Alguna vez me comentaron que en la vida hay dos amores.
No creía en eso hasta que te conocí.
Lo nuestro fue especial, era tan hermoso.
Siempre tuvimos problemas en nuestra relación, nadie nos aceptaba, pero los ratos libres, donde sólo éramos tu y yo, hacia que valiera la pena.
Lo nuestro era un veneno exótico, una fantasía mal hecha y una esperanza destruida.
Nos desgarraba por dentro, pero creíamos que el amor iba a ser suficiente.
¿Nos odiábamos tanto que disfrazamos de amor a un alma rota, una tonta fantasía y un falso sueño de verano?
Dime Damian, ¿porque nos aferramos tanto a una ilusión de adolescentes?
¿Porque algo tan caótico era tan dulce?
En nuestra corta fantasía descubrí que el dolor era cálido, que el amor era estúpido y que el veneno era dulce.
Si tanto te amaba, porque te retenía tan egoístamente.
Lo nuestro fue caótico, hermoso, destructivo y amargo.
Éramos destinados, la alma gemela del otro, la otra punta de mi hilo del destino.
Fuiste mi primer amor, el verdadero, el que fue tan complicado que nos rendimos, el amor que me acompaña en mis fantasías y en el que pienso al despertar.
Tal vez nos rendimos muy rápido.
Dime Damian,
¿Si hubiéramos luchado más, habríamos reparado este iluso sueño de verano?
Siempre tuyo;
Jonathan Kent
