Roto

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Después de observar a Matt por última vez, me di cuenta de que no era tan temprano, y él tenía que ir a trabajar, ya que Foggy lo necesitaba con urgencia en la oficina. Aunque seguía enojada con él, al menos había explicado lo que había sucedido el día anterior. Al parecer, había ocurrido un incidente en un lugar de bolos, donde un hombre había sido asesinado. Matt había querido investigar por su cuenta y hacer algunas preguntas.

A pesar de que tenía esa explicación, no podía evitar cuestionarme por qué Mahoney no me había dicho nada. Pero al final, no era un gran misterio, supongo que Brett pensaba que iría sola a detener al tipo.

Mi compañero quería evitar que me metiera en problemas, y eso me frustraba. Me giré en la cama lentamente, dándole la espalda a Matt cuando lo vi tomar su bastón.

Mientras reflexionaba sobre todo esto, sentí cómo un lado de la cama se hundía lentamente, lo que significaba que Matt estaba a mi lado. Mi corazón empezó a latir rápidamente, pero traté de ignorarlo. Sin embargo, Matt pasó una de sus manos por mi cintura y la acarició suavemente.

-Sé que estás enfadada aún, pero de verdad me gustaría que hoy me ayudaras a cepillarme el cabello.- murmuró en voz baja. Mi corazón se encogió al oír sus palabras. A pesar de estar enojada con él, siempre encontraba la forma de hacerme olvidar. Solté un largo suspiro de resignación y me levanté de la cama, tomando asiento.

Una leve sonrisa se formó en mis labios cuando vi el cabello de Matt completamente desordenado.-¿Ya habías intentado cepillarte el cabello?-pregunté, desviando la mirada. Sabía que Matt no podía verme, pero tenía la sospecha de que él sabía que estaba sonriendo.

-Algo así.- respondió con una sonrisa en su rostro. Tomé un ligero respiro antes de acercarme a él y comenzar a desenredar su cabello con cuidado y amor, mientras Matt permanecía en silencio. Justo cuando estaba a punto de terminar, su cabeza cayó suavemente sobre mi pecho, descansando allí. Bajé la mirada y llevé una mano a su rostro, acariciándolo suavemente.

-Lamento lo que pasó ayer.-murmuró.

-Sí, solo... estaba estresada y exploté-respondí. Su mano se deslizó lentamente por mi costado y sentí cómo se aferraba a mí con fuerza.

-Te amo-dijo.

-Yo también te amo.-murmuré antes de depositar un suave beso en sus labios.-Ya es tarde... supongo que Foggy debe estar volviéndose loco en la oficina.-Matt sonrió un poco y luego se levantó de la cama, tomando su bastón.

Tomé las gafas de la mesita de noche y las coloqué cuidadosamente en su lugar. Mis manos acariciaron su rostro, sintiendo la aspereza de su barba que apenas estaba creciendo.

-¿Vas a trabajar hoy?-preguntó.

-Sí, como todos los días- suspiré cansada, mirando mi uniforme que estaba junto a la cama.

-¿Volverás hoy?- preguntó. Fruncí el ceño ante su pregunta.

-No, creo que no-respondí. Para ser honesta, no creía que volvería esa noche, pero todo dependía de cuántos crímenes se estuvieran cometiendo o si mi jefe estaba de buen humor.

Pronto, sentí cómo los labios de Matt se posaban suavemente sobre los míos, dándome un pequeño beso y sacándome de mis pensamientos.

-Cuídate, por favor, y no te metas en problemas. Eres maravillosa, pero no eres inmortal.-murmuró cerca de mis labios. Sonreí un poco antes de acomodar su cabello con cariño.

-Lo haré.- dije. Matt se alejó, tomando unas carpetas que estaban en la habitación y salió del cuarto, seguido por el apartamento.

Sentía que Matt estaba actuando de manera extraña. Sus palabras y acciones parecían estar fuera de lugar. Sacudí mi cabeza una y otra vez, tratando de despejar esos pensamientos antes de levantarme de la cama. Solté un pequeño gruñido mientras recogía mi ropa.

EUPHORIA | MATT MURDOCKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora