Reacciones | Campamento mestizo

¿Qué se te había quitado el qué? (Lemon)

Recuerden, si tú hermano, hermana, primo, prima... tiene pareja, no entres a su habitación sin preguntar.

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MarisolBlackpotter ni yo nos hacemos cargo de los traumas que posiblemente provoque este lemon.

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-Blue, amiga mía.

-¿Sí?

-¿Qué te parece si hacemos una competición?-la hija de Hades envolvió sus manos.

-¿Para qué, Shad?-le preguntó la hija de Poseidón a la de Hades.

-Lucharemos una contra la otra en la carrera de carros.-dejó la espada en el suelo.- Y lo que ahora haremos será intentar conseguir cuatro personas, dos para cada una.

-¿Y quiénes...?

La hija del dios de la muerte le tapó la boca.

-Tranquila, mi pequeño caballito de mar,-quitó la mano, para luego pasársela por su chaqueta para así quitarse las babas; debido a que Blue había lamido su palma.- todo a su... ¡argh!... debido tiempo. Primero será el Percabeth, y tendremos que hacer que cada uno nos escoja a una de nosotras; y luego con el Solangelo lo mismo.

-¿Primero a la tuya?

-Vale.

Las dos chicas se giraron hacia la cabaña número trece, la cual destacaba por ser completamente negra.

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El hijo de Hades estaba sentado mientras veía como el hijo de Apolo se quitaba la camiseta: dejando ver esos cuadraditos cerca de su paquete.

Will se acercó a él, para echarlo en la cama y, reteniendo sus manos, besar la zona por donde estaba la vena carótida de su novio.

-Mmm.-los gemidos del hijo de Hades, los cuales eran acallados por él, volvían al chico más tranquilo en una completa fiera.

Los besos subieron hacia el rostro del chico emo. Los labios del rubio se posaron sobre los del peli negro. El labio inferior del último ahora se encontraba entre los del primero, mientras su novio jugaba con él. A veces la lengua surcaba suavemente esa parte, mientras en otros momentos la rudeza poseía a Solace, el cual dejaba pequeñas mordidas.

Se separaron durante unos instantes, en los cuales el hijo de Hades aprovechó para surcar con sus manos todo el torso de su novio, hasta llegar a la v que se dibujaba en su cintura, la cual para él era las puertas de la muerte; o como muchas personas dirían, su entrada al infierno. Un pecado que solo él podía obtener.

Tocó por encima del bulto de su pantalón, a lo que el hijo del dios del sol estiró su cabeza hacia atrás. Desabrochó el botón, para luego bajar la cremallera y dejar cada vez más cerca su manzana del pecado; o mejor dicho, su plátano del pecado.

Primero pasó un dedo, dibujando los pequeños surcos y arrugas que el calzoncillo dejaba en su paquete. Los gemidos ya se hicieron muy notorios. Nico envolvió toda la envergadura que pudo del paquete de su novio, para luego apretar con fuerza.

La cabeza de Will se estiró hacía atrás, sintiendo esa corriente que cada toque del chico italiano le hacía sentir. Nico, al verle indefenso, se acercó a él. Su mano seguía dándole ese masaje tan satisfactorio, mientras su boca se acercaba con el cuidado de un ladrón al cuello del contrario.