07

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—Bien. Es hora.

Lucas se despidió de Yuqi y caminó en dirección a su moto. Yuqi cruzaba los dedos y rogaba que todo saliera bien, pero conociendo las artimañas de Ten, lo que pedía era demasiado.

Kun estaba a su lado, los estrados estaban abarrotados porque esta no era una simple carrera callejera, era "la carrera", donde no solo se jugaba por quien era el mejor sobre ruedas, sino sobre el orgullo de cada competidor.

La carrera dio inicio tras un disparo al cielo, Lucas y Ten arrancaron bajo la oscura noche de Hong Kong. Lucas iba enfocado en la meta, nada más, ganar esta última carrera y ser feliz al lado de la persona que ama.

Había recorrido ya media hora de camino, su moto estaba en óptimas condiciones, pero entonces siente que ésta empieza a disminuir su velocidad. ¿Qué sucedía? Revisó el motor y el combustible estaba lleno, revisó las llantas y...

—No, no, mierda, no.

Se habían clavado unas finas púas, casi imperceptibles al ojo humano, pero si muy efectivas a la hora de perforar algo. Lucas se agachó a revisar y maldijo tomando su celular, no había tiempo para cambiar las malditas ruedas y sabía que Ten ya le estaba sacando ventaja.

—¿Hola?

—Kun, no sé qué mierda pasó, pero será imposible que gane la carrera, mi llanta se averió. Ya sabes lo que tienes que hacer.

—Si. Lo sé y lo lamento hermano. Enseguida llevo a alguien para que te recoja.

Kun colgó y tomó de la mano a Yuqi.

—Vamos, tenemos que salir de aquí.

—Qué sucede.

—¡No hay tiempo! Tengo que llevarte a un lugar.

Kun comenzó a salir con Yuqi entre la multitud, en ese instante Ten llegaba a la meta con la sonrisa arrogante que le caracterizaba, al ver los asientos vacíos, su sonrisa se esfumó y mandó buscarlos de inmediato.

Por otro lado, Yuqi continuaba corriendo con Kun, no sabía que pasaba, pero presentía algo malo. ¿Lucas había perdido? Oh por dios, entonces eso significaba...

Kun la empujó dentro de un camión viejo.

—Vamos, rápido, rápido. Debemos ocultarte, yo los distraeré.

—No, no, no me dejes sola, Kun, por favor – rogó.

—Están aquí cerca. Escucha – la tomó de las manos —Vas a correr de frente, hasta una puerta negra oxidada, del otro lado está una autopista, espérame allí y mantén encendido tu celular ¿okay?

Yuqi tembló y asintió, corrió dejando atrás a su amigo e hizo el camino indicado, pero cuando estaba por llegar a la puerta, unos brazos la detienen.

—A dónde vas, muñeca. Ese no es el trato que hice con tu novio.

—Ten, suéltame. ¡No! ¡Déjenme!

Sus hombres la tomaron de las piernas y la arrojaron a una camioneta negra. Lo último que Yuqi vio, fue una tela negra cubrir sus ojos y una mordaza dentro de su boca.

El frio suelo de aquel lugar le estaba calando los huesos. Yuqi parpadeó intentando enfocar su vista. ¿Dónde estaba? Con lentitud se sentó en lo que parecía se run desgastado colchón, ni siquiera podía describirlo porque la venda en sus ojos le impedían ver, sintió sus manos y pies atados por una soga, al menos le habían quitado la mordaza, quería gritar por ayuda, pero quizás si lo hacía se la volverían a colocar y eso sería peor.

Una puerta fue abierta, Yuqi miró en varias direcciones, sintió que le arrancaban la venda y por fin pudo ver a su agresor. Ten.

—Bienvenida de nuevo, Yuqi. Supe que ese era tu verdadero nombre, vaya, hasta en ese te cuidó Lucas. Pero bueno, no estamos aquí para hablar ni conocernos porque en realidad tu vida me importa muy poco.

Red Engine [Luqi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora