Te odiamos México

Capitulo 5: Unas cuantas verdades

—Ahora díganme por qué para giman a cada puto rato. — Pregunto Jalisco.

—Mira primeramente no te incumbe Jalisco y segundo ¿No puedo?

—Sí, pero ¿No les incómoda que los oiga todo el mundo?

—Yo no nací para ver que si lo que hago es correcto o no, y aquí un claro ejemplo de que me vale mierda lo que piensen estos que se hacen llamar países. —Miro con repudio a los países.

—Siempre tan vulgar CDMX. —Dijo Guanajuato quien traía su cara de póker.

—Y tu tan formal Guanajuato. Siempre es los mismo contigo. —Canturrio

—No me hagas reír, pero creo que algo estamos de acuerdo, y ninguno de los presentes me lo negara, una que todos tenemos hambre y la otra...mmm no creo conveniente ¿Verdad países? —Volteo a ver a los mencionados

-—¿A qué te refieres tío? —Dijo España.

—La verdad siempre se tambalea como todo en la vida, a veces se oculta teniéndola aun presente, tan frágil pero tan ¡Destructiva! sin salvación, tan sola es la verdade y tan dolorosa, pero ¿Ustedes saben la verdad? ¡No! pues tan hipócritas y...

— ¡Cállate! Tu no sabeis nada eres solo un chaval y gilipollas. —Le grito alterado.

—¡España! No le faltes al respeto al estado de México. — Le reprocho la organización, dejando al español con las palabras en la boca.

Las puertas se abrieron por uno de los sirvientes dejando ver a un México en pijama, los países se le quedaron viendo, el con su gran sonrisa, entro

— A'pa que bien que llega ya nos moríamos del hambre. —Dijo Monterrey acercándose hasta su padre para abrazarle, de esa forma sus estados y Rodrigo se pararon para saludar a la representación de México y gobernante.

—Padre. —Saludo en un agarre de manos.

—Guanajuato, tan formal, como siempre. —Causandole un leve rubor a su estado, quien se separó de su padre para cubrir su gran sonrojo.

—Papá. —Dijeron al unisonado Puebla y Jalisco.

—Hijos. —Los dos corrieron casi aplastándolo pues otra vez se peleaban.

—Pendejo yo lo vi primero. — Reclamo uno.

—No, yo soy más grande entonces me lo quedo. —Dijo el otro quien se alejaba de su padre para volver a sentarse.

—Y la perra seguía y seguía—. Dijo el otro sentándose en su lugar.

—Viejo. —Saludo CDMX.

—Señor. —Repitió la misma acción de CDMX.

. — Buenas noches, yo solo venia por serial y leche y me voy. —Dijo México quien se iba a retirar del comedor.

-— A no a'pa usted se queda. —Lo trajo a su asiento. — y sin peros.

—...—Saco una campanita para después hacerla sonar, los sirvientes llagaron a la mesa poniendo un gran banquete, que en su mayoría eran comidas de los pises sentados en aquella mesa, también se encontraban una comida tradicional del país tricolor, esos sensuales tamales, verdes rojos, dulces, que fueron tomados por los estados.

—A'pa esto es delicioso, no sabe la delicia, casi me muero de hambre, pero este alimento sagrado es tan exquisito. ¡Me casaría con este tamal si fuera posible!, su figura tan delineada, su sabor tan exquisito.

—Ya comételo si no yo me lo comeré. — Advirtió Jalisco

— Quiero verte intentarlo. — Reto Puebla.

—Mío. —S lo arrebato de las manos para darle una gran mordida. - Ho!!!! tienes razón sabe muy bien.

— Estúpida mi esposa. — lloriqueo.

— Ya cálmense, no se puede comer nada en paz con ustedes. — Les reprocho CDMX.

—Mira quien lo dice el que anda teniendo sexo por toda la casa o si se pudiera por toda la nación.

— Cállate Monterrey, eres un pedazo de mierda que sigue solo, porque no te quiso Durango, si no mal me acuerdo se fue con Chihuahua en frente de tu nariz.

—Retráctate. —Saco una pistola de su chamarra.

— ¿Crees que le temo a una simple pistola? Acuérdate, que el diablo no es diablo por ser diablo si no por viejo, mocoso. — Saco su navaja.

— ¡Basta los dos!, les pedí una maldita cosa a los dos y más a ti CDMX, ustedes dos me acompañan, Jalisco, Puebla y Rodrigo también vengan. Guanajuato quédate. — Como lo había dicho los mencionados salieron con las cabezas cabizbajas.

—Me alegra que mi padre se allá retirado. — Dijo Guanajuato levantando de su silla empezando a tambalearse de un lado a otro, se acercó a la organización por detrás, tomándole por los hombros. — ONU tan bello, tan pacífico y tan acorde a todo, tu bello ser no debe ser profanado por las asquerosas palabras de estos perversos países. — Se acercó a su cuello. — Hueles tan celestial como un pequeño ángel caído.

— ¿D-disculpe? No comprendo a lo que se refiere. — Menciono con su semblante serio

— Ya lo entenderás mi querido amigo, pero por favor retírate. —La organización asintió. — Tome lo que guste lléveselo, disfrútalo y gózalo mi azulino amigo

—Lo comprendo solo... no se maten. — Se levantó de su lugar

—Por fin podremos hablar bien... Lo primero quítense esa máscara que traen de países inofensivos no tienen que actuar de esa manera conmigo, estoy al tanto de todas sus acciones. Ahora vamos con lo segundo y lo más importante, me presento soy Guanajuato hijo de México y de...—No pudo terminar la frase por la pequeña risa de un español.

—Por favor~ ¡Tu hijo de otro país!, niñato eres un simple estado y que te quede claro tu padre nunca, de los nunca alguien tendría un hijo con tu "padre". —Grito.

—España no eres nadie para decir en quien puede o no tener una relación. —Sonrío mostrando uno pequeños dientes de tiburón. — Además mi otro padre ya no vive, ahora ya les revele un pequeño secreto~ Ustedes respondan.

—If we don't want? (¿Si nosotros no queremos?)—Reto el país de cincuenta estreñas.— Because you just are a State. What can happen? (Porque solo era un estado ¿Qué puede pasar?). —Eso colmo la paciencia del estado que sostenía una gran sonrisa, chasqueo sus dedos, los países quedaron inmóviles pues camisas de fuerzas los sujetaban, además de unas armas que les apuntaban, ahora sí que sudaron.

— Me preguntas que pasara, ahora vamos a ver que pasaría si una maldita bala atraviesa tu cráneo...—Su expresión cambio, eliminando rasto de sus filosos dientes, y su rostro se puso serio como siempre. — бBрruатerS. — Miro a Alemania para después ver a Rusia que solo miraba atentamente la escena.— Ya me tienen cansado, se creen la gran cosa, que poco conocen a mi país, ¡Que poco conocen a mi padre! ¡Que poco conocen a mis hermanos! ¡Que poco me conocen a mí! ¡Que poco conocen esta casa! ¡Que poco conocen la verdadera historia!, podre seguir así, pero no saben nada... —Suspiro sentándose arriba de la mesa. —Como extraño a mi padre, como desearía que no estuviera bajo el suelo en este hogar...

[Nuestro pequeño Guanajuato]

[Es hermoso Mexico, pero lo mas importante es de los tres mis amores]

[Claro que si mi rojo y mi tiburoncito]

Atentamente: Misterum677