Don't play no game that I can't win || YoonKook ||

Usar las palabras

Yoongi apareció en la puerta de Seokjin antes de que 24 horas pasaran después de que todo se fue a la mierda con Jungkook. No había visto a Namjoon o Hoseok en casa – Namjoon ni si quiera había vuelto en la noche, qué mierda – y sabía que tenía que hablar con alguien. Seokjin abrió la puerta usando un suéter gigante, sujetando incómodamente una cerveza en su mano y un control de xbox en la otra. De alguna forma, aun parecía salir de un comercial de cuidado facial.

—No me voy a disculpar —dijo Yoongi, como forma de disculpa. Pasó por la puerta.

—Bueno, hola, Yoongi, que bueno verte —dijo Jin, rodando los ojos y cerrando la puerta — siempre es un placer —tomó otro controlar de xboz del sofá y se lo tiró a Yoongi, quien manoseó por unos segundos antes de tomarlo — Vamos a jugar Mario Kart.

—Apesto en los juegos —dijo Yoongi, pero suspiró y escogió un jugador.

—Lo sé —respondió Jin, riéndose —eres peor que yo.

No tenía que verse tan feliz por eso. Yoongi se tiró a su lado, sin quitar los ojos de la pantalla. Jugaron en silencio por algunos minutos, hasta que Jin habló.

—¿Quieres decirme qué pasó? Porque eso fue una mierda, Yoongi — Yoongi podía sentir a Seokjin suspirar, larga y sonoramente a su lado — el chico ha pasado por un montón —dijo, finalmente.

Bueno, el chico no era quien estaba sentado aquí con lo que se sentía sospechosamente como un maldito corazón roto, ¿cierto?

—¿Y eso es mi culpa? —soltó Yoongi. Tiró el control a su lado y frotó su cara.

Ugh, odiaba cuando Seokjin tenía razón. No es que la historia de Jungkook fuera su culpa, pero...sabía, él sabía en qué tipo de problemas se iban a meter. Y lo hizo de todas formas.

—Tienes razón —dijo a través de sus manos — es mi culpa. Debí haberlo detenido antes. Deberíamos haber confesado el segundo en que nos dimos cuenta de que los dos te conocíamos.

—Ah, yo era la llave de tu plan —dijo Seokjin — me estaba preguntando —puso su control abajo y tomó un poco de cerveza — Jungkookie está trabajando contigo ahora —dijo, como si Yoongi no supiera — ha tenido un momento difícil por eso, por favor no arruines eso.

—Lindo saber qué piensas de mí —murmuró Yoongi. Porque, ¿en serio? —Primero que nada, él fue quien terminó conmigo, para que sepas, las cosas podrían haber resultado bien si él- —se detuvo, frustrado — Y segundo, es demasiado talentoso —dijo, más fuerte — ¿Lo has escuchado cantar? ¿Bailar? ¿Cómo incluso podría yo arruinarlo? —Seokjin había comenzado a responder, pero Yoongi prosiguió — Es una de las personas más talentosas que he conocido y es humilde sobre ello. Trabaja duro, tiene una voz increíble, un cuerpo increíble, es tan, tan, atractivo - ¿cómo podría arruinarlo yo? Big Hit es afortunado de tenerlo, y ellos-

—Wow, tú...wow —dijo Seokjin, mirándolo por algunos segundos. Sacudió su cabeza y se puso de pie. —Bien —dijo, riéndose para sí mismo — Ya veo qué está pasando aquí.

Caminó hasta la cocina, abrió su refrigerador y sacó una botella. Suspirando, Seokjin tomó la botella como si fuera un bebé y la balanceó en sus brazos para luego besar la tapa. Yoongi rodó sus ojos. Tan exagerado. Jin sirvió en una copa y luego se la dio a Yoongi.

—Estás oficialmente perdona —entonó Seokjin, haciendo un gesto floreciente con su mano. Sus ojos estaban entrecerrados por reírse — Eres un tremendo desastre ahora mismo como para seguir molesto contigo.

Sin dignarse a responder, Yoongi olió el líquido y luego tomó un poco.

—Dios, ¿esto es vodka puro? —hizo una mueca, pero tomó otro trago, pero más cauteloso.