Capítulo 21.

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Lu Han había investigado lo suficiente acerca del zoológico al cual se dirigían en esos momentos. Si no estaba equivocado, entonces los cachorros de Jun Myeon, al ser recién llegados, tendrían que pasar por unas cuantas revisiones a manos de un biólogo veterinario antes de ser puestos en un hábitat apropiado para ellos.

—Si cometemos un error, por más pequeño que sea, el plan podría fallar —suspiró con cierta preocupación, recargando su cabeza contra el hombro del más alto—. Tenemos que ser muy cuidadosos, Se Hun.

—Sólo tengo que... seguirte la corriente, ¿verdad?

El castaño sonrió de lado, recordando la primera vez que había usado esa frase delante del licántropo y cómo le había tenido que explicar su significado a toda velocidad, antes de que su madre llegara hasta donde se encontraban.

—Así es.

Cuando llegaron a la ciudad, Lu Han tuvo que guiarse un poco con el mapa de su teléfono celular para saber exactamente en qué punto solicitar la parada y hacia dónde caminar. El sitio que buscaban no estaba muy lejos de donde el autobús se detuvo, pero el frío de la noche sin duda lograba que el más bajo sintiera que el recorrido era más largo.

Una vez que estuvieron cerca del zoológico, Lu Han sacó un par de batas blancas de su mochila, pasándole una al pelinegro e indicándole que debía llevarla entre sus manos sólo para dar la impresión de que venía preparado para trabajar.

Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por rescatar a los pequeños lobos que habían sido separados injustamente de su familia. Con ese pensamiento fortaleciéndose a cada segundo, consiguió despertar algo de valor dentro de sí. Sabiendo que Se Hun lo seguía, tomó aire por la nariz y lo soltó lentamente por la boca, por fin animándose a avanzar hasta el único acceso que estaba abierto a pesar de ser tan tarde.

Lo que se supone que debía decirle al guardia de seguridad para que los dejara pasar al consultorio del veterinario era algo que había practicado más de cincuenta veces... al menos en su cabeza. Nunca imaginó que se sentiría tan nervioso cuando llegara el momento de poner su plan en marcha en la vida real.

—¿Puedo ayudarlos, caballeros? —Cuestionó el guardia, dirigiendo una mirada sospechosa a los jóvenes que ahora estaban a la vista bajo la intensa luz de la caseta de seguridad.

—Sí. Buenas noches —Lu Han saludó amablemente e incluso sonrió un poco—. Somos Choi Hyun Bin y Park Dong Su —dio nombres falsos.

El guardia se levantó de su silla y salió de la caseta para poder verlos mejor y hablar con más calma.

—¿Qué se les ofrece? Es tarde y, como podrán imaginar, el zoológico está cerrado.

—Lo sabemos, señor. Mi amigo y yo venimos de la escuela de Biología, se supone que empezaremos nuestras prácticas profesionales esta noche —explicó, haciendo un gran esfuerzo por no dejar salir ni una pizca de su nerviosismo.

—¿Ah, sí? A mí no se me informó de esto, jóvenes, así que tendré que preguntar.

—¿Es muy necesario? —Intentó detener a aquel hombre—. Podemos enseñarle nuestras identificaciones y los permisos autorizados para hacer nuestras prácticas aquí, si lo requiere.

—Eso estaría bien, pero primero tendré que preguntar a los del consultorio, sólo por seguridad. Esperen un momento, por favor.

Lu Han intentó mantenerse tranquilo, pero estaba consciente de que su plan para entrar pacíficamente a las instalaciones del zoológico quedaría arruinado si el guardia levantaba el teléfono y llamaba a los empleados que estaban adentro.

—Se Hun, tengo un plan B —le susurró al licántropo, seguro de que éste alcanzaría a escucharlo desde su lugar gracias a su excelente oído.

Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Se Hun se había desvestido para tomar su forma animal y acercarse corriendo al guardia, bloqueando el paso del mismo para que no pudiera regresar al interior de su caseta.

—¡U-u-un lobo! —Asustado, el guardia retrocedió un par de pasos.

Se Hun gruñó y se puso en una posición que le haría entender al hombre que estaba listo para atacar en cualquier momento. Eso bastó para que el pobre guardia se desmayara.

—¡Bien hecho, Se Hun! —Lu Han no pudo evitar reír un poco—. Ahora hay que apresurarnos. Con algo de suerte, el guardia despertará creyendo que todo fue un sueño —se acercó a recoger las prendas que el licántropo había dejado en el suelo y finalmente entró al zoológico.

Se Hun volvió a transformarse en humano, viendo con una sonrisa leve cómo Lu Han se sonrojaba y desviaba su mirada al momento de pasarle su ropa.

—Bueno, al menos ya estamos adentro —suspiró el pelinegro cuando terminó de vestirse.

—Sí, es gracias a ti.

—No. Es gracias a tu plan B —respondió, pero la expresión en su rostro cambió de un momento a otro cuando un aroma bastante conocido para él llegó hasta su nariz—. ¡Oh! Desde aquí puedo percibir el olor de los cachorros de Jun Myeon —comentó alegremente—. No están muy lejos.

—Seguramente siguen en el consultorio del veterinario... Pobrecitos, deben estar muy asustados.

—Vamos a sacarlos de aquí —aseguró el más alto—. Ya nos deshicimos del guardia, aunque no sabemos por cuánto tiempo. ¿Qué sigue?

—Llegó la hora de ponernos las batas blancas encima. Mientras estemos aquí, seguimos siendo Choi Hyun Bin y Park Dong Su, estudiantes de Biología que están por empezar con sus prácticas profesionales —dijo, volviendo al plan A.

—¿Diremos que el guardia nos dejó pasar?

—Claro. Después de todo, es la verdad... Bueno, más o menos —se encogió de hombros y dejó escapar una risa suave.

Tras colocarse las batas, caminaron hacia el consultorio y entraron como si realmente fuera su deber estar ahí en ese momento.

—¿Quiénes son ustedes? —Escucharon la seria voz de un hombre apenas dieron sus primeros pasos en el sitio.

Lu Han contó una vez más aquella historia falsa y, aunque el mayor de los tres no se veía del todo convencido con la parte donde el guardia los dejaba pasar, no hizo muchas preguntas. Al final, simplemente les pidió que los acompañara a otra habitación.

El médico explicaba un par de cosas en el camino, pero el único que prestaba algo de atención era el joven castaño. Se Hun sólo podía concentrarse en el aroma de los cachorros. Como éste era cada vez más fácil de percibir en el aire, podía asegurar que se encontraban cada vez más cerca.

Continuará.

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¡LLEVO UN MONTÓN DE DÍAS TRATANDO DE ACTUALIZAR!

Por fin lo hice. No tienen ni idea de lo horrible que ha sido todo últimamente en mi vida de adulto. (?) No quería tardar tanto, en serio. ¿Me perdonan? ❤

Espero que este capítulo haya sido de su agrado, lobitos de mi corazón.

El lago en el bosque [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora