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•° Amor Fraternal °•

En el hogar de los norteamericanos latinos, precisamente en la sala, podía apreciarse a una apacible tricolor releyendo un viejo libro de leyendas junto con una humeante taza de café al lado ----regalo de su pequeño Veracruz---. Sus pupilas blanquecinas recorrían tranquilamente entre las líneas de aquel volumen desgastado por los años mientras que, desde las sombras, una figura se movía lentamente en dirección a la chica con el sigilo de un gato de azotea.

La sombra dio un paso, dos pasos, tres...

Finalmente, el mexicano abrazo por la espalda eufóricamente a su gemela menor tomándola por sorpresa, estrujándola como una muñeca de trapo.

---Te quiero wey ---Dijo el latino de verde, blanco y rojo con una amplia sonrisa. Sin embargo, la chica no se veía para nada contenta.

---¿Qué quieres ahora? Nomas' me hablas bonito cuando necesitas un favor ---Dijo fríamente la menor, molesta por que del susto había tirado el libro al suelo. México le miró de mala manera, totalmente ofendido.

---Mta' Uno no puede ser uno cariñoso porque luego luego se la arman de pedo--- Se quejó con indignación liberando a su hermana de la muestra de afecto.

---¿Y siempre tienen que darte tus arranques de melosidad cuando estoy tranquila haciendo mis cosas? ---Reclamó la chica, no muy convencida de las buenas intenciones de su gemelo.

---Ta' bueno, ya entendí. Ahí muere, te dejo sola ---El de águila por emblema salió rápidamente de la sala echando humo, dejando a la chica un poco angustiada y con un mal sabor de boca.

¿Había sido muy cruel con él...? ¿Debía disculparse con su torpe hermano?

Sí, México era un egocéntrico malhablado. Pero, debajo de esa sonrisa permanente y actitud arrogante y despreocupada, su hermano seguía siendo aquel mismo chiquillo con corazón de pollo con el que solía jugar a la pelota cuando aún estudiaban juntos en el mictlan¹.

Mexitli suspiro pesadamente recogiendo el libro del suelo y poniéndolo a un lado sobre el sofá. Planeaba ir a disculparse ---por suerte tenía un orgullo menos sensible que el del mayor---, pero, apenas y se había levantado del sofá, México hizo aparición parado en la entrada de la habitación.

---Lo siento, Xitli... Esta vez si venía a pedirte ayuda para redactar un documento. Pero otras veces si lo hago de a deberás y te pones de payasa ---Explicó el norteamericano cabizbajo con las manos guardadas en los bolsillos del pantalón, totalmente avergonzado. La tricolor menor sonrió.

¿Cómo estar enojada con ese loco que le habían dado por hermano?

---Queda olvidado, hombre. Venga, te invitó unas quesadillas pa' quitarnos el mal rato, que ya hace hambre ---Sugirió la representación femenina con una sonrisa.

---¿Con queso o sin queso? --Preguntó el mexicano burlón, imitando a uno de sus problemáticos pequeños.

----Oh no, no empieces tu también con esa madre. Las quesadillas llevan queso y punto ---Dijo Mexitli con una mueca sobándose las sienes.

El de mayor altura río mientras pasaba su brazo sobre los hombros de su hermanita y se dirigían al puesto de la doña de la esquina iniciando una charla trivial.

México sintió un pinchazo de culpa mientras ambos comían. Su hermana siempre había sido muy comprensiva y paciente con él, mucho más de lo que se merecía...

• Diccionario •

¹Mictlan. Institución originaria de la civilización mexica donde los hijos de nobles y sacerdotes recibían educación. Su contraparte dirigida a los habitantes del pueblo era el Calmecac.