XIX

769 56 3
                                    

ACTUALIDAD

El día estaba caluroso y Natália buscó la sombra de su porche trasero para sentirse un poco más cómoda. Este era uno de sus lugares favoritos en la casa, con un columpio cómodo, una vista del jardín y el sonido de los pájaros al aire libre.

Vivir en una casa lejos del centro a veces podía no parecer la opción más práctica, pero la morena sabía que valía la pena solo por tener esa paz que traía el contacto más directo con la naturaleza. Respiró hondo antes de volver su atención al instrumento en su regazo.

Con sus largos dedos, terminó de afinar las cuerdas de acero tocando algunas notas en su guitarra negra. Había tenido ese instrumento durante tanto tiempo que ni siquiera sabía cuánto. Ya había comprado algunas guitarras más nuevas, pero su guitarra negra era casi como un talismán para ella y a la morena le resultaba difícil deshacerse de ella.

Comenzó la primera canción que se le vino a la cabeza tarareando las notas al unísono, una canción que había compuesto hacía mucho tiempo en una calurosa tarde de verano como esa.

"Recuerdo aquel día como si fuera hoy

No hay nada como ella ni siquiera me encontró

Recuerdo todavía la vez que la besé

Fue mi primer amor y ahora escribo su canción"

Una sonrisa apareció en sus labios al pensar en la rubia para quien había compuesto esa canción hacía unos años. Recordó cuando Alba todavía era una niña y su corto cabello rubio era en realidad largo y rojo. No sabía por qué, pero sentía que últimamente estaba muy nostálgica, se encontró más de una vez recordando cosas que habían sucedido años antes.

Recordó la primera vez que tomó a Angélica en su regazo y también cuando la llevaron a su casa para que finalmente pudieran vivir todas juntas. Si iba a ser sincera, echaba  un tanto de menos el olor a Nenuco que tenía la niña y ver cómo, poco a poco, descubría el mundo que la rodeaba. Sin predecirlo, ese pequeño bebé se había convertido en una hermosa niña a que la preadolescencia le llamaba a su puerta.

Se encontró pensando en la sonrisa de su esposa cuando estaba a su lado en cada paso de esta caminata, recordando cómo se sentía cada vez que volvía a casa para encontrar a la mujer con el bebé en su cadera.

"Se llevó todo, se llevó tristeza

Ya no existe espacio en la melancolía

Porque a su lado todo tiene más razón

Me llevé su lágrimas, llegaron risas

Cuando estamos juntos, la tierra se paraliza (se paraliza)"

Miró hacia otro lado cuando escuchó que se abría la puerta del balcón y vio a Angélica caminando llevando la tablet y enormes auriculares de color rosa intenso. Dejó escapar una risa de sus labios cuando la chica se arrojó en el sofá de al lado, dejando los electrónicos en la mesa auxiliar.

Los ojos oscuros de su hija la estudiaron atentamente y le sonrió aún más abiertamente a la niña cuando vio que reconocía la canción y comenzó a cantar suavemente con ella.

"Hay algo más, inexplicable como su mirada

Inigualable como la manera en que me cela

Y trata de disimular que no está mal"

Angélica comenzó a imitar sus movimientos, como si estuviera tocando una guitarra invisible en su regazo y Natália sabía que era su forma de entrenar, incluso sin tener su instrumento en la mano.

SymphonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora