Mi final feliz

30 2 1
                                    

Uma había crecido con un odio hacia las princesas. Odiaba sus finales felices que adquirían estas sólo por un príncipe hasta el punto de perder su propia identidad para alcanzarlo.

El ejemplo más exacto era Ariel, la estúpida sirena, la princesa que más aborrecía por haber arriesgado todo, dejado a su familia, amigos y costumbres por un príncipe. Las historias de su madre(las cuales mostraban el profundo odio de Ursula) confirmaban la ineptitud de la sirena.

Formó su propio grupo de piratas, y aunque ser mesera en el restaurante de su madre no le encantaba, sabía equilibrar su vida. Harry junto a Gil eran sus mejores amigos, aunque ella no solía decirlo. Después de todo, era una villana, debía tiene carácter fuerte y un corazón inquebrantable.

Sólo hasta que el príncipe Ben dio la noticia de que algunos hijos de villanos irían a Auradon como una sugerencia de cambio a la sociedad.

Supo disimular bien su admiración al príncipe por ese acto. El príncipe Benjamín, así se llamaba. Todos mostraban un odio por su padre por haberlos encerrado ahí, sin embargo, al ver su hijo dudaba que aquella sonrisa que inspiraba confianza fuera de alguien que deseara sufrimiento. Ben le inspiraba una confianza en que el mundo de afuera era tan genial como en sus sueños. En los cuales, aparecía Ben prometiéndole un final feliz. Pero, un final feliz en donde ella no abandone a los suyos. En donde todos los de la isla puedan ser liberados.

Rogaba cada día ser una de las escogidas por el príncipe. Pero, su ilusión murió cuando mencionaron a los seleccionados.

Mal. Oh, si Uma tuviera un centavo por cada vez que Mal le dio un sabor amargo a su vida, sería millonaria.

Ella le había robado su oportunidad. No le bastó con llamarla "Camarón" de niña y no dejar que se uniera a su grupo.

La odiaba. En serio, la odiaba más que a todo.

Y la odio más al saber al poco tiempo que ella ahora es la novia de Ben. Él no merecía estar con ella.

Sin embargo, quiso convencerse de que nunca amó a Ben y empezó a odiarlo por el hecho de que no volvió para sacar a más personas de la isla.

¿Dónde estaba la palabra de honor de un príncipe? ¿Acaso Ben era otro insensible que le valía la vida de los demás?

Y cuando tuvo la oportunidad de liberar a todos a base de secuestrar a Ben, lo hizo.

Ella supo que desde un inicio tenía razón. Él era un futuro gran monarca, era justo, inteligente y sensato.

Pero, tenía miedo. A pesar de sus deseos de justicia tenía miedo. Miedo de que sus futuros planes para mejorar al reino no resultaran por el pasado de los villanos.

Sin embargo, lograste entrar en su corazón. Porque él aprendió de ti que su reino también era la Isla de los perdidos.

Mal se lo llevó dándote una varita falsa. Te enojaste, pero supiste que Ben no quería que las cosas fueran así.

Hasta que encontraste el libro de hechizos de Mal. Sabías nadar, así que fuiste a Auradon para vengarte.

Y sabías cómo hacerlo, usaste a Ben otra vez. Para lastimar el corazón de Mal... Pero, en realidad, y muy en el fondo sólo querías sentir que Ben te amaba. Aunque no fuera verdad.

En ese baile, te diste cuenta de que Ben amaba a Mal, y ella lo amaba aún más. Y te dolió Uma.

Aunque peleaste con Mal, no podías seguir. Lo supiste cuando Ben te propuso quedarte, hacer un cambio, y tú sólo te fuiste no sin antes devolver su anillo.

Te quedaste unos meses por Auradon viendo el lugar. Todo era hermoso. Te imaginabas cómo sería si Harry o Gil estuvieran ahí igual de fascinados.

Pero, al volver a la isla, Mal estaba ahí. Ella era la única que podía liberar a la isla. Tenían que unir fuerzas, y aunque en un inicio fue una pesadilla, luego te encariñaste con ella.

Sin mencionar que te diste cuenta, de que Mal iba a ser la futura reina. Se iba a casar pronto con Ben. Ambos se amaban, y no había hechizo que los separara, Uma.

La podías llamar tu amiga ahora, pero aún sentías celos.

Cuando descubriste su engaño, de que nunca iba a liberar a la isla, te sentiste engañada. Raras veces confiabas en alguien, y Mal te traicionó.

Pero al ver la forma arriesgada en la que quiso ayudar a la hija de Facilier, volviste a ayudarla. Y entendiste sus motivos.

Te quedaste en la Isla de los perdidos.

Aún pensando en Ben. Aún amándolo.

Hasta que viste a la barrera desaparecer. Por primera vez en tu vida, te sentiste libre.

Y lo sigue siendo hasta hoy, excepto por algo...

***

-Mira, Mal. Tiene tus ojos-dijo Evie al ver a la hija de Mal.

-Es hermosa, Mal-dijiste al ver a la pequeña castaña de ojos verdes.

-Te amo, pequeña-dijo Ben cargando a su niña besando a Mal.

La hija de Maléfica al ver al rey tan cariñoso con la niña sólo sonrió.

-Esa niña te hechizo, Ben-dijo divertida Mal.

Abandonaste la habitación para dirigirte al balcón. Ahí te pusiste a llorar intentando que tus sollozos no fueran tan altos.

Sí, Uma, aún amabas a Ben.

Y el amor en los cuentos suele durar para siempre.

Este no era tu final feliz.

Mi final feliz(One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora