Hogar, dulce hogar, o al menos eso dicen, supongo que es así. A pesar de no tener a mi madre conmigo, no me sentía mal por ello, quiero decir, no todo el tiempo. Sí, a veces me preguntaba que se sentiría tener una figura materna o algunas raras veces sentía algo dentro de mi pecho cuando pensaba en ella, pero tener a mi padre conmigo todo el tiempo me ayudó bastante para no prestarle tanta atención. Ella nos abandonó cuando yo era un niño y desde entonces, mi padre, Thammer, cuidó de mí.
- Ya estoy en casa.
- Vaya, por fin llegaste, pensé que te había pasado algo... Pero mira qué tenemos aquí, no sabía que tenías novia. - dijo mi padre molestándome.
- Ja, Ja, Ja, qué gracioso. Ella es Mary, mi nueva amiga. - le dije aclarándole algo avergonzado.
- Buenas noches, me llamo Mary, es un placer conocerlo.
- Pero bueno, qué jovencita tan educada, la apruebo definitivamente. - dijo entre risas mi papá.
- ¡Ya para con eso! - dije totalmente rojo de la vergüenza.
-Jajaja, está bien, ya paro. Mucho gusto jovencita, mi nombre es Thammer y soy el padre de este muchacho.
- Y ahora que ya se conocen, tengo un favor que pedirte, papá.
- ¿Favor? ¿No se tratará de nuevo del taller o sí?
- No, no tiene nada que ver con eso.
- Entonces, ¿Qué favor? - me preguntó un poco intrigado. Estoy seguro que si no se trata de su taller, me aceptará cualquier cosa.
- ¿Puede Mary pasar la noche aquí? - le pregunté.
- Claro, no hay problema, pero, ¿No se preocuparán sus padres?
- No se preocupe, ellos nunca están en casa, solo regresan los fines de semana, así que no hay problema, señor Thammer. - dijo Mary, tratando de ocultar su tristeza al referirse a sus padres. Me imagino que los ha de ver muy poco y peor ahora después de lo que sucedió.
- Por favor, no seas tan formal, puedes llamarme suegrito o papá, como prefieras. - dijo sonriendo.
- ¡Papá! - le grité molesto y avergonzado.
- Como usted diga, papá. - dijo Mary riéndose, siguiéndole el juego.
- ¿Tú también, Mary? - le dije, rojo a más no poder, quería que la tierra me trague.
- Perdón, es que tu padre es bastante divertido. - dijo ella riendo.
A pesar de estar demasiado avergonzado, me alegro que ella por fin esté sonriendo luego de lo sucedido, aunque a costa de mi vergüenza. A decir verdad, la noté bastante triste por el tema de sus padres, pero gracias a las ocurrencias de mi padre se animó, sin embargo me intriga bastante, ya que no sé mucho sobre ella y me gustaría conocerla más. Supongo que todo a su debido tiempo, ¿No?
- Ja, Ja, qué divertido. Vamos a cenar que ya es tarde. ¿Papá, preparaste la cena?
- Bueno, hijo, tú sabes que el trabajo de un herrero nunca tiene fin...
- Entendí el mensaje, yo me encargo.
- ¿Sabes cocinar? - me preguntó Mary asombrada.
- Solo espera y verás.
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A Través De Mis Miedos
Random«Está bien tener miedos, porque son pruebas de que estás vivo; ellos no son algo malo, más bien nos ayudan a crecer y a superar nuestros límites, así que... ¿Por qué debería de rendirme ante ti? En realidad te agradezco, porque superaré este miedo y...