Chapter III

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Al final terminé por hacerle muchas preguntas y aunque fue divertido, espero que no se haya sentido incómoda. Según me dijo ella, estaba huyendo de ese viejo porque él tenía la intención de llevarla a la fuerza con él a algún lugar que no me especificó, lo cual me hizo sentir bastante intrigado al respecto y quise preguntarle la razón, pero al hacerlo su expresión cambió y se quedó callada un momento. Fue ahí que me di cuenta de que metí la pata por lo que decidí que será mejor dejarlo pasar por ahora. De repente ella me dijo:
- Muchas gracias por lo que hiciste por mí, realmente me siento muy agradecida, espero algún dia poder ser capaz de devolverte el favor.
- No te preocupes por ello, es lo que cualquiera en mi situación hubiera hecho. - le dije sonriendo.
- Lo dudo... - dijo ella algo melancólica, como si hubiera un significado detrás de esas palabras.
A estas alturas estoy pensando que realmente no soy muy bueno para entablar una conversación con alguien, solo creo que la pongo triste con cada palabra que digo. Sin embargo no me di por vencido y dije:
- Eso no importa, yo lo hice y ya está hecho, ¿estás a salvo, no es cierto?
- Sí, tienes razón. - dijo levantando un poco su ánimo.
- Entonces, supongo que ya somos amigos, ¿No?
- ¿Amigos? - dijo ella sorprendida.
- ¡Claro! - le afirmé.
- Yo nunca he tenido algún amigo a excepción de A..., no, ella no lo fue. - dijo con un tono de voz bastante triste y apenas audible.
- ¿Quién?
- Nadie, era una persona que pensé que lo era, pero me demostró que nunca lo fue. - dijo algo molesta y triste.
- Mmm... Entiendo, bueno la verdad no, pero acaso dos personas que son capaces de tener este tipo de charla juntos, ¿no deberían serlo?
- ¿Y como sé que nada de lo que dijiste era mentira?, ¿No me estás diciendo cosas solo para que me agrades?
Honestamente me sorprendió bastante la desconfianza en sus palabras, supongo que muchas cosas debieron de haberle sucedido para que piense de esa forma.
- Bueno, eso solo lo decidirá tu corazón. No creo que tú seas una mala persona y tampoco creo serlo yo, pero si en tu corazón sientes que lo soy, entonces supongo que no hay remedio, sin embargo si no es así, entonces ya somos amigos. - le dije sonriendo.
Creo que no esperaba esa clase de respuesta de mi parte, porque me miró asombrada, sin quitarme la mirada de encima, por lo que me dio un poco de vergüenza después de decirlo y sonriéndome me dijo:
- Entonces supongo que lo somos.

A Través De Mis MiedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora