NUEVE AÑOS ANTES
- ¡Vamos, Albi! ¡Por fa!
Alba respiró hondo y dejó caer el trozo de carboncillo que tenía en sus dedos. Tenía un encargo de unos dibujos para entregar aquella semana, pero era absolutamente imposible trabajar con Natalia todo el tiempo pidiéndole que fuera a la fiesta de Navidad del refugio donde trabajaba como voluntaria.
- Nat, tengo muchos dibujos para entregar esta semana. Si no termino, somos nosotras quien no tendremos Navidad. Sabes que necesitamos este dinero.
- Pero se puedo hablar con Álvaro para que me deje cantar en el bar una vez más esta semana. Vámonos, ¡Por favor! Los dibujos los puedes terminar mañana.
La rubia suspiró en señal de rendición, dándose cuenta de que no había forma de escapar de la insistencia de su esposa. La miró y ella estaba con los labios en un mohín y sus ojos oscuros brillaban con súplica.
Alba casi se rió de la forma en que la mujer estaba vestida. Un largo mono rojo con una blusa blanca con rayas verdes debajo y, para completar el look, una gorra de Papá Noel en la cabeza. Con las puntas de sus orejas sobresaliendo, la morena parecía una elfa de una de las películas navideñas que reproducían una y otra vez en Antena 3.
- He estado trabajando allí mucho tiempo y nunca quisiste ir conmigo, Albi. - La morena exageró en el mohín que hacía con el objetivo de ganar a su esposa. - Algunas personas me preguntan si mi esposa no es una fantasía de mi cabeza.
- ¿Y qué importa lo que pregunten los demás? - ella rodó los ojos un poco irritada. - Estas personas deben ocuparse de sus propios problemas.
Lentamente, sacó un pañuelo de la caja frente a ella, limpiándose de los dedos los restos negros del material con el que estaba trabajando antes. Cuando levantó la vista de su tarea, notó que ahora también había un ligero destello de irritación en los ojos de su esposa.
- No me importa lo que pregunten, Alba, pero desearía poder compartir este momento contigo. ¿O acaso eso tampoco te importa?
Alba sopló todo el aire que tenía en los pulmones, rindiéndose a lo que Natalia quería. Sabía que su esposa sabía ser muy terca cuando quería y no le apetecía comenzar otra pelea con ella ahora que parecía que las discusiones sobre su familia habían dado un descanso.
- Bueno, bueno, ya que mi presencia es tan deseada... - arrastró su silla contra el piso de cerámica. - Yo iré, pero quiero dejar en claro que me niego a vestirme como un elfo.
Natalia se rió, todo su cuerpo se relajó ahora que la rubia había cedido a su pedido. Había valido la pena haber insistido a su esposa durante la semana. Lo único que quería era disfrutar al lado de Alba, se acercó a ella abrazándola por la cintura.
- No te preocupes, puedes irte de Mamá Noel.
*****
Al final, Alba no estaba vestida con ninguna fantasía, sino con un vestido blanco que tenía mangas largas, medias oscuras y botas hasta la rodilla para completar el look. Algo simple, pero cómodo, ya que tendría una tarde entera por delante para pasar con los niños que probablemente reclamarían su atención.
Cuando llegaron al refugio, descubrieron que con el frío que hacía en Valencia en ese diciembre y la cantidad de niños que estaban griposos, la fiesta de Navidad se había preparado en la casa administrativa.
Cada rincón estaba decorado, lo que hacía que las coloridas habitaciones parecieran aún más felices. Había pancartas de "Feliz Navidad" colgadas en las salas, guirnaldas en las puertas, diseños propios de los niños pegados a las paredes y tantos adornos navideños que, aunque no coincidían entre sí, le daban al lugar un aspecto acogedor.
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Symphony
FanfictionAngélica es el ángel que apareció en las vidas de Alba y Natalia cuando las dos menos estaban esperando. Con sus ojos marrones, su cabello rizado y una alegría que se contagia, la niña parece ganar a todos a su alrededor y siempre obtiene lo que qui...