*...𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒐𝒏𝒄𝒆...*

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POV. NARRADORA

Al fin se habían encontrado... al fin, después de mucho tiempo, estaban frente a frente, la felicidad en ambos era palpable, no lo podían negar... pero aun así... no lo demostraban, el silencio reino una vez más entre ellos, ninguno decía nada... ninguno se movía... simplemente se contemplaban bajo aquella lluvia.

POV. ZORO

Al fin podía contemplar tu bella mirada una vez más, al fin podía ver tu hermoso rostro frente a mi... al fin volvía a escuchar mi corazón latir. No podía creer el tenerte frente a mí, no podía creer que todo esto esté pasando... no podía creer que el destino me esté dando esta oportunidad.

El deseo de abrazarte era inmenso... el deseo de besarte era incontrolable... el deseo de decirte todo lo que siento era indescriptible... pero el miedo que sentía me detenía... no podía moverme y no sabes cuánto maldecía aquello, veía la duda en tu rostro y no era para menos. Solo nos veíamos... no decíamos nada... no hacíamos nada... solo dejábamos la lluvia caer sobre nosotros, lluvia que hacía de lágrimas... lluvia que es cómplice de este encuentro... lluvia que es testigo de todo lo que siento.

Los minutos pasan y el silencio sigue reinando entre nosotros, quiero hablar... ¡maldición!... de verdad quiero decirte todo... pero simplemente no puedo, observo tu mirada fija en mí, a la espera de que diga algo... a la espera de que haga algo... pero nada ocurre, veo como aquella alegría que tu mirada me brindaba desaparece y lentamente empiezas a moverte... alejándote una vez mas de mi... el miedo a perderte me domina... no quiero ver que te alejas... no otra vez.

Intento con desesperación moverme... y al fin lo logro... con rapidez logro llegar a tu lado y al fin unas palabras salen de mí.

ZORO: espera... Robin... por favor...

Veo como detienes tu andar y lentamente giras hacia mí, tu mirada sigue seria y por un instante me pierdo en ella, pero un golpe de razón llega a mí y por única vez te lo digo.

ZORO: Robin... tenemos que hablar

ROBIN: lo se... pero este no es el lugar para hacerlo

ZORO: lo se... por favor acepta venir a mi casa... ahí hablaremos

ROBIN: no creo que sea buena idea

ZORO: por favor... Robin... acepta...

Un silencio... eso fue lo que se formó... un eterno silencio a la espera de tu respuesta... cada segundo se me hacía eterno... no podía con todo esto... aquel silencio era una maldita tortura... tortura que acabo con tus palabras.

ROBIN: está bien... hablemos en tu casa

Aquella respuesta fue todo lo que necesitaba para calmar estas ansias que sentía, con calma emprendimos el camino a mi casa, una vez dentro te ofrecí algo caliente, a su vez que te cambiabas las prendas mojadas, no fue hasta ese entonces que note que traías tus cosas... no fue hasta ese instante que una duda surgió en mi... no fue hasta ese momento que la esperanza volvió a mi lado.

POV. ROBIN

Al fin volvía a verte... al fin podía ver aquella penetrante mirada una vez más... al fin podía estar frete a ti... una última vez, la lluvia seguía su curso y yo estaba a la espera de que dijeras algo... de que me dieras al menos una mínima esperanza de quedarme... de que al menos me des una pequeña señal de que te intereso... pero no fue así. Con un gran dolor tomo mis cosas y emprendo mi camino... no puedo creer que esto sea así... no puedo creer que todo termine de esta forma... a quien quiero engañar... no puede terminar algo que jamás empezó. Sigo mi camino un poco más... pero tu voz me detiene, solo bastaron unas simples y calmadas palabras para que detuviera todo mi andar.

Al estar frente a ti las palabras se acumulaban en mi labios... pero el miedo les impedía salir, tenía tanto que decirte... pero no encontraba la forma, los segundos pasaron al compás de la lluvia y a fin emitiste palabra, una breve conversación se dio entre nosotros y al cabo de unos momento acepte aquello que me propusiste... necesitábamos hablar... de eso no había duda... pero tenía miedo... miedo de que todo esto llegara a su final... miedo de estar equivocada... miedo de que no me amaras.

Al llegar a tu casa cordialmente me ofreciste una bebida caliente... la cual acepte con gusto, con una poco de timidez te pedí un espacio para cambiarme... estaba empapada por la lluvia y no quería hablar estando así, con gusto me mostraste una habitación, donde pude cambiarme tranquila, al terminar una duda recayó en mi... ¿Dónde se encontraba tu esposa? No podía sacarme aquella duda de mi mente, intente calmarme pero no pude... esto había sido un error... una gran error... no debí acompañarte... no debí venir acá... no cuando tú no eres libre.

 no cuando tú no eres libre

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**𝔣𝔦𝔫 𝔡𝔢𝔩 𝔠𝔞𝔭. 11**


*...Un juego...*   (ZoRobin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora