• • Una Pesadilla Real • • Extra

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México, CDMX. 2 de Octubre de 2019, 3:33 am.

[ No puede ser... ]

Mexitli entre abrió los ojos dándose cuenta de que estaba en una habitación oscura y medianamente pequeña, iluminada solamente por una parpadeante bombilla anaranjada. No había nada más que aquella silla metálica donde estaba sentada y un enorme espejo de cuerpo completo enmarcado en la pared justo enfrente de ella.

[ ¿Otra vez aquí...? ]

La norteamericana se levantó de su asiento lentamente y se acercó al cristal pulido con un escalofrío abrumador recorriendole la columna entera. Un ruido de "clic" seguido de una potente luz atrás del cristal le cegaron temporalmente. Dió un par de pasos atrás por el susto.

---Tranquila, Xitli... ---Se dijo a si misma calmando su pulso ---. Ésta sólo es otra pesadilla, sigues dormida a salvo en casa. Sólo necesitas despertar... ---Tomó el coraje suficiente para acercarse de nuevo al cristal.

Dió un par de golpes con el dedo índice sobre el cristal y la luz que venía de éste se disminuyó dejando ver que no se trataba de un simple espejo, más bien, era una de esas ventanas con doble vista que se usaban para los interrogatorios.

Del otro lado de esa ventana se vió a si misma durante su adolescencia, cuando aún era una colonia. Su otra yo sé mantenía abrazada fuertemente del brazo de España quién aún portaba la cruz de borgoña en su bandera. Un segundo foco se encendió dejando ver a un grupo de personas con la vestimenta típica de los mexicas, dio un grito de espanto al ver como el ibérico sacaba un arma de su cinturón y fusilaba inexpresivo al que había sido su pueblo mientras su versión más joven sólo hundía el rostro en el pecho de su pareja.

Por más que aporreo el cristal insultando a su versión colonial con lágrimas en los ojos nada ocurrió, solo se quedaron inapasibles entre tanta muerte.

"¿Prometes que ésto es necesario?" Susurro la joven novohispana.

"Nunca haría algo que te lastimara" Prometió el ibérico, alzando la barbilla de la menor para besarla.

La luz de ambos focos se apagó dejando a Mexitli mirando al suelo, el dolor emocional que  sentía era tan fuerte que se había vuelto físico, oprimiendole el pecho como decenas de pequeñas agujas.

---La realidad suele ser muy cruel, ¿no es verdad? ---Escuchó a sus espaldas.

Mexitli giró sobre sus talones encontrándose con la imagen de DF con la ropa manchada de sangre, llena de heridas, moretones y con un ojo morado, apenas curada burdamente con un par de vendas. Llevaba exactamente la misma ropa que había usado cuando la acompañó a la manifestación...

---¿Por qué no nos protegiste, mamá? ---Mexitli empezó a caminar hacía atrás, tratando de alejarse---. Me prometiste que todo estaría bien, y ni siquiera quisiste verme cuando me dejaron así.

Decenas de manos tomaron a la mexicana por la espalda, vió por el rabillo del ojo que pertenecían a decenas de cadaveres de las víctimas del 68 cubiertos de sangre y tierra, incluso algunos estaban parcial o totalmente calcinados. La capital empezó a reír histéricamente cuando estos levantaron a la norteamericana quien sólo podía patalear aterrada para que la soltaran.

---Pero, bueno. ¿Qué podía esperar de ti? Ya habías fallado antes protegiendo a otro de tus "pequeños", ¿O ya lo olvidaste? ---La state chasqueo y aquella horda de muertos vivientes empezó a arrastrarla fuera de la habitación.

Durante su trayecto, el grupo había conseguido llevarla hasta un lago. Solamente la arrojaron junto a la orilla e hicieron un medio círculo alrededor de ella, evitando que pudiera escapar.

---No te desmayes, "mami". Hay alguien que quiere verte ---Dijo DF, su aspecto era aún más demacrado que antes.

La tricolor escupió la mezcla de sangre y tierra en su boca tratando de enfocar la vista, terminó de comprender que estaba pasando justo cuando el cadáver de un infante salío del agua y empezó a arrastrarse en su dirección.

---¡No! ¡Por favor, perdonenme! ¡No queria esto, nunca quise esto!---Gritó la mexicana poniéndose en posición fetal y cubriendo sus ojos con las manos desesperadamente---. ¡Lo siento, les fallé a todos! ¡Nunca quise que las cosas terminaran así!

Cuando la minúscula mano de la figura empapada y fría tocó su hombro, ella terminó despertándose de golpe cubierta de sudor frío.

---¡Lo siento, lo siento! ¡Por favor, perdonenme!, ¡por favor!, ¡por favor!, ¡por favor!---Repetía en shock escondiendo su cabeza entre las rodillas y arañandose inconcientemente el rostro por el pánico.

México apareció de pronto azotando la puerta, la luz del pasillo que entró le permitió acercarse trastabillando hasta su hermana para abrazarla torpemente mientras le repetía una y otra vez " Tranquila, estas a salvo. No estás sola " sosteniendola de las muñecas, evitando que siguiera haciéndose daño.

---Soy una vergüenza... Nunca estuve ahí cuando me necesitaron, nunca... ---Habló entre gimoteos---. Es mi único trabajo, y nuestra gente sigue sufriendo. Ni siquiera puedo lograr que no se lastimen entre ellos, ¿cómo pude pensar que podía defenderlos de alguien más? ---México acarició el cabello de su hermanita en silencio hasta que consiguió volviera a dormir, no valía la pena razonar con ella, no recordaría nada cuando despertara.

Mexitli había desarrollado esa extraña conducta después de que los médicos consiguieron despertarla del coma 6 meses después de su intento de suicidio. La tricolor tenía pesadillas, el varón nunca terminó de entender sobre que específicamente ya que su hermana estaba demasiado aterrada como para explicarlo durante sus crisis de pánico y, cuando trataba de preguntarle del tema al despertar, la chica no recordaba nada ni de la pesadilla o de haberse despertado en la madrugada.

Al inicio, esto sucedía cada noche y conforme fue acoplandose de nuevo a una vida libre del cautiverio, disminuyó hasta el punto de que llevaba 3 años libre de incidentes.

El tricolor mayor suspiro pesadamente al ver que faltaban 5 minutos para que su alarma para despertarse e ir a la última junta que le había programado su gemela, desactivandola de una mientras bostezaba y giraba a ver a la menor dormida. Una cansada sonrisa se formó en sus labios después de soltar un profundo suspiro.

Si Mexitli estaba bien, valdría la pena cualquier sacrificio.

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