CAPITULO 42

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El pelirrojo se despertó al sentir un suave beso en su mejilla derecha. Conocía aquellos dulces labios que lo tenían loco.

—Buenos días, cariño. —sonrió el castaño mientras se sentaba a un lado de la cama del pelirrojo.

—Yoongi ¿qué haces aquí? —habló el menor aún soñoliento.

—Bien, no sé si recuerdas que desdé que tu madre regresó, todas las mañanas vengo a prepararte el desayuno porque no has estado comiendo nada. —contestó el castaño indignado.

—Ya lo recuerdo. —empezó a reír el pelirrojo mientras se levantaba de la cama.

—Ve a tomar una ducha y bajas a desayunar, se nos hará tarde. —sonrió Yoongi mientras se paraba.

—Yoongi.

— ¿Sí?

Jimin se quedó serio, pensando, si le decía a Yoongi que Taehyung lo quería ver se iba a poner como loco y no lo iba a dejar salir, o al menos estaría todo el día detrás de él.

— ¿Qué sucede, cariño?

—N-no es nada. —negó con la cabeza.

—Ya sé, ¿quieres que me meta a bañar contigo? —Se cruzó de brazos Yoongi mientras alzaba una ceja y ponía una cara pervertida.

—Claro que no. ¡Pervertido! —gritó Jimin para después cerrar la puerta del baño.

—Pero si ya conozco cada parte de ti, no sé por qué te da vergüenza. —sonrió el mayor con descaro.

—¡Yoongi, deja de decir eso! —El menor estaba muy apenado. Yoongi ya había mirado su cuerpo, pero últimamente su panza estaba creciendo y sus mejillas también, el castaño tenía razón. Se estaba poniendo como una morsa, dejaría de comer tanto.

—Cuando termines, baja a desayunar. Tu madre ya se fue a trabajar. —habló el mayor para después irse.

Después de veinte minutos, Jimin bajó listo y con su mochila.

—¿Por qué usas ese pantalón tan pegado a tus piernas y trasero? —habló el castaño mientras le daba una mirada de desaprobación.

—No está tan apretado.

—¿Seguro? —El mayor lo fulminó con la mirada.

—¡Yoongi, eres un celoso! —gritó el menor mientras hacía un puchero y se iba hacía su cuarto para volver a cambiarse de pantalón.

—Pero así me amas. —gritó el mayor feliz. Su novio se estaba poniendo aún más lindo de lo que ya era, y sin dudar, ese dulce aroma que ahora desprendía era tan adictivo. No sabía que Jimin podía producir aquel aroma tan delicioso.

 No sabía que Jimin podía producir aquel aroma tan delicioso

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Ambos chicos por fin partieron. Yoongi no dejaba salir a Jimin ya que cada pantalón que se ponía, según el mayor estaba demasiado ajustado para su novio.

—Jimin, insisto. Tu aroma es demasiado dulce ahora ¿Vas a entrar en celo? —habló el castaño mientras manejaba.

—No lo sé Yoongi, mi celo pasó hace un mes y medio. —dudó el menor un poco.

—No lo pienses mucho, tu celo se aproxima. —sonrió el mayor con cara de pervertido.

— ¿Tú lo crees?, necesitaré comprar supresores de nuevo.

—Claro que no, ya te he dicho que aquí me tienes a mí.

—Bien señor arrogante, como usted diga. —rio Jimin.

Después de una larga charla, consiguieron llegar a la escuela. Yoongi no quería irse, pero el mayor si tenía clases a la primera hora, tuvo que irse y dejar a Jimin en la cafetería. Pero antes de irse, le dijo varías cosas a Jimin como "si alguien te molesta dímelo y vendré a patearle la cara", "no dejes que nadie se te acerque", "si tienes problemas dime y vendré", vaya que su novio era tan dulce.

El pelirrojo sonrió al recodar a su novio. Se sentó en una mesa y sacó un libro para leer, tener la primera hora libre era un poco aburrido para él.

—Que linda sonrisa tienes, ¿pasó algo bueno mientras no estaba? —habló alguien mientras se sentaba frente a Jimin.

—Que linda sonrisa tienes, ¿pasó algo bueno mientras no estaba? —habló alguien mientras se sentaba frente a Jimin

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Eres mío ༄ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora