antisocial | larry

Eleven

Harry estaba nervioso.

Sus manos sudaban e intentaba ocultarlo secándolas en sus jeans. Su corazón iba más rápido de lo normal y su pie no podía dejar de moverse repetidamente, cosa que hacía cuando estaba nervioso.

Vuelve a mirar hacia delante. La puerta de madera sigue ahí, no por más que la mires se va a mover Harry.

El rizado llevaba cinco minutos delante de la casa de Louis, y es que aún no se decidía en si llamar o no, tenía miedo de que el corazón se le parara. Solo iban a estudiar Literatura, pero después de los últimos acontecimientos estando solos, Harry no sabía qué esperar.

Sabía que debía entrar tarde o temprano, eran las 6:06 pm y habían quedado a las 6. Harry nunca era impuntual.

Dejando su miedo atrás, levanta la mano en forma de puño y la sitúa delante de la puerta de madera. Da tres golpes.

Su corazón se acelera. ¿Le abriría Louis?

La puerta se abre diez segundos después de haber llamado, y un alegre Louis aparece detrás de ella. El ojiverde empieza a sentir su corazón bombeando más fuerte y intenta calmarse. Vamos Harry, ¿desde cuándo te pones nervioso al ir a casa de un amigo? Oh claro, que nunca lo había hecho antes.

Cuando Louis se hace a un lado, aún sonriendo y saludando a Harry, éste entra en la casa. Le golpea el agradable calor que hay en el ambiente, gracias a la calefacción que probablemente estaba a mas de veinte grados, cosa que agradeció para dejar de temblar o Louis pensaría que tenía Parkinson.

Que bonita casa.- Dice el rizado mientras dirige su mirada por todo el comedor, la única sala visible desde la entrada. Como si Louis no hubiera visto su casa nunca, dirige la mirada donde Harry estaba mirando y sonríe.

Sí, es agradable.- Carraspea, probablemente llevaba demasiado tiempo sin hablar.

Se quedan unos diez segundos sin saber qué hacer ninguno de los dos y Louis se decide a hablar.

Dime Harry, ¿Dónde quieres hacerlo?.- Se arrepiente cuando llega a sus oídos lo que ha dicho. Bien Louis, primero lo besas y ahora lo invitas a casa para estudiar, se pensará que le has invitado para revolcarte con él, y no es tu plan. Amistad Louis, amistad. Los dos se sonrojan y cuando Louis se decide a reaccionar habla.- Quiero decir, estudiar Harry, estudiar... yo no quería... osea que no te he invitado para re...

Está bien Louis.- Suelta una pequeña risa.- En el comedor está bien.- Dice cuando ve una mesa cerca. Deja la mochila en una silla y arrastra otra para sentarse. Siguiendo sus pasos, un todavía avergonzado Louis lo imita, dudando dónde sentarse. Decide sentarse a su lado.

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¿Entonces Jane Austen no es la que escribió Romeo y Julieta? Pero si le pega más, parece algo que ella escribiría.- Harry rie

Dios Harry, no. Deberías leer algunos clásicos antes del examen ¿sabes?. Pensaba que no te iba tan mal cuando dijiste que te iba mal.- Al ojiazul solo le faltaba llevarse la mano a la cara y negar con la cabeza.

Oh vamos, solo ayúdame a conseguir el aprobado aunque sea.- Se queja Harry, si esto hubiera pasado hace dos horas estaría sorprendido por hablar tan abiertamente con Louis, pero durante estas dos horas los dos chicos se habían abierto el uno al otro. Y Louis estaba feliz de eso, pues lo que quería era conseguir la amistad del rizado e iba por buen camino.

Claro que te ayudaré.- Lo mira a los ojos, dios, esos ojos. No puede evitar perderse otra vez en ellos, cada vez que se quedaban mirando así solo podía perderse en ellos, veía vegetación, calma, mirar a sus ojos era como estar tranquilamente en el bosque, disfrutando del paisaje y contemplando las vistas. Los jóvenes estuvieron perdidos en sus miradas por un largo tiempo. Louis movió su cabeza como si una mosca hubiera pasado por ahi y estuviera intentando deshacerse de ella.- Quiero decir, es una promesa, yo nunca rompo las promesas.- Esta vez no lo mira y decide mirar los papeles que tienen delante, temiendo que si lo vuelve a mirar no pueda evitarlo y lo bese otra vez.

Está bien.- Harry dirige su mirada a los papeles también.- ¿Algún consejo para el examen?.- Dice mientras empieza a recoger sus cosas, pues ya eran casi las nueve.

Solo, recuerda lo que hemos hecho hoy y te irá bien.- Cuando se da cuenta de que Harry ya lo ha guardado todo se levanta y se dirige a la puerta para acompañarlo, los dos caminan el uno al lado del otro hasta llegar a ésta.

Lo he pasado bien.-Dice el rizado, sorprendiendo gratamente a Louis, que ya está sonriendo otra vez. El rizado gira su cabeza para mirar mas allá de la puerta ya abierta. Se queda unos segundos así, como si estuviera discutiendo con él mismo sobre algo. Vuelve a mirar a Louis, directamente a sus ojos.- Que te parece si... bueno, si quieres... podríamos, no sé, quedar otro día. Osea... no para repasar literatura porque, bueno ya serán vacaciones pero... quedar como...-

El ojiazul sonríe, ahora mismo su felicidad era máxima.- Estaré encantado de quedar contigo Harry.

El rizado, sonrojado, sonríe y le da una última mirada a Louis, acompañada de una sonrisa. Cuando ya está afuera se gira.

-Entonces... ¿hablamos?.

-Claro Harry, buenas noches.

-A ti también, Louis.- Dice antes de girarse y empezar a caminar, sin mirar atrás

El rizado llegó a su casa y, después de hablar unos minutos con su madre fue a su habitación, lo que más le apetecía ahora era tumbarse en su hamaca y ver las estrellas, cosa que hizo.

El ojiazul, por su parte, se dió una ducha, todavía estaba feliz por todo lo ocurrido, y no creía que nada le pudiera arrebatar esa felicidad. Cuando llegó Lottie, le contó todo a su hermana y los dos se pasaron varias horas en la cama hablando.