Extra #1

2.6K 148 38
                                    

Dedicado a Dani.

Gracias por leerme, sé que amas esta historia y esperaste mucho para este extra. Eres un regalo para mí y soy muy afortunada de tenerte en mi vida. Siempre lees todo lo que escribo, siempre me apoyas en todos mis proyectos, siempre estás cuando más te necesito... este final feliz es para ti.

-

—Esto es demasiado frustrante —gruñí.

— ¿Eso es lo que estás pensando realmente? —me preguntó con la cabeza levemente inclinada. Veía su reflejo detrás de mí.

—No, de verdad no creo que quieras saber lo que estoy pensando, mucho menos las palabras que mi hermosa cabecita está reproduciendo —torcí los ojos y continué retocándome el labial.

Quería estar perfecta, al menos para que algo en esta noche saliera perfecto. Sabía que formaríamos la tercera guerra mundial, esta noche no acabaría bien para ninguno de nosotros.

Thomas rió y bufé, no me gustaba su manera tan relajada de tomar las cosas. Mientras yo estaba presa de la ansiedad con un bonito hermoso vestido blanco pegado al cuerpo, una tiara carísima y un maquillaje impecable que no paraba de retocar, él estaba sonriendo, sentado en la cama con su hermoso esmoquin, acelerando los latidos de mi corazón con su mirada.

— ¡Se van a matar! —chillé.

—Nadie se matará en nuestra boda, cariño —dejé el labial en el tocador y me levanté para verlo a la cara. Su sonrisa se ensanchó y pasó sus ojos por todo mi cuerpo.

—Casi se matan en la fiesta de compromiso —intenté no temblar ante su escrutinio, podían pasar mil años y él seguiría tambaleando mi mundo con una sola sonrisa.

—No, solo se cayeron algunas extensiones y se partieron un par de narices.

—Mi padre golpeó al tuyo, tu madre le rompió la nariz a la mía y la madre de Cameron no paraba de alentar el caos. Paula se desmayó mientras Elías intentaba que los niños no lloraran, Emily parecía a punto de parir y tú y Cameron estaban riéndose como dos retrasados —lo regañé.

Nuestra fiesta de compromiso definitivamente fue inolvidable, parecía un ring de boxeo, sabía que invitar a tanta gente que se odiaba y reunirla en un restaurante sería pésima idea, pero claro, tenía que hacerle caso al imbécil de mi futuro esposo.

—Se portarán bien esta vez, ya se desahogaron, tu padre vendrá con su esposa, tu madre se operó de nuevo la nariz y mi padre dio una interesante suma por regalo de bodas. Emily ya parió, Cam está embobado, Paula y Elías seguirán cuidando a su guardería. Todo será perfe...

— ¡¿Pero qué carajos haces aquí?! —el grito de Paula nos perforó los oídos. Volteé rápidamente hacía la puerta con una mueca de horror en mis facciones.

— ¡Maldita sea, Thomas! —le gritó Emily que venía detrás—. ¡Lárgate de aquí!

Thomas se levantó dramáticamente y retrocedió varios pasos con las manos levantadas en son de paz, me reí sin poder evitarlo y me gané una mirada asesina de Paula.

— ¡No se puede ver a la novia antes de ir al altar! ¡No se puede follar una noche antes de casarse! ¡Dos reglas! ¡Solo eran dos! ¡¿Por qué tienes que incumplirlas todas?!

—Lo de anoche fue culpa de ella, no mía —me señaló.

—Pero serás hijo de puta —me volteé a verlo y me crucé de brazos. Aunque... tenía razón, y no me arrepentía de nadita.

— ¡Parecen dos adolescentes! —gritó Emily.

— ¿Quién parece adolescente? —Cameron entró en la habitación con una sonrisa—. ¡Wow! ¡Estas hermosa!

Corazones cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora