Parte 28: Richie

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— Richie... Richie. Richie llegó a las audiciones a ciegas cantando una hermosa canción de Céline Dion, acertó las notas, mantuvo los tonos, colocación impecable... fue impresionante, definitivamente debía tenerlo en mi equipo así que usé todo mi encanto para traerlo de mi lado.

Pocos saben que, cuando seleccionas a tu equipo, tienes unas cuantas sesiones privadas con cada uno de ellos para hablarles y conocerlos, lo que vuelve más fácil trabajar con ellos en la primer semana. En mi sesión con Richie, me confesó que era un admirador mío, que solía ver "Mi Novio Tiene Más Familia" a las tres de la mañana en un canal de telenovelas en español, que ni siquiera entendía bien lo que estaba pasando pero que se enamoró de la historia de Aris y Temo y que, bueno, sentía una conexión conmigo. La verdad me sentí muy cómodo con él hasta que dijo eso último, pues sentí una vibra muy diferente después, como, que cambió el aire del ambiente.

No le di mucha importancia porque desde mi posición, era yo quien tenía que pintar la raya, lo cuál hice hasta la semana de las batallas: tenía que formar parejas e ir eliminando uno por uno.

Mi primer señal de debilidad por él, fue ponerlo contra la chica más débil del equipo, así la elección iba a ser sencilla y lo fue, él permaneció en la competencia pero todo comenzó a complicarse conforme esta  avanzaba: cuando él recibía críticas, yo me enojaba o me ponía muy a la defensiva con los otros coaches; en una ocasión, después de una pequeña discusión, uno de los coaches me llevó aparte para preguntarme si estaba bien.

Otra vez, mientras estábamos practicando su rutina, él me confesó lo que sentía por mi e intentó besarme. Por supuesto lo aparté y le dije que no, que esto estaba mal, que al ser un participante no podíamos pero me sorprendí a mí mismo diciendo eso, pues en ningún momento dije que no me gustara él o que no lo viera de esa forma.

Esa misma noche, Richie estuvo muy cerca de ser eliminado y a mí casi me da diarrea solamente de pensarlo.
Él se salvó de irse a casa así que, cuando terminó el programa fui a verlo a su camerino y lo abracé; lo abracé muy muy fuerte.

— Gracias por creer en mí, coach —dijo entre sollozos.

Tenía el aspecto de un niño perdido que acaba de encontrar a su madre, ojos grandes, caminos de lágrimas recorriendo sus mejillas, la nariz roja.
— Yo... yo siempre voy a creer en ti y en tu talento — con el dorso de mi mano secaba sus lágrimas— eres muy especial, Richie. Muy, muy especial.

Él levantó la mirada y nuestros ojos se encontraron, el sorbió su nariz y yo sonreí. Me incliné un poco y puse mi frente contra la suya al mismo tiempo que mi mano se iba a encontrar con su cadera y él colocaba sus brazos alrededor de mi cuello.

En ese momento, mi mente me transportó al pasado, a un camerino al otro lado del mundo y a una puerta que accidentalmente dejé sin cerrojo.

— No, cerrada —me dije a mí mismo mientras acercaba mis labios a los de Richie.

Después de esa noche, ambos acordamos que dejaríamos que las cosas fluyeran y tomaran su propio camino.
No podíamos dejar que nos vieran juntos de ese modo así que nuestras sesiones de ensayos eran el único momento en que estábamos juntos.

Nos estuvimos viendo a escondidas durante los dos meses que duró la competencia y con cada beso, con cada abrazo, con cada mañana que despertábamos juntos, mis sentimientos por él crecían cada vez más pero conforme se acercaba la fina del programa, me ponía más y más nervioso pues no estaba seguro de qué sucedería después.

La noche de la final, unos minutos antes de que él saliera a cantar su número final, me envió un mensaje que decía que lo viera en su camerino.

The 10 Year Plan - Emiliaco AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora