The 10 Year Plan - Emiliaco AU

Los Mentirosos: Emilio

¿Habías escuchado la frase "it takes one to know one"?

En español significa "se necesita a uno para reconocer a otro"; Joaquín la entendía a la perfección y, para entender por que, habría que retroceder un par de años.

Abril, 2022

Eran las grabaciones del final de la cuarta temporada de "Mi Novio tiene Mucha Más Familia", incluía una escena de la graduación de Ari, Temo y Diego y en el set, se encontraban Nikolás y Emilio pero no había rastros de Joaquín, que ya tenía dos horas de retraso.

Ya habían tratado de marcarle a su teléfono pero sonaba ocupado y, después de varias llamadas, entraba directamente al buzón.

Mientras el director cambiaba de set para grabar otra escena, Emilio regresaba a su trailer mientras comía una paleta helada y, cuando abrió la puerta, encontró a Joaquín sentado en su sillón. Tenía la mirada perdida en el techo, como si estuviera contemplando algo que sólo él podía ver; tenía las manos en el regazo y pasaba su teléfono de una mano a la otra.

—Joaquín, ¿qué pasó? Todos te estamos buscando... .– cuando Joaquín volteó su cara hacia Emilio, este no necesitó más explicación. Sus ojos llorosos e hinchados le decían todo lo que necesitaba saber.– No funcionó, ¿verdad?

— No, no funcionó. Sigue teniendo cáncer.

— Ay, moco... .– Emilio se acercó a Joaquín y, en cuanto cerró el abrazo, Joaquín soltó un gemido desgarrador y luego comenzó a llorar amargamente, mojando los hombros de Emilio.

¿Cuánto tiempo había estado Joaquín perdido en sus propios pensamientos? ¿Las dos horas en que nadie pudo localizarlo? ¿Aún más? Emilio sabía que cuando Joaquín lloraba, había que dejarlo, pues él no lloraba a la primera, el llanto de Joaquín era acumulativo: sólo llegaba después de reprimirlo por bastante tiempo.

Después de llorar, Joaquín se quedó dormido sobre los brazos del sillón; Emilio le quitó los zapatos, lo cubrió con una manta, le secó las mejillas con una toalla y tomó su teléfono para revisar su historial de llamadas.

La última llamada que había recibido era de Liz, su madre, hacía tres horas; es decir, Joaquín recibió la noticia de que Elizabeth seguía teniendo cáncer a pesar de la radioterapia y aún así, condujo hasta el set pero, ¿qué hacía en el tráiler de Emilio? Emilio dio un paso hacia adelante y tropezó con un libreto, el de Joaquín (lo reconoció por la tinta morada con la que Joaquín hacía sus anotaciones), abierto en la escena que grabarían más tarde ese día: Ari y Temo decidían irse a viajar de mochila por Europa y, en el aeropuerto, Susana y Amapola estaban despidiéndolos.

— Por favor, Temo, cuídense mucho.

— Sí, mamá.

Las anotaciones se habían detenido justo en ese diálogo entre Susana y Temo y, junto a la palabra "mamá", había un par de marcas de agua. Lágrimas.

Justo en ese momento el celular de Emilio sonó, despertando a Joaquín de un sobresalto. Emilio desvió la llamada y se acercó al sillón.

—Tranquilo, tranquilo, aquí estoy, no pasa nada.– Emilio se acercó a Joaquín y le quitó un mechón de cabello de la frente.

— Perdón, yo... creo que me quedé pasmado, no supe en qué momento pasaron las dos horas... vine a tu tráiler porque dejé mi libreto aquí anoche y... no sé ni por qué te estoy mintiendo, vine aquí porque quería verte pero cuando llegué no estabas y ya no tuve fuerzas para irme a otro lado.

—Tranquilo, está bien. Te prometo que siempre voy a estar para ti, Joaquín.

— Pero no estabas, es el punto.

Emilio sintio un escalofrío en la espalda cuando escuchó a Joaquín decir eso, pues en el fondo, temió que no pudiera cumplir su promesa.
Cuando estaba a punto de contestarle, el teléfono volvió a sonar. Era Diego.

En retrospectiva, esa fue la primer mentira que Emilio le dijo: Joaquín lo necesitaría algun tiempo después y Emilio no estaría para él.