"Sabes qué nunca haría nada para lastimarte, ¿Verdad?" Pregunta Louis, pero su voz sostiene una promesa "Porque te amo Harry, solo deseo protegerte."
"Lo sé, lo sé" Balbucea Harry dando un paso hacia adelante, sus manos a los lados de su cabeza y la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El amor melancólico Constant Mayer Besançon, Paris Técnica: Óleo sobre lienzo 527 × 768
10 de febrero 2019, Londres, 7:37 horas Londres.
—Se a que viniste.
—¿A qué?
Harry no abandona el lienzo en el que trabaja, ni siquiera parece haber escuchado la contestación de Liam, que ha entrado a la habitación y se ha recargado en la puerta para mantener distancia.
El policía resopla. Intenta llamar su atención una vez más. Carraspea alto.
—Vienes a querer quitar una máscara que no existe, una mentira que solo vive en tu mente. —Harry responde con calma, continúa inclinado sobre su lienzo, deslizando con delicadeza el carboncillo sobre el blanco.
El oficial da un paso hacia adelante, no está satisfecho.
—Siempre has tenido el poder en tus manos para entregar a Louis, ¿Por qué tu pasión ha muerto? —Si sus palabras fueran un objeto, serían una daga afilada de hoja fina, punzante contra las costillas de Harry.
No es que sea una situación asfixiante el no poder decirlo en voz alta, pero Liam aun así lo hace, fuerte y claro, empuja las palabras de su boca y espera a que lleguen a Harry. Niall no está ahora para intervenir ni salvar la situación así que el final aspira al caos.
—¿Por qué no me escuchas en lugar de juzgar? —Le ofrece Harry, lo tienta de cierta forma con su quietud —Ven aquí a mi lado, y te diré todo lo que quieras oír.
Liam entrecierra los ojos. Se resiste.
—Que conveniente que de pronto has dejado de amar a Louis, que siempre quisiste escapar, que justo ahora has despertado de tu sueño y descubierto que te casaste con un criminal. Yo se que ocultas algo, y en cuanto lo descubra, todo el teatro que has armado va a caer, ya he descubierto de donde viene tu anillo de compromiso, un pequeño y olvidado pueblo en Polonia.
Y ahora sí, Harry, tan solo por unos instantes levanta los ojos del lienzo y lo mira el silencio, una mancha de carboncillo le cruza la mejilla y las puntas de los dedos están tan obscuras como sus pupilas, pero desborda calma mientras sus ojos conectan con los del oficial, luego de un respiro, vuelve a su dibujo.
—Escucha entonces mi historia, al final tu ya sabes cuál es la mentira. —Es lo que abandona su boca —Ya no puedo engañarte más.
La expuesta serenidad continua así, y como siempre, es indescifrable. Pero lo que parece ser su corazón está ahí abierto, y su pecho encogido en espera de sacar todas las palabras que ha estado callando.
Liam luego de unos minutos silenciosos se acerca tan solo un poco, desconfiando desde un principio, pero intrigado a la vez se deja ir, porque siente el control en la situación y desborda confianza propia por ser imposible de engañar.
