~El Destino Es Impredecible~ jjk

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[p.h]

Su mirada, su mirada no era mas que una amenazante arma a punto de dispararme, era aterrador y bastante adictivo para mi gusto. ¿Eso es del señor? ¿Me puede alguien asegurar que éste hombre va a confesarse todos los domingos?

— ¿Tienes algún problema, grandote? De verdad que eres como una señora metiche — alcé mi cara, en un intento de no verme vulnerable ante su intensa mirada. Me doy cuenta el cómo su mandíbula se aprieta, y su pecho se levanta de una manera lenta pero notoria ante mí.

— Oigan... ¿Todo bien por allá? — escuchó como es Hoseok que se atreve a preguntar ante el pequeño silencio incómodo que se había formado entre nosotros — Qué divertidos son, ya, ven Hann, ¿Porqué no tomas un vaso de soda y Somi y tú se quedan un rato con nosotros? — noto cómo deja salir una risa tímida, como si le asustara nuestras reacciones.

Me giro a verlo y a los demás; Yoongi mete los labios y desvía la mirada; Namjoon está en el sillón individual y saca un libro del estantero y revisa la portada, claramente al revés; Jin desvía su mirada de mí y le da una mordida a la pizza que tenía en manos y Tae, Tae se pone a ver su mano como si fuera algo realmente asombroso. Todos lo hicieron al mismo tiempo que me giré a verlos. Sonrió ante su clara estupidez y me empiezo a quitar el abrigo.

— Lo siento muchachos, sé que nos extrañan como los viejos tiempos, les hacemos falta, es lindo, pero tengo algunas COSAS que hablar con SOMI — giré a verla y ella me responde con una sonrisa de un niño al cual atraparon con las manos en la masa — no nos extrañen demasiado, agh, a quién engaño, tienen derecho a extrañarnos, ¿Quién no quiere nuestra hermosa compañía? — puse una mano en mi pecho dándome la razón a mi misma.

— Bien, bien. Tampoco eres el centro del mundo Hann, Cálmate — Yoongi me entrecierra los ojos y me ve como si fuera una maldita cucaracha y está bien, no niego que no sea una, pero sOY UNA CUCARACHA CON UN PROPISITo. Aunque aún no sepa cuál es.

— Vamos Yoongi, nos necesitan, no lo niegues — lo señala Somi y yo sonrió porque mi mejor amiga me sigue la corriente. La amo.

Ambas chocamos las manos y nos reímos por unos pocos segundos, acomodó mi abrigo en mi antebrazo derecho y miro a mi hermano.

— Iremos a mi habitación, ahí estaremos por SI NECESITAN ALGO — alcé la voz en las últimas tres palabras para que los amigos de mi hermano me escuchen y soy conciente de como puedo oír bufidos. Los miro de reojo y veo como se ponen a abrir una nueva caja de pizza. Dios, esa cosa es infinita cuando ellos están presentes.

Mi hermano mayor ríe — Bien, "Princesas prodigios" — nos da un golpecito en los hombros y se hace a un lado para nosotras poder proseguir hacia las escaleras. Jungkook que se encontraba tras Jimin, continúa mirándome con enojo, su mirada lo delata, está hirviendo de ira; le sonrio arrogante y lo pasamos Somi y yo, cada quién por un lado, pero él simplemente se queda ahí, manteniendo su contacto visual conmigo y yo con él, pasa como esas escenas de anime en que pasa en cámara lenta y me digo a mi misma que esto parece muy cliché.

***

"Los hornos de Hitler", realmente estaba muy jodida la historia de la segunda guerra, me digo mientras pongo el separador en un capítulo nuevo, dejando mi lectura a un lado. Hace rato que me había cambiado de ropa a un pants gris ajustado en la pantorrilla y una camisa negra que me llegaba por debajo de la mitad de los muslos, era muy cómoda en realidad. ¡Arriba la ropa olgada!

Somi estaba sentada en mi cama, a la izquierda de donde me encontraba yo, tenía su teléfono y sus audífonos, cuando notó que había dejado el libro en la mesilla de noche, se quitó los audífonos y los desconectó de su móvil dejándolos en la otra mesilla de noche cerca de ella.