VIII

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ACTUALIDAD

- ¿Entonces crees que la conversación que tuviste con Julia te hizo recordar las cosas con tu madre?

- Sí.

La mujer de cabello color miel la estudió con sus ojos claros mientras tomaba otro sorbo de su gran taza de café. Pocas personas, como Alba, podrían decir que tenían terapeutas tan maravillosamente buenas que aceptarían reunirse con ellos un domingo por la mañana en medio de una cafetería.

Sabela Ramil era una de las personas más maravillosas que Alba conocía, y quizás no exactamente su terapeuta, ya que la Reche había dejado de asistir a las sesiones hace por lo menos un año. Pero ella pensaba que su punto aún era válido.

- No solo eso tampoco. - La rubia volvió a hablar después de darse cuenta de que la otra mujer no diría nada. - Angélica pasó un tiempo pidiéndome un hermano casi cada vez que me veía. Desde entonces, estas cosas han estado rondando por mi cabeza.

Sabela observó a la mujer revolver su café con leche sin parecer interesada en tomar un sorbo. Habían tantas cosas que podía decir sobre todo lo que Alba le contaba, que no sabía exactamente por dónde empezar. Pensó que tal vez sería más fácil comenzar con lo más lógico.

- Sabes que las situaciones de Julia y tu madre son muy diferentes, ¿no?

- No me digas, Sherlock.

La rubia puso los ojos en blanco de una manera que casi hizo sonreír a Sabela en respuesta. Casi. Porque sabía que mostrar a la otra que sus bromas estaban funcionando no agregaría nada a la conversación.

- El aborto involuntario que sufrió tu madre no tiene nada que ver, déjame señalar aquí, con el posible aborto que Julia haría. Para empezar, tu madre estaba loca por tener otro hijo, un niño específicamente. Por lo que me dijiste, tu amiga no estaba interesada.

- Soledad no tuvo un aborto, dio a luz a un niño muerto. O casi eso, ya que los médicos lograron revivirlo. - hizo una mueca de confusión al pensar en la mejor manera de llamar a su hermano, pero luego sacudió el aire como para disipar el pensamiento. - De todos modos, nada de esto es relevante o importante.

- Entonces, ¿qué es lo importante para ti aquí?

Reche abrió la boca para responder, pero luego la volvió a cerrar con el ceño fruncido sin saber exactamente qué decir. Sabela, por otro lado, usó sus ojos ya entrenados para leer el lenguaje no verbal de su amiga. Miraba la forma en que entrelazaba sus dedos, cómo su mirada se perdía en algún lugar más allá de la ventana. La forma en que se mordía el labio en un gesto que ya había aprendido que significaba que estaba nerviosa.

- ¿Qué te molestó en tu conversación con Julia, Alba?

La rubia dirigió su atención a la gallega cuando se dio cuenta de la seriedad en su tono de voz.

- No sé, tal vez el hecho de que ella habló tan casualmente sobre matar a un niño.

- En realidad era un feto hipotético.

- Cuando pensó en todo esto, el feto era muy real.

Sabela levantó una ceja esperando que la rubia elaborará su respuesta, pero la conversación se detuvo allí. Tomó otro sorbo de café, que ya estaba frío, y esperó un momento más. Era su forma de mostrarle, a quien se había convertido en su amiga, que esperaba que ella tomara el control de la conversación.

- ¿Y si la madre biológica de Angélica hubiera decidido abortarla?

Se sorprendió con el hilo de pensamiento de Alba, pero controló sus rasgos tanto como pudo para que no revelara nada y respondió de la manera más neutral que se le ocurriera.

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