Redentor: Inframundo. (Hades y Perséfone)

Capitulo 1 -El Comienzo

Allá en los bajos campos de Enna, donde crecían las más hermosas flores y se daban los más deliciosos frutos, se encontraba la joven Persefone junto a sus escoltas las ninfas del bosque. La hermosa Ninfa hija del gran dios Zeus y la diosa de la agricultura Deméter, recogía flores inocentemente mientras tarareaba una suave canción de cuna, esa que su madre le cantaba cuando pequeña. El viento hacía que su brillante cabello color fuego cobrara vida, el cielo coloreaba en sus ojos un bello color azul claro, haciendo que cualquier hombre se derrumbara ante su mirada. Sus labios parecían una escultura echos por el mismo Apolo, eran un tono rosa, carnosos y pronunciados. Sobre su piel pálida y virgen, reposaba un fino vestido blanco que le colgaba hasta los pies. Este era tan delicado que marcaba a la perfección sus pronunciadas curvas. Y cómo diosa de la primavera, llevaba consigo los hermosos aros dorados en sus brazos. Como símbolo de realeza y poder.
Todos en el Olimpo habían escuchado sobre la belleza de la joven. Incluso se decía que era más bella que la misma Afrodita. Su madre Demeter, decidió rechazar cada una de las propuestas de matrimonio hacia la joven Persefone. Entre los rechazados estaba Apolo, Ares y Hermes.
La estricta madre, quería que su hija siguiera los pasos de las diosas Atenea y Artemisa, las cuales se habían mantenido vírgenes y puras. Por esta razón Deméter decido llevarse a su hija lejos del Monte Olimpo, donde nadie pudiera verla y todos los hombres estuvieran lejos de ella.
Zeus estuvo de acuerdo con la decisión de Deméter así que le regala un hermoso palacio de cristal en Nisa, cerca de los campos de Enna.

—Entonces quieres llevarte a Persefone lejos de aquí?—pregunto el dios Zeus mientras tomaba una uva del ramo que colgaba junto a su trono. Esta, arrodillada frente al dios responde.

—Si, deseó llevar a nuestra hija lejos de aquí. Donde hallemos paz y hermosas flores.

Zeus se levantó de su trono y se acercó lentamente a Deméter, con su mano sostuvo la cara de ella haciendo que lo mirara a los ojos. Ella se puso de pies y escuchó las palabras de su amante.

—Está bien, puedes llevártela—los ojos de Deméter cobraron vida y dibujo una hermosa sonrisa—Puedes ir al palacio de Nisa, ahí podrán estar tranquilas. Las ninfas pueden acompañarlas.

—Muchas Gracias, Zeus—las palabras de ella hicieron que el dios del trueno dibujara una pequeña sonrisa, esa que solo ella lograba sacar. Este agarró su rostro con sus dos manos y la miró a los ojos detenidamente.

—Sabes que haría todo por ti, mi hermosa Deméter.

Finalmente se mueven al palacio de Soria en Nisa, y viven una vida tranquila junto a la naturaleza y las Ninfas. Pero esa paz no les iba a durar para siempre al menos no a Deméter.

—Tienes un hermoso cabello Persefone—le dijo Nancy, mientras peinaba el cabello de la joven.

—Gracias Nancy, el tuyo es muy hermoso también—Esta sonríe ante el elogio de Persefone, había cuidado de ella desde que Deméter había dado luz, la había visto crecer y convertirse en la hermosa mujer que es hoy en día. Eso la conmovía. Se alegraba de en quien se había convertido la joven. Nadie tenía el corazón tan puro e inocente como la chica de cabello rojizo.

—Sabes si madre a regresado?—pregunta Persefone.

—Aún no señorita, pero estoy segura que pronto lo hará—respondió la Ninfa aún peinando su larga cabellera.

—Espero que no demore...nunca eh estado tantos días sin ella—la voz de Persefone se notaba triste. Y podía entenderse que jamás se había separado de su madre. Pero los asuntos en el Olimpo no parecían ir bien del todo.

Monte Olimpo
Zeus convoca una reunión de los principales dioses olímpicos. Algo no andaba bien, habían llegado rumores sobre un posible atentado a su trono de un ser desconocido. Esto no le agradó nada al dios del trueno, y decide marcar la reunión para la solución, lo menos que deseaba  era una guerra de dioses. Eso sería el fin de todo.