Todo empezó en esa red social, no sé qué me hiciste.
Quizá la culpable fue la foto que me diste, aquél brillo destacan en tu pelo color negrizo.
Pero fue un momento mágico sin pociones ni hechizos.
Desde entonces el tiempo era distinto, cuánto más cerca estabas más probable era que terminase extinto.
Pues avanzaba como un rayo en este laberinto de sensaciones que en mi vida nunca había visto.
El tiempo pasó y la distancia se hizo presente; tú Argentina, yo España; siento que te perdí, separado por países distintos, ya lo vi venir.
Pues tus ojos comenzaron a mirarlo y noté como acabó el fino lazo que nos había unido allí se separó.
No hay luz sin oscuridad, no noche sin su día. No hay fuerza que haga cambiar aquella profecía.
Pues tus miradas se volvieron en besos con el, creando del amor una semilla. Lo que hizo que nos sueños se volvieran pesadillas.
Ella era feliz con él, mi dolor aumentaba, pero saber que estaba bien algo me confortaba.
Más el destino es cruel y de su maldad nunca avisa, porque nuestras discusiones se llevaron su sonrisa.
Gritos y sollozos en esa habitación, envolviendo de alambres el resto de mi corazón.
Aquellas noche mi corazón se tiñó de negro, y mi ser quedó completamente muerto.