Capitulo 8: No es lo que parece

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La lluvia seguía con gran fuerza, era alrededor de las 8 de la mañana y el olor del café ya inundaba la cocina. Ahí se encontraba el mexicano tomando su gran taza teniendo al lado suyo a la organización de la paz.

-¿No dormiste?

-No, no pude ni pegar un ojo ¿Se me noto demasiado? -Lo voltio a ver con una pequeña sonrisa.

-No tanto se disimula, aunque creo que las mías siguen siendo más grandes.

-Pues tu wey, que le quieres dar duro al trabajo una y otra vez, te mereces unas vaciones en unas des mi playita. -Tomo un sorbo de su café

- Te ves demasiado relajado, hasta en tu hablar cambio a diferencia de ayer, estabas muy tenso.

-¿Me pregunto por qué será? Acaso tu sabes. - Hablo con sarcasmo

-Gracias por tu indirecta

-Hay es puro mame, no te lo tomes tan enserio. - Los dos rieron. -Mis hijos te causaron mucho problema, al parecer

-Para nada, son un pan de dios como sus padres.-Hablo con sarcasmo

-Wey pues que esperabas, pues estábamos bien piches locos, los tres al par, aunque eso si ese hijo de la virgencita de Monterrey me salió como el rojo, mide más que yo el desquiciado. -La ONU rio por debajo, por el cometario de México.

-Entonces ¿Qué paso? ¿Cómo está eso de que Monterrey sea un estado? Digo no ere Nuevo León tu estado.

-Que te diré.-Quedo pensativo, mordiéndose las huyas. - Ya hace bastante tiempo sucedió eso. Pues Nuevo León tuvo un accidente en donde se le imposibilitaba trabajar, Monterey propuso que el descansara mientras tanto él se encargaría de todo y así fue hasta que Nuevo León se recuperó, sin embargo, la situación se le dificultaba a Nuevo León y el mismo pidió que cambiaran roles con Monterrey, tal vez se te haga raro que alguien cambie su puesto con mayor trabajo a uno menor, pero fue justo, en fin, fue Monterrey culpable del accidente que tuvo Nuevo León, se podría decir.

-Enserio, tu hijo daño a uno de tus estados, eso sí se ve poco creíble.

-Es muy cierto, fue durante el tiempo que les dije la verdad sobre esos dos, sus padres. Ellos tenían que saberlo, al fin acabo fueron sus padres, ahora ya no serían los reconocibles mejores amigos de su papa o sus tíos, si no como sus padres. -Su mirada era nostálgica, decaída y triste. -Al inicio ellos se enojaron conmigo, y siento que por mi culpa alguno de ellos se siente mal aun en día. Comprendo que sigan molestos, pero me alegra que se sientan bien con lo que vinieron

-Oh Mex, no sabía que te sentías tan mal, pero me alegra que valla de mejor manera. -Tomo un sorbo de su taza. - Sé que esto se saldrá del tema, pero cuando piensas regresar. Sé que es malo lo que pido, no puedes seguir escapando del mundo literalmente. -El semblante del contrario cambio a uno más serio.

-¿Por qué me chingas con eso? Como dijiste escapo del mundo y me parece bien, no quiero regresar, no quiero afrontar la realidad. -Sus lágrimas se empezaron a deslizar. -No sé ni cuando voy a regresar, ni yo sé si estoy bien, ¿Por qué me lo pides con tanto anhelo?

-México. -Lo tomo entre sus brazos, sintiendo como su hombro se humedecía por las lágrimas que soltaba el contrario. - Perdón por presionarte, pero ya es necesario tu presencia, cada día se dificulta. Debes empezar a librarte del pasado México, sé que ellos tampoco lo hacen, pero ¿Cuánto tiempo duraran así? -Escucho que los lloriqueos del contrario cesaban. -México, yo quiero ayudar, yo te quiero ayudar porque te quiero y te aprecio, sé que las riñas del pasado siguen ahí, no quiero que te hagas más daño, me importas.

-Ah! Señor México, perdón por interrumpir los países ya se están despertando ¿Qué orden da? -ONU se separó bruscamente con un leve sonrojo.

Te odiamos MéxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora