Durante el colegio, tomé unos libros de la biblioteca prestados. Me paseaba constantemente por los pasillos sin razón alguna. Mi manera de vestir era peculiar, ropa
Olgada que en su mayoría eran colores opacos y poco llamativos. Resguardaba entre mis cuadernillos un libreto especial, era algo mío. Suelo visitar la biblioteca por que el ambiente es tranquilo, existe un poco de paz. Puedo mantenerme ocupada para poder escribir mis sensaciones, lo que vivo a diario.No tan solo era el rollo de mirar aquellos hilos que colgaba entre la gente, eran aquellas alucinaciones que tenía con frecuencia. Muchos días me mantengo alerta por cualquier cosa lo cual no es tan agradable.
En algún punto creí que se debía a mi poder sobrehumano de ver a las personas destinadas de las otras, nunca lo sabré. En una de mis pesadillas empapada de sudor frío en todo el cuerpo, cuando mi pulso estaba sumamente acelerado que se me escapaba del pecho, tenía sobre mis rodillos una hoja de papel con el nombre trazado repetidas veces, Fobos.
Un ser que jode mi vida, el encargado de mis pesadillas que no quiere que logre una felicidad accesible.
Samira... - La chica que estaba junto a mi susurro a un lado de mi oído, cuando logre reaccionar tenía el lápiz entre mis dedos. Estaba, antes de perderme en mis pensamientos, en terminar un examen. Moví la cabeza ligeramente contestando con un murmuró. - Te queda solo tres minutos, ya casi terminaron todos. - Mire los alrededores, efectivamente, la mitad de mi clase se retiraba después de haber terminado, quedándome tan solo con otros tres estudiantes. - Eh, gracias. - Me incline para contestar, era inútil, mi cerebro estaba distraído. Durante la noche las pesadillas volvían, las sombras entre la gente venían por mi, no encontraba el punto de mi concentración.-
Sali solo diez minutos después, la profesora nos regaló unos minutos más. No pude aprovecharlos realmente así que solo escribí para llenar espacios sin haber leído.
Fui a los fregaderos de los baños para enjuagar mi rostro y despertar un poco. El agua era tibia, sentí la fresquedad en mi piel quedándome remojada en una parte.
El silencio se acumuló cuando la última chica que se lavaba las manos se fue.Me mire al espejo, mi reflejo era tentativo y me causaba intriga. Era como ver a otra persona., era yo misma pero no creí que fuese yo. Una especie de máscara que tapaba mi verdadera identidad.
Un sombrío corrompía mi espacio quedándome paralizada, mis piernas estaban congeladas. Cuando se fue mi aliento regresó, tenía un llanto ahogado en la garganta que ardía.
Este tipo de sensaciones eran constantes, aún no encontraba como poder debatirlo. Sólo me quedaba tener que tomar costumbre y enrroscarme en un rincón. Egrese de los sanitarios regresando a mi actitud habitual de chica pre-adolescente tímida.
La biblioteca estaba poco llena, como era de costumbre, me fui hasta los últimas filas de libros y me senté. Tomé mi diario preciado, ese... Solía sacarlo en cualquier ocasión cuando me sentía frustrada después de que las sombras vinieran a intimidarme y burlarse de mi.
Trace algunos dibujos en la hoja blanquizca. La mayoría de las últimas, tenía decoraciones o algunas fábulas donde podía tener el amor de alguien conmigo, era un sueño disparatado e irracional. Mi destino estaba al azar por la tontería de no llevar conmigo un hilo rojo. Era una especie de soledad el tener que afrontar que me quedaría distanciada del resto mientras miraba su felicidad con una enorme sonrisa. Todos reían vulgarmente todo el tiempo, hasta por lo más estúpido, sin embargo... No podía verlo así, no era tanto que tuviese una depresión crónica. Sabía que sí iba a contar mis secretos como cuando era pequeña lo hice, todos me utilizarían de objeto de burla.
Tú... - alcé la cabeza para mirar de quién se trataba, sin más... Renata, la chica bienquista y embustera al mismo tiempo. Todos la adoraban por su belleza deslumbrante una persona de ojos cerúleos que todos querían tener su atención. A mi parecer, a parte de mis pesadillas, una de mis molestias era ella. Desde pequeña me trató de manera injusta riéndose de mi por cualquier motivo. No entendía la gracia, le suplique muchas veces que no me agradaba, que en ningún momento le permití cruzar su línea conmigo. - ¿Qué?. - Sonrió de manera burlona. - Vaya, hasta que me dedicas un tiempo de tu atención. Bien, la proferosa te busca. - Olía a una más de sus bromas incoherentes, me levante después de que escondí mi libreto para poder ir a un paso adelantado y no tener que ir junto a su presencia. -
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Entre Hilos del Destino
Short Story;... "Podía ver la felicidad en cada persona, el hilo que unía a dos en uno solo, entre nudos y revoltijo, sabía que era su destino. ¿Por qué no existe el mío?"... Contenido : 🏳️🌈 🚫 No adaptaciones