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Yuqi regresaba a casa. Como todos los días, tomaba el camino empedrado que quedaba cerca de su parque favorito. El metro estaba atascado de gente y no le importaba caminar unas cuadras con tal de no tener que soportar el olor corporal ajeno.

El ruido de una motocicleta que se acercaba rápidamente interrumpió sus pensamientos. Ésta empezó a rodearla haciendo un ruido demasiado molesto, pero no podía hacer más que esperar que el motociclista terminara de molestarla. Total, meterse con un grupo de matones en ruedas no era bueno para una chica de veinte años.

—Ya déjala tranquila, Jackson – habló otro chico motorizado —No es divertido ese maldito motor de mierda a un metro de mí. ¡Vamos, hombre, apágalo!

Yuqi agradeció mentalmente al desconocido por detener el ruido, los miró a ambos y portaban las mismas casacas, así que seguramente pertenecían a una pandilla o algo así.

Con una leve reverencia Yuqi se dispuso a seguir su camino, fue cuando el desconocido "amable" se quitó el casco negro y sus ojos se encontraron con los suyos. ¿Acaso lo conocía?

—¿Yukhei? – dijo Yuqi a lo que el mencionado le miró perplejo.

—¿Song Yuqi?

—¡Si! ¿No me recuerdas? Estudiamos juntos la primaria.

El tal Yukhei sonrió viéndola.

—Debe ser una obra del destino. No puedo creer que te encontrara justo en Hong Kong. Has crecido un poco, eh.

—Y tú demasiado. – respondió Yuqi con sensatez.

—Así con que se conocen – dijo Jackson apoyando su hombro en su amigo – La muñequita aquí y tú ya se conocían.

—Eso no te debe importar en lo más mínimo – le respondió Yukhei con una sonrisa forzada —¿Nos puedes dejar solos?

—Claro, claro. Me imagino que tienen que "ponerse al día" – dijo Jackson haciendo una mueca sugerente.

—Jackson... - Yukhei arrastró la palabra – Largo.

—Okay, okay, me voy. Nos veremos pronto, muñeca.

Jackson le guiñó el ojo para luego subir a su moto y comenzar a alejarse. Yuqi suspiró volviendo a verlo.

—Lo siento por lo que voy a decir, pero tu amigo es desagradable.

—Vaya, si no me lo dices, no me doy cuenta – bromeó y luego le extendió un casco —Sube, te invito a almorzar. A menos que ya hayas comido.

—Aún no, pero gracias por la invitación.

Yuqi tomó el casco y se subió por primera vez a la motocicleta rojo con negro de su amigo de la infancia. Se sentía demasiado feliz de volverlo a encontrar y por supuesto agradecía al destino de igual modo.

Almorzaron en un exclusivo restaurant, Yuqi no preguntó cómo es que tenía tanto dinero, no quería arruinar un poco el ambiente que habían formado, pero de igual modo disfrutó la comida que le invitó. Se pusieron al día en algunas cosas, Yukhei era algo reservado, pero respondía a todas sus preguntas.

—Así con que estudias enfermería – comentó él cuando salían del restaurant.

—Si. Es un trabajo duro, pero la satisfacción que obtienes lo vale.

Yukhei se detuvo a contemplarla con una sonrisa. Su amiga no había cambiado mucho a como la dejó. Es más, incluso lucia más hermosa, se había teñido su cabellera castaña por una rubia, con sus inconfundibles rizos.

—Qué tanto me ves ¿Realmente no crees que soy yo, eh?

—La verdad es que no puedo creer que te haya encontrado. Con el cabello rubio y rizado pareces una leoncita.

Red Engine [Luqi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora