24. Corazón roto

3.8K 222 42
                                    

— ¡Yo no he dicho eso! —gruñó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Yo no he dicho eso! —gruñó.

— ¡Pero lo crees! —alcé mis brazos enfatizando mis palabras.

—Solo dije un maldito no y ya estoy condenado al infierno por ello —resopló, no gritaba, pero su tono solo me enfurecía más, odiaba que mientras yo estuviera a punto de perder la cabeza, él se mantuviera relajado—, ¿Acaso se te olvida esa noche en la que Cam apareció y le diste una oportunidad? Pasaste diez minutos a solas con él y ya habías caído. Le perdonaste todo —gruñó—, no piensas cuando se trata de él, y no planeo competir con los años de historia que tienen.

— ¡Fue un error! ¡Estaba confundida! —no podía controlarme, parecía una loca gritándole en la oscuridad. Y, con cada segundo mi furia aumentaba, por su culpa mi mente no tenía el control de mi cuerpo, gritaba porque me dolía el corazón, ya la Daniela que se guardaba todo había desaparecido—, ¡Apareciste en mi vida de repente! ¡No sabía por qué me sentía cómoda contigo si siempre te había odiado! ¡No sé ni siquiera por qué lo perdoné! —las últimas palabras se me trabaron en la garganta y luché para contener mis lágrimas.

—Peor ¿No? —rió sarcásticamente, se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido—, hoy estabas preocupada cuando discutía con él porque te fue a recoger, y te enojaste conmigo en vez de con él —me miró con rabia—, y apenas lo viste en el parqueadero con Emily parecías a punto de llorar.

Su mirada en mí hizo que mi corazón no pudiera resistir más, las lágrimas se desplazaron por mis mejillas y mi cuerpo empezó a temblar. Thomas se dio cuenta lo que había provocado y su expresión cambió drásticamente, intentó acercarse a mí, pero retrocedí.

—Dani... lo siento...

—Desde que decidí estar contigo mi vida es un remolino —lo interrumpí, por cada paso que él se acercaba yo me alejaba dos—, si, hoy me enfadé contigo, te expresaste de mí de una manera... —mi voz falló y mis lágrimas eran tan abundantes que veía todo borroso—. Y estaba preocupada por ambos, no quiero que arruinen su amistad así por mí. Y hoy me sentí mal al ver a Cam con Emily, porque fue con ella después de haber hecho su show en frente de mi casa. Y aunque hayamos terminado, tienes razón, tenemos historia, y me duele que esta haya terminado tan mal —gruñí llena de rabia antes de continuar—. He fingido la mayor parte de mi vida sobre lo que siento, siempre pude controlarme a la perfección; pero llegaste, y tengo miedo de sentir demasiado en tan poco tiempo, justamente por esto, no quiero que me lastimen más.

Di la vuelta y empecé a correr con rapidez, no escuché gritos, no escuché que me siguiera, no escuché nada. Me sentía rota con cada paso que daba, pero continúe. Mis lágrimas no se detenían y ya se habían convertido en mis amigas inseparables, esa noche definitivamente no estaba a mi favor; temblaba, mis sollozos eran lo único que se escuchaban, corrí y corrí, me detuve varias veces para tomar aire, pero luego seguía corriendo. Necesitaba distanciarme y pensar.

Me detuve cuando ya mis pies no podían más, caí de rodillas en el asfalto y me sentí rota, humillada, estúpida. No solo por Thomas, por todos, incluyéndome a mí; tomé aire y me limpié las lágrimas, cuando estuve calmada me levanté y observé donde me encontraba. Había llegado a un acantilado con un telescopio.

Corazones cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora