Pedido de lidamada111
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Un montón de diferentes tipos de comida cayeron al suelo por culpa de Nico, el cual limpió así esa parte de la mesa para sentar en ella a Nat mientras la besaba. Bueno, besarla y manosearla.
Ella tampoco se quedaba atrás, mientras el hijo de Hades tocaba y daba pequeños apretones al culo de la chica, ella ya iba desabotonando la camiseta que tenía el chico.
-Te odio.-dijeron los dos a la vez al separar sus labios un momento, para luego volverlos a juntar.
Ahora Nico se quitó la parte superior con gran rapidez, mientras la lanzaba a saber dónde, y la chica hacía lo mismo con la suya. El hijo de Hades empezó a besarle el cuello mientras, con sus frías manos, tocaba por encima del sujetador los pechos de la chica. Esta gemía, mientras cogía entre sus dedo el pelo del chico y lo acercaba más a ella.
Ahora Nico pasó una mano a la espalda de la chica, mientras con la otra seguía en un pecho tapado por el sujetador, con la otra mano intentaba quitarle ese trozo de tela y hierro tan molesto a la chica; pero no podía, así que sacó el pecho derecho fuera de su retención.
Lo apretó con fuerza en su mano, y luego se lo acercó a la boca. Pasó su lengua a su alrededor con gran agilidad, mientras Nat rodeaba sus piernas en su cintura y hacia fricción entre los dos sexos ocultos por la ropa. Los dos no paraban de gemir y, entre gemido y gemido, la ojigris se quitó el sujetador y lo lanzó al aire.
Ahora Nico tenía total libertad con sus pechos, y no perdió la oportunidad. Primero colocó sus manos en sus pechos, una en cada uno, y empezó a apretarlos sin moverlas. Luego añadió una estimulación a sus pezones con sus pulgares, para luego darle lamidas a un pecho como si de un chupa-chups se tratara.
Nat le miraba con una cara de placer completa, y abría sus piernas con total agilidad debido al gran placer que el hijo del dios de los muertos le estaba haciendo sentir en esos instantes.
Nico aprovecho ese efecto reflejo debido al placer para colocarse entre ellas y, mientras jugaba con sus pechos, hacer unos movimientos con su pelvis de atrás hacia delante; golpeando en el camino el lugar por donde, debajo de la ropa, se encontraba un punto de placer de Nat.
Lo único que salía de sus bocas eran gemidos y jadeos, con algunas palabras malsonantes debido al gran placer que los dos estaban sintiendo en esos mismos momentos.
Ahora las embestidas de Nico aumentaron de velocidad, pasando las manos de los pechos a las caderas de Nat; para así agarrarla con fuerza. También ella movía sus caderas para que, esa fricción que se generaba sobre la ropa, aumentara como lo hacía la velocidad de las embestidas de Nico.
Las sensaciones de los dos eran muy fuertes. Nat sentía como el aparato de Nico, cada vez más duro, intentaba hacerse hueco entre sus piernas; haciendo que ella sintiera unas sensaciones muy placenteras. Por su parte, Nico notaba como el coño de ella, aún así sobre la ropa, intentaba dejar pasar al pene de Nico entre los pliegues deseosos de su polla.
El italiano se dio cuenta de que había dejado desatendidos a los pechos de la hija de Tanatos, así que volvió a ellos; pero esta vez con más fiereza que antes. Se metía parte de uno en la boca, mientras jugaba con la lengua a su alrededor; y el otro era manoseado y estimulado sin parar por la mano del pelinegro.
Nat sentía como el toque del chico no paraba de enviarle corrientes eléctricas por todo el cuerpo, las cuales hacían que cada vez sus piernas se abrieran más; deseosas de más.
-Dioses, me vas a hacer venir solo con esto.-Nico paro de embestir a la chica sobre la ropa, para luego volver a los pechos.- Pero no dejaré de hacerte gemir.
Sus dos manos amasaban y pellizcaban los pechos de la chica, mientras sus labios iban bajando por su vientre a partir de besos suaves y calientes; los cuales hacían que la pasión en aquella habitación aumentara por momentos.
Cuando llegó al borde del pantalón, dio besos alrededor de su cintura; y en un momento le dejó un chupón. Pero Nat tampoco se quedaba atrás, esta devoraba el cuello del chico; dejando algunos chupones por la blanca piel del italiano.
Nico se arrodilló y fijó su mirada en el pantalón de Nat, el cual ocultaba lo que con tanto deseo Nico quería. Este posó un dedo en esa zona por encima del pantalón, y empezó a realizar dibujos con su dedo. Nat abrió sus piernas de placer, dejándole a Nico más libertad para que le produjera esa sensación tan placentera.
Este seguía haciendo con sus dedos imágenes en esa parte de la chica, y cada vez que se acercaba al medio, hacia fuerza para ver cómo la chica echaba la cabeza hacia atrás de tanto placer.
-Nico-o-o-o-o-o....-dijo entre gemidos- No sabes cuánto te odio.
-¿Entonces quieres que pare?-pulsó con fuerza en el punto medio.
-No.-gimió.- Sigue, joder.
Nico no le hizo caso y paró, pero para empezar a desabrocharle el pantalón a la chica. Esta se echó sobre la mesa y, cuando la parte inferior de su ropa ya estaba desabrochada, empezó a levantar sus caderas mientras intentaba quitárselo. Nico río y la ayudó, y mientras se lo quitaba acariciaba suavemente con las yemas de sus dedos cada poro de piel que dejaba al descubierto.
Cuando se lo quitó por completo empezó a darle besos desde sus tobillos hasta la parte interna de sus piernas; para luego dejar uno suave sobre la braga de encaje negro de la chica. Esta sintió una corriente eléctrica muy fuertes, para luego sujetar con fuerza la cabeza del italiano sobre esa zona.
-Encantado.-dijo Nico antes de empezar a dar pequeñas lamidas sobre la ropa interior de la chica.
Primero empezó con el alrededor, para luego adentrarse cada vez más en el centro y moverla con fuerza encima del punto medio. Mientras jugaba con su lengua fue acercando un dedo y lo empezó a meter sobre la braga.
Deseoso de más, con gran rapidez apartó la braga y empezó a meterle el dedo. Sentía como, poco a poco, las paredes de Nat se abrían para dejar paso a un dedo.
Por su parte, Nat sentía como el dedo del hijo de Hades intentaba llegar a tocar su punto clímax. Mientras Nico realizaba su trabajo con un dedo y su lengua, ella se sujetaba con fuerza a la mesa mientras sentía el placer más maravilloso que nunca hubiera podido existir.
El pelinegro paró de introducir el dedo, para luego empezar a moverlo dentro del agujero de placer de la chica. Ahora, si ya de por sí Nat sentía placer, ahora todo el que había sentido antes había sido cuatriplicado.
Aunque Nico ya no tuviera su lengua entre sus labios, fijaba todos sus esfuerzos en el dedo que se movía cada vez con más rapidez dentro de la chica. Ella gemía acompasada a los movimientos que este realizaba dentro de ella.
Él se atrevió a meter un dedo más, el cual fue recibido con un poco de dificultad por el sexo de la ojigris. Cuando él notó que era más difícil, quitó con mucha lentitud y cuidado los dedos y pasó a utilizar su lengua con suavidad.
Primero empezó a lamer sus labios mayores, para luego pasar a los menores y llegar hasta su clítoris en el cual, con el mismo cuidado y lentitud con el que había sacado los dedos de dentro de ella, empezó a meter la lengua dentro suya.
Ahora los gemidos eran más cortos, pero su rostro mostraba todo el placer que estaba sintiendo en esos mismos momentos; lo cual hacía que, al verlo, Nico aumentara la velocidad con la que movía su lengua dentro suyo.
Todo aumentó hasta tal punto que Nico no levantaba su cabeza del lugar al que daba placer; lo único que hacía era levantar su mirada y ver las caras de placer que Nat hacia, las cuales conseguían que Nico pusiera más empeño a lo que hacía.
En un momento en el que lo único que salía por la boca de Nat eran gemidos, Nico se levantó y se quitó la poca ropa que le quedaba; para luego sentarse en la cama.
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Os dejo en la mejor parte, eh? 😉
Hasta la próxima parte ❣️
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Reacciones | Campamento mestizo
Random¿Te gustaría saber qué harían ante diversas situaciones? Pues éste es tu libro. 🔱🔱🔱🔱🔱🔱🔱🔱🔱🔱🔱 Todos los derechos de los personajes y otros a Rick Riordan. Esto sólo es un libro de entretenimiento basado en las sagas escritas por Rick Riorda...