Narra ______
Me encontraba frente a la ventana, observando cómo la lluvia caía lentamente, impactando suavemente los vidrios del apartamento. Levanté una mano y la posé sobre el frío cristal.
Pronto, una voz detrás de mí llamó significativamente mi atención.
- Deberías ponerte un abrigo... - me giré rápidamente hacia la dirección de la voz y vi a Murdock, quien tenía una pequeña sonrisa en su rostro mientras se apoyaba en el marco de la puerta.
-Deberías dejar de asustarme así - aseguré, antes de sentarme lentamente en el frío suelo de la sala.
-Tal vez - coincidió él con mis palabras. - ¿Cómo me veo?
-¿Quieres que sea sincera contigo? - Mis ojos examinaron detenidamente cada corte y hematoma visible en su rostro.
-Siempre lo eres...
-Te ves hecho un desastre - Matt soltó una risa, y yo hice lo mismo. Se acercó lentamente hacia mi dirección y segundos más tarde tomó asiento frente a mí.
-¿Algo más que decir?
-No alimentaré tu ego con un cumplido, Murdock.
-Vaya... - Matt mantenía la sonrisa en su rostro. - Supongo que ganaste esta vez. - Llevó una mano hasta mi cabello y lo acomodó lentamente. Yo simplemente me dejé hacer, reconfortada por el cálido contacto. - ¿Tienes que ir a trabajar hoy?
-Sí... pero voy a ingresar más tarde hoy.-susurré con resignación, soltando un largo suspiro que parecía llevar consigo el peso de mis responsabilidades. No es que no me gustara mi trabajo, después de todo, era una comisaría de renombre, pero mis interminables turnos contrastaban drásticamente con los de muchos de mis colegas.-¿Y tú? ¿Vas a trabajar?-pregunté, esperando escuchar una respuesta similar a la mía. Murdock asintió lentamente, dejando escapar un suspiro largo después de unos segundos de reflexión. Sentí cómo su pesar se transmitía a través del aire antes de que pronunciara sus palabras.
-Pero el trabajo puede esperar un poco más..- dijo con una nota de anhelo en su voz. Su afirmación me intrigó, sin comprender del todo sus intenciones. Una ligera risa escapó de mis labios, mezclada con una pizca de confusión.
-¿Qué?-pregunté, esperando una explicación que arrojara luz sobre su misteriosa propuesta. Murdock, con una sonrisa encantadora en sus labios, no dudó en responder a mi cuestionamiento.
-Vamos a desayunar fuera.-sugirió. La idea de alejarnos de la rutina y disfrutar de un momento juntos parecía tentadora, pero no pude evitar preocuparme por su evidente estado de heridas y contusiones.
-No hablas en serio... Mírate, estás completamente lastimado.- murmuré, dejando en claro mi preocupación. Matt negó suavemente con la cabeza, desestimando mis preocupaciones. Sin embargo, sus acciones hablaron más que sus palabras cuando tomó una de mis manos y la llevó hacia su propia mejilla. Al sentir la suavidad de su piel bajo mi palma, no dudé en acariciarla con ternura.
-Vamos...- insistió, sin perder esa sonrisa encantadora que siempre me hacía derretir. Era difícil resistirse a su encanto, pero mi preocupación seguía latente. Quería protegerlo de cualquier daño adicional.- Solo será un momento... estaré bien. Lo prometo.
Tomé un respiro ligero, permitiendo que las palabras de Matt se asentaran en mi mente. Segundos después, dejé escapar un suspiro de resignación, consciente de que mi preocupación no podía frenar el impulso de seguirlo. Mis ojos se posaron en su rostro, que irradiaba una mezcla de valentía y encanto irresistible. Inconscientemente, una sonrisa se dibujó en mis labios mientras el juego entre nosotros se desarrollaba.