Deborah se sentía algo nerviosa. Sentada en el avión junto a Scott Parnell, no se sentía del todo cómoda. Él chico silbaba una canción que ella desconocía, aunque pensándolo bien no conocía ninguna canción. Miró por la ventanilla ansiosa de que el avión ya despegara. Estaba asombrada al ver los aviones de tan cerca, sólo los había presenciado en el cielo mediante la esfera que veía todo. Suspiró y se sintió algo cansada, aunque había dormido bastante, le pesaban los ojos. Una voz la sacó de sus pensamientos y relajación, miró hacía su izquierda.
—¿Ocurre algo que nosotros no sepamos?—preguntó Scott.
Ella negó con la cabeza.
—Les he contado todo—mintió.
—Debe ser difícil para ti haberte deshecho de tus alas, ¿no?
Deborah frunció los labios, un nudo se formó en su garganta.
—Bastante.
Scott le brindó una mirada de “Estoy contigo” y cambió su actitud a una más alegre para mejorar el ánimo de Deborah. Ella estaba demasiado nerviosa que apenas y prestaba atención a las historias cómicas de él.
Una vez que el vuelo llegó a su destino, el nudo que se formaba en su estómago era ahora mucho más grande. Podía sentir el poder de lo que buscaba desde kilómetros de distancia.
—Siento una presencia muy familiar—murmuró Patch, con tono incómodo.
Deborah sabía a lo que se refería.
La franja hacía al infierno, una vez que entras es imposible salir. Pero era un riesgo que ella estaba dispuesta a correr, costase lo que costase. Hizo una seña de que la siguieran, en un lugar muy alejado de Londres, junto a un bosque y una laguna gigantesca se hallaba aquello que ella buscaba. Probablemente fuera más fácil de lo que ella había imaginado. Se sintió tranquila de pronto, cosa que se le hizo muy extraño.
Tomaron un taxi para llegar a la ciudad, y otro para ir más allá de la ciudad. Por una extraña razón, Deborah sabía el camino. Una vez que bajaron del taxi miraron los alrededores. La calle estaba terriblemente desierta, no se veía ninguna luz prendida, o un alma viva. Deborah se sintió inquieta, había algo en ese lugar que no le agradaba. Una voz la sacó de sus pensamientos, exaltándola de paso.
—Bueno, creo que deberíamos seguir—dijo Nora con cautela en cada palabra que pronunciaba.
—Concuerdo contigo—respondió Patch—. Éste lugar no me da buena espina.
Los pasos de los cinco era lo único que se escuchaba. Ni siquiera se asomaba una brisa, o el canto de algún cuervo.
Luego un golpe en seco paró a todos. Miró hacía atrás y contempló la terrible escena. Scott Parnell estaba tirado en el suelo, con una daga incrustada en su espalda. Fue presa del pánico por un momento, pero luego se relajó, pues Scott era un Nephilim después de todo. Vee gritó su nombre y se puso de rodillas mientras Nora y Patch permanecían juntos mirando más allá. Era difícil presenciar lo que había más allá, pues de pronto todo se había tornado nublado.
—Quédate detrás de mí, Ángel—dijo Patch, apenas en un susurro.
—Ni hablar, también pelearé.
Deborah se quedó paralizada.
Escuchó los gemidos de Scott y fue a ayudar. Miró la daga, la hoja afilada estaba teñida de rojo con la sangre del Nephilim. La tomó del mango, Vee la miró con ojos tan grandes a punto de soltar lágrimas.
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Lazos perdidos (Hush Hush FANFIC)
FanficElla no tenía en mente agregar ser despojada de sus alas después de cumplir con todo su plan. Miró a su hermana por última vez. La persona que había permitido el despojo de ésta convirtiéndola así en un ángel caído más del montón. Pero antes de ser...