Humo; Jaytim

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Veía el cigarrillo consumirse lentamente frente a mis ojos, sinceramente nunca fui fan de este, pero la nicotina era el sabor más similar al de tus delgados labios.
El humo inundaba el aire y aquel característico olor se colaba por mis fosas nasales, odiaba ese maldito olor tan singular.
Ese maldito olor que se impregnaba en tu ropa, ese maldito olor tan recurrente en tu recámara, ese maldito olor que hace que te extrañe con cada parte de mi cuerpo, ese maldito olor que caracterizaba cualquier cosa que tocases, este maldito olor que se adherida a mi anatomía luego de una ronda de sexo.
Porque soy masoquista, fumo sabiendo que cualquier parte del cigarrillo me trae de vuelta tu recuerdo, fumo aunque cada vez me destruya más por dentro, me he vuelto adicto al dolor que me trae el tabaco.
Oh Jason, lo nuestro fue tan similar al humo.
Nuestro amor fue un cigarrillo, por cada calada este se iba consumiendo poco a poco, fue tan cálido como uno y tan poco duradero como este.
Las cenizas caían sobre mi café matutino y se mezclaban entre sí, dando paso a un sabor amargo, amargo como tus labios y amargo como tu amor.
Al final lo nuestro fue un cigarrillo, vendedor de almas rotas y traficante de estúpidas ilusiones, se fue consumiendo de poco a poco y los pocos escombros sobrantes se disolvieron entre el humo y el aire.

Random; MultishipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora