CAPITULO 26

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Cuando Yoongi terminó de hablar por celular, fue a buscar a Jimin hacia su cuarto, pero miró que no estaba. Se había ido después de todo y ni siquiera se había dado cuenta.

El mayor estaba enojado, ¿Por qué mierda Jimin quería usar supresores? La mayoría de los Omegas no soporta usarlos durante el celo, no entendía por qué Jimin sí.

Pero lo que realmente le preocupó, fue que sintió como Jimin soltaba chillidos. El lazo que ellos tenían estaba muy unido, al punto que Yoongi podía sentir lo que Jimin sentía.

Rápidamente tomó las llaves del auto y salió. Pudo sentir que Jimin estaba en celo, tenía que encontrarlo rápido, a fuera había muchos Alfas que no tendrían piedad de Jimin si se enteraban de que estaba en celo, eso le preocupaba demasiado.

Después de unos minutos, Yoongi bajó del carro y se metió al callejón, pudo escuchar los chillidos de su Omega.

Al llegar hasta el final de aquel largo callejón, pudo mirar como dos tipos tenían sostenido a Jimin con fuerza, mientras el Omega lloraba, esto lo hizo enojar demasiado.

Aquellos chicos iban a tocar a su Omega.

Jimin se encontraba más que asustado. La idea de que esos dos tipos lo tocaran no le gustaba para nada, no quería ser un Omega débil, pero en ese instante lo era demasiado.

—Detenlo bien.

El pelinegro hizo caso y agarró los brazos de Jimin con más fuerza, llevándolos al lado de su cabeza.

—Quiten sus sucias manos de mi Omega, hijos de puta.

El castaño soltó las manos de Jimin y se paró.

— ¿Quién mierda eres? —preguntó el pelinegro, mientras el otro chico se abrochaba su pantalón.

— ¿Qué no escuchaste imbécil?, ese es mi Omega.

Ambos chicos se pararon, mientras Yoongi se acercaba a ellos con una mirada sombría, llena de furia. Estaba tan enojado porque estaban tocando a su Omega.

—Si claro. No puede ser tu Omega, su olor no está combinado con el tuyo. —El peligris se agachó, pudiendo sentir el suave olor que Jimin desprendía de su cuerpo.

—Dije que no lo tocaras maldito. —Yoongi lleno de furia, se acercó para querer golpear al chico, pero fue interrumpido, recibiendo un golpe en su mejilla derecha.

El pelinegro se puso enfrente de su amigo. —Es egoísta no compartir a este Omega, su olor es demasiado adictivo.

—Mi amigo tiene razón, ¿por qué no obtenemos los tres al Omega? —Esta vez habló el peligris con una gran sonrisa en sus labios.

—Claro, así los tres disfrutamos del Omega. —habló el pelinegro.

 —habló el pelinegro

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Eres mío ༄ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora