Chapter XIII

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- Están buscando a Mary. - dijo mi padre preocupado.

- ¿Cómo?, ¿quién la está buscando? ¿Y por qué dices que son malas noticias? - pregunté.

- Bueno, eso es porque quienes la están buscando son guardias reales del palacio. ¿Sí sabes quienes son verdad, hijo?

- He oído sobre ellos, son los guardias que protegen a la familia real, si ellos están aquí eso quiere decir que el rey te está buscando Mary.

- No pensé que lo harían tan pronto... - dijo ella desconcertada.

- ¿Rey?, ¿por qué el rey estaría buscándola? - preguntó Bleu que aún no sabía quién era Mary.

- Es una larga historia, pero básicamente ella es la hija del rey y él la está buscando para que se case con alguien. No es un muy buen resumen, pero, ¿me entiendes? Tenemos que esconderla o sino se la llevarán y la obligarán a casarse. - le dije.

- ¡Ohhh! la hija del rey... ¿así que la esconderemos de los guardias para que no se case con otro? Sí que estás enamorado Red, jajaja. - dijo burlándose.

- No se preocupe su majestad, yo Bleu, ayudaré con todo lo que pueda para que esté a salvo de esos guardias. 

- Deja de burlarte, desgraciado. Por ahora tenemos que pensar qué haremos para que no la encuentren. - dije preocupado.

- Los guardias son conocidos por ser bien minuciosos con sus encargos, no son los típicos holgazanes que andan dizque cuidando la ciudad. Va a ser difícil que podamos engañarlos para que se vayan y nos dejen tranquilos.

- ¿Cómo habrán obtenido la información de que ella se encuentraba aquí?, ¿usted avisó en casa que se encontraba aquí princesa? - dijo Bleu riéndose.

- En realidad no, es probable que todo sea obra de Darius... - dijo Mary.

- ¡Sí!, ¡Mencionaron ese nombre cuando oí que te estaban buscando! - dijo mi papá.

- ¿Quién es ese? - pregunté.

- ¿No lo recuerdas? Ese viejo que me estaba persiguiendo la primera vez que nos vimos.

- Ahhhhh, ese anciano con cara de enfermo. - dije molesto.

- Jajaja, sí, ese mismo. - respondió Mary riéndose.

- Ja ja, no me hace gracia Mary. - le dije.

- Ya lo sé, a mí tampoco, pero ya no está aquí y ahora te tengo a ti. - dijo Mary sonriéndome.

Creo que no se dió cuenta de lo que estaba diciendo porque tanto Bleu como mi padre me estaban mirando con unas caras burlonas y yo no podía ocultar mi vergüenza por lo que me dijo.

- E-es cierto eso, pero no lo digas de esa manera porque lo pueden malinterpretar. - respondí.

- N-no me refería a eso, s-sino que ahora que te conocí me siento más segura y sé que me ayudarás si algo sucediera.

- Ya ya, tortolitos, luego continúan flirteando. - dijo mi papá.

- Tío dejelos un rato más que nunca lo vi así antes, jajaja.

- Y-ya, como iba diciendo, hay que mantener a Mary lejos de ellos. ¿Alguna idea?

- ¿Por qué no simplemente dejamos que se quede en tu casa? No creo que vayan a pasar revisando casa por casa, ¿o sí? - dijo Bleu.

- No debería de haber problema si hacemos eso, ¿no? - dije.

- No, no podemos, ellos no se irán de aquí hasta que la encuentren o confirmen de que ella no está en esta ciudad. - mencionó mi padre seriamente.

- Sí, ellos están entre los mejores del palacio, fueron entrenados por un antiguo héroe de guerra del país. Así que será difícil que podamos burlarlos fácilmente. - confirmó Mary.

- Primero hay que ordenar la información que tenemos, ¿cuántos guardias son y cómo es que la están buscando? - dije.

- Bueno, eran solo dos, y cómo lo hicieron, pues, estaban en la plaza mostrando una imagen de ella hablando de que se encontraba desaparecida y que si alguien tenía alguna información sobre ella que se las haga llegar y serían recompensados generosamente por el señor Darius, ahora ya sé quién era ese señor y no me agrada.

- Jajaja, pero si son solo dos no habrá problema, ¿verdad? Ironnia es una ciudad con muchos pobladores, dudo que vayan a buscar a todos solo por encontrar a una sola persona. - dijo Bleu.

- Es probable que vayan por las calles más concurridas preguntando por su paradero, inclusive pueda que vayan por los negocios principales. - mencionó mi papá.

- ¿Es este taller conocido en la ciudad? - preguntó Mary.

- B-bueno, no es que seamos desconocidos... - estaba diciendo mi padre.

- Jajaja, no es necesario que mientas papá, no hay por qué apenarse. El negocio no va mal, pero no es la herrería más conocida de la ciudad Mary. - le dije riendo.

- Ohh, entonces es bueno que no sea muy conocido, ¿no, papá Thammer? - dijo sonriendo Mary.

- Técnicamente lo es pero... - dijo mi padre sonriendo penosamente.

- No te preocupes, no creo que vengan aquí. - le dije a Mary tratando de ser optimista.

- Buenas tardes, ¿hay alguien aquí? - dijeron unas voces desde el exterior del taller.

Yo y mi bocota.





A Través De Mis MiedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora