Daniela siempre ha tenido la relación más envidiada. Su novio no es nada menos que uno de los chicos más ricos, guapos e inteligentes de toda la ciudad. El chico malo que solo ella pudo cambiar.
Después de una relación de casi dos años todo empieza...
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Thomas parqueó en uno de los pocos sitios vacíos. El lugar tenía demasiados autos parqueados y había varias parejitas entrando al elegante salón rodeado lleno de ventanales gigantes que mostraban el lujo que se hallaba dentro.
Mi mente empezó a pensar en tantas cosas al mismo tiempo que me dolía la cabeza, me quedé con la boca entreabierta sin poder creer lo que mis ojos veían, era imposible que mi abuela organizara todo eso, había algo extraño en la situación. Loops era una cafetería pequeña que atraía buena clientela por la calidad de sus productos y por la decoración del sitio, y aunque dejaba buen dinero, nunca daría para organizar algo así.
No noté cuando Thomas bajó del auto y lo rodeó para abrirme la puerta, estaba ahí, con una camisa blanca y un pantalón negro de vestir, después de todo lo sucedido no tuve tiempo para detallar lo lindo que se veía. Thomas me tendió la mano y me quedé observándola un tiempo. Desvié mi mirada hacía el lujoso lugar y el pánico me apoderó, odiaba esas cosas de etiqueta, nunca sabía cómo comportarme y me sentía incomoda, no podía creer que mi mejor amiga me hubiese ocultado los detalles de lo que ella decía una fiesta juvenil normal.
—Llévame a casa —le dije a Thomas, el cual descompuso el rostro inmediatamente—, no pienso entrar ahí.
—He venido aquí por ti, ambos vamos a entrar y créeme que nos divertiremos —me sonrió. Negué varias veces con la cabeza y crucé los brazos en mi pecho, no planeaba entrar ahí—. Dani —Thomas se acercó a mí y acarició mi brazo desnudo enviándole corrientes a mi cuerpo, me empecé a colocar más nerviosa.
—Thomas... no entiendo como Loops pudo organizar algo así —intenté que no se notara el nerviosismo en mi voz, pero el rostro de Thomas estaba demasiado cerca de mi mejilla y sentía su aliento en mi piel, quemándome, ardiendo.
Thomas se alejó de mi con el ceño fruncido.
— ¿No lo sabías? —preguntó confuso, negué varias veces—, hoy se hará un anuncio importante que tiene que ver con Loops, pero esto no lo organizó Rosé, esto lo organizaron para Rose.
—¿A qué te refieres? —fruncí el ceño sin comprender nada.
—No lo sé, pero tu abuela quería tu presencia —lo miré con sorpresa ¿Cómo sabía él todo eso? —, Si quieres entramos, saludamos a Rosé y vemos de que trata todo esto, no me dirás que no te pica la curiosidad —lo desafié con la mirada, estaba usando un buen truco, pero no pensaba entrar ahí—, tu padre también está adentro.
— ¡¿Y qué me importa?! ¡No pienso entrar ahí! —pegué un gritillo estresada. Además, algo me decía que Thomas sabía más de lo que aparentaba, y para mí que mi padre también estaba involucrado. ¿Será que se le fue la lengua con Thomas cuando estaba borracha? Fuera como fuera, no me gustaba para nada la situación en la que me encontraba.
—Tienes dos opciones amor mío, o entras a las buenas o las malas, pero ninguna mujer me ha dejado plantado y por muy loco que me tengas no serás la primera.
