de tu mirada caí cautivo...
de tu sonrisa me volví fiel devoto...
de tus caricias tu mas ferviente esclavo...
y de tu lejanía... fui tu cruel verdugo
Los personajes son pertenecientes a Eiichiro Oda.
solo la historia es creación mía.
Pd. las actual...
Las dudas la invadían... el temor la dominaba... no quería que esto fuera un juego más... ya estaba cansada... cansada de ocultar lo que sentía... cansada de aparentar algo que simplemente no venía al caso... cansada de decir que no lo amaba... cuando la realidad era otra. A paso firme salió de aquella habitación, encontrándose con una sala completamente vacía... esa era su oportunidad... debía irse... no quería complicar más las cosas... pero su suerte se acabaría en el momento en que tomo sus cosas.
Detrás de ella una voz muy familiar la detuvo, ocasionando un escalofrío nada desagradable en ella.
ZORO:¿a dónde vas?
ROBIN:lo siento... no debería estar acá
ZORO:¿porque dices eso Robin?
ROBIN:lo siento zoro... tengo que irme... no quiero que tengas problemas con tu esposa
En aquel momento aquella bella mujer tomo con temor la perilla de aquella puerta... no quería abrirla... sabía que al hacerlo jamás volvería a verlo... el miedo le impidió moverse... y ella no podía hacer más que maldecir su suerte, quería salir de ahí... pero el tacto de una ya conocía mano se lo impidió.
ZORO:espera Robin... no tienes que irte...
ROBIN:tengo que hacerlo zoro... esto no está bien... tu eres un hombre casado... y esto... esto se puede malinterpretar
ZORO:nada de eso pasara... hace mucho que me separe... así que Robin... no te vayas... por favor
Aquellas palabras la habían tomado por sorpresa... el saber que aquel hombre al que amaba era libre la llenaba de dicha... no podía creer lo había oído... pero algo dentro de ella le decía que era cierto, con cuidado retiro su mano de aquel picaporte pero aquel tacto no soltó la suya... los nervios la acompañaban... no quería comerte el mismo error... no una vez más... pero no podía evitarlo... el solo sentir su calor... su tacto... era demasiado para ella.
Con lentitud se giró, quedando frente a frente, el silencio volvió a hacerles compañía... eran muchas las palabras que debían decirse... eran muchas las disculpas que deseaban proclamar... era mucho el amor que desean dar... era mucho el dolor que tenían que supera... pero el contemplar aquella mirada borraba todo aquello.
El silencio se volvió su cómplice una vez, y poco a poco la distancia se fue acortando... se amaban... y ya no podían seguir ocultándolo... ya no más, a paso lento se fueron acercando... hasta que todo a su alrededor desapareció... ya no existía nada... solo eran ellos dos... la distancia entre ambos se hizo nula y al fin sus labios se reencontraron una vez más... aquel beso fue diferente... fue único... de alguna manera... aquel beso abrió aquella puerta que muchas veces cerraron.
Con tranquilidad se dedicaron el tiempo necesario pasa gozar de aquel momento... pero la falta de oxígeno los obligo a separarse... creando así... el momento perfecto para aclarar todo eso... las miradas una vez más se cruzaron... los corazón se sincronizaron... y por primera vez... las palabras fluyeron.
ZORO:perdóname... por favor perdóname Robin... fui un idiota al dejarte ir... fui un estúpido al no luchar por ti... fui un cobarde al no aceptar lo que sentía... perdóname Robin... perdóname por no decirte que te amo
Aquellas palabras llegaron a aquella bella mujer como la brisa más helada, jamás imagino que sería correspondida, jamás se imaginó a aquel orgulloso joven pidiéndole perdón... jamás imagino sentir la felicidad que ahora la rodeaba.
ROBIN:perdóname tu también Zoro... perdóname por dejarme llevar por el dolor... perdóname por alejarme de tu lado... perdóname por escapar de este amor
Al fin las palabras habían sido dichas... al fin habían sacado todo aquello que tanto dolor les causaba, al fin habían sido sinceros... al fin podían amarse con libertad... libertad que en un tiempo despreciaron... libertad que con el pasar de los años anhelaban... libertad que hoy volvían a gozar.
Una sonrisa se posos sobre sus labios, al fin habían dejado atrás todo aquel dolor, al fin habían dejado atrás todo aquel engaño... al fin habían dejado atrás aquel maldito juego. Sus miradas se cruzaron una vas más... el dolor poco a poco se iba... dando paso a aquel brillo que jamás debió irse... dando paso a aquella emoción que ahora los embargaba... dando paso a aquella vida que creían perdida... la ilusión estaba fija en sus miradas y el amor los tomaba de la mano... ya no había nada que ocultar... al fin eran libres... libres de amarse... libres de decirse todo aquello que durante años se ocultaron... al fin eran libres de entregarse por primera vez a un amor proclamado.
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