la otra la puerta de salida.

Lo sientofue lo que salió de mis labios, es mi primer día, no puedo empezar mal. La Srita Lee siguió explicando sobre la anatomía del ser humano que era tan extraña como hermosa y me perdí después de eso, una vez más mis ojos dieron a parar en el mismo cerezo. Amo mi lugar, siempre me a gustado sentarme del lado de la ventana, así cuando algo no me interese solo debo de mirar hacía afuera. Buena táctica.

No sé cuánto tiempo pasó haciéndome la tonta en clases, que ya escuchaba ahora el timbre de receso. Bien, ya era hora, me estaba empezando a dar hambre. Salí de aquel cuarto martirizante y me detube el en salón de al lado para esperar a Somi, quien, al verme soltó una gran sonrisa y salió con su lonche.

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¿Te sacó del salón? — una vez sentadas debajo de un árbol en la zona donde menos había alumnos, le conté a Somi sobre lo ocurrido en el salón, pero al parecer malentendio las cosas y ahora me miraba sorprendida.

Yo no dije eso — desvíe la mirada a la banca de enfrente y le dí una mordida a mi tarta.

Hann, si de algo estoy segura es que eres una persona incontrolable e irremediable, no es malo admitir nuestros errores — como se nota que no me puso atención, tanto que me esforcé en que me entendiera.

Di un pesado suspiro y la miré Somi, sólo me llamó la atención, ¿Por qué nunca escuchas a tu mejor amiga? Tal vez es la vejez — Somi se echó a reír mientras a mí, me estaba causando risa su risa – valga la rebundancia – la risa de ella es tan divertida como encantadora, parece un limpiavidrios, y a mí me gusta.

Cuando su risa se empezó a desvanecer y solo quedaba su sonrisa, fue cuando habló En primera, si te escucho, solo que me distraigo a veces, y en segunda, somos de la misma edad, ¿Cómo puedes decir que estoy vieja? — sus palabras me sacaron otra sonrisa y opté por dejarla en visto, un clásico. Al ver que la ignore, Somi decidió cambiar el tema ¿También éste año te inscribiras en el equipo de Voleibol? — el equipo, cierto, tengo que inscribirme ésta tarde, si no me dice yo ni me acuerdo.

Sí, hoy me inscribo, sabes que si no hago deporte, mamá me regaña, además es lo único que me despeja — asintió ante mis palabras y le dió una mordida a su sandwich, mientras yo empezaba a comer mi fruta.

¿Sabes? No sé porqué sigues en el equipo, si ni creces, y eso que el voley te ayuda a crecer, pero... Tal vez no funcione en burros — al escuchar lo que dijo, me atragante con un pedazo de jícama y empecé a toser, ante esto Somi se empezó a reír como foca con retraso y comenzó a darme palmadas en la espalda.

¿Sabes? No sé porqué sigues viniendo a la escuela si sigues igual de idiota — dije cuando ya se me había pasado el trozo de fruta, justo cuando me iba a contestar Somi, el timbre que daba de nuevo el inicio de las clases, sonó.

~El Destino Es Impredecible~ jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora