Las últimas horas de clase pasaban seguidamente. Zara no llego y tampoco le vi a fuera cuando camine para asegurarme. Sentí una mínima preocupación, miraba cada segundo su sitio vacío preguntándome donde podría estar.
Me mantuve con los pensamientos encerrados. Cogía mis pertenencias cuando finalizó para adelantarme y poder buscar a mi alcance. Nunca supe donde vivía por mi inseguridad y desconfianza desde el inicio...
Renata se interpuso en mi camino, intenté esquivarle pero no se movía.
Esa es la importancia que le das a tu protectora. -Ignore sus palabras a toda costa, le mire de frente, era un completo riesgo querer enfrentarme una vez más. Pero tenía cierta seguridad que me llevaba a querer hacerlo. - ¡Para!, no sabes nada. -Grite con fuerza llamando la atención de la gente. Su figura entre la puerta no me detuvo y pase por un espacio que dejaba quitándole con un golpe de brazo. No corrí como antes, cuando camine por las calles recién me daba cuenta de mi actitud y de lo que acaba de hacer. Me dio un suave escalofrío, el aroma a humedad se introducía en mi nariz. El día anterior llovió por la noche, era la temporada de lluvias constantes. -
Ya estaba donde mismo, no quería borrar aquel momento donde unas simples palabras abrazaban mi corazón, la mano lisa que estaba sobre mi mano que no quería soltar. Me senté en la misma banca tratando de buscar alguna razón que pudiera hacerme saber donde estaba, temía a que no volviera y que realmente se fuera por mi actitud. Tape mi rostro con ambas manos balanceando mi cuerpo ligeramente, escuche un sonido que me distraía, parecía que provenía del interior. Lo seguí prestando la suficiente atención trazando un camino imaginario..
Había un árbol gigantesco, no le había prestado atención antes. No solía hacerlo, pasar por este mismo lugar era por estar ligado a mi hogar. Visualice cada rincón con la ayuda de mi oído que le dirigía... Zara.
Sus manos atadas a sus piernas y su cuerpo agachado...
Lucía como el día anterior. En aquel auditorio donde le escuche quebrantarse y no hice nada..Sentí una punzada en el pecho me deje llevar por lo que decía mi mente y me senté a su lado para enrollarle en un abrazó. Escuche los latidos de su corazón que resonaban en mi cabeza dejando media de mi nuca reposando en su hombro.
A pesar de su llanto murmurante me quedé ahí, el tiempo no existía. El aroma repulsivo a pasto húmedo nos contorneaba y el sonido de las aves nos hacían compañía.
Quería hacer que dejara de llorar, era como si sus sentimientos pasaban a ser míos. Levanto su cabeza con las manos entrepuestas en su frente y solo por mi presencia se atrevía a sonreír como lo hacía cada vez que yo era la que estaba frágil.Zara... Estaba buscándote. - Tallo sus ojos para prestarme atención y sentarse cómodamente. - Lamento no haber ido, no tenía ganas para hacerlo. - Todo este tiempo donde me encerraba en mi propio mundo no consideraba que existía gente que necesitaba ayuda quizá como yo. Fue en ese momento que descubrí que quería ayudarle, aun sin conocer el fondo de sus pensamientos ni ella de los míos. - ¿Qué sucede?, ayer... También llorabas. - Arrugaba la frente mientras bajaba mi cabeza por recién confesar que le espíe. - ¿Lo viste?... - no me quedo de otra más que asentir, quería mostrar una preocupación real. Era un poco más el momento de que fuese yo quien le protegiera de sus sombras y pesadillas. - Sólo te seguí por curiosidad, nunca imaginé... - Su mano se deslizó en mi mejilla, la taquicardia se apoderó de mi. El sublime calor que me transmitía y mi rostro ardiendo fuertemente, su inclinación graduada a mi rostro me intimidó de manera dulce. Juré que jamás mire a una persona tan cerca, contemple cada imperfección bella que la conformaba. Me perdí en el instante donde se congeló cada movimiento, excepto su dedo pulgar que rozaba mi pómulo rojizo. Nuestras bocas callaron, no pude moverme o tal vez era yo que impedía a mi mente el arruinar dicho momento. Pronto una humedad se rocíaba en mis cerezos, suavemente armaban movimientos lentos que hacían disfrutar el más mínimo detalle. El corazón estaba por escapar de mi pecho. Mi intención era cerrar mis párpados para evitar más sonrojamiento, sin embargo, me quedé mirándole con esa cercanía apasionante que mataba mis miedos. Una frente pequeña, los demás tenía características similares, pero me obligue a creer que era especial. Me quedé cautivada, no quería que el momento terminará.- Me enamoré de ti... - Los dulces compaces eran interrumpidos entre algunas palabras que salían de su boca. "Enamorar", no tenía la menor idea de lo que fuese. Mi mirada bajo hasta toparme con su mano, el hilo. Me aleje cubriendo mi cara soñolienta. - No... No se puede. - Negué con la cabeza tras ver el hilo que brillaba bajo los rayos del sol. - ¿Por qué no?... - Tome sus manos dejando que se deslizaran cristalinas secreciones. - Nací solo para ver el destino de los demás, no el mío. Yo no estoy atada a ti... - Sabía que estaría confusa, no me quise quedar para explicarle. Me levante con un sentimiento pesado que hería mi interior. No me atreví a mirar detrás, solo caminé a paso lento y con las pizadas cansadas casi arrastrando hasta que llegue a casa. -
Desvestí mi piel para darme un baño que relajara mis ideas. ¿Estaba enamorada?, supongo que eso era lo que se sentía. Aún así lo estuviera sabía perfectamente que no me correspondía. Tenía gratitud con Kali por mandar a alguien que me protegiera, pero no de esta manera. Tuve sensaciones desde el primer momento que no quise aceptar y justo ahora, terminaba por darme por vencida y confirmarlo.
No solo se convertía en una heroína en mi vida, se convirtió en un lazo inexistente que me llenaba de paz. Fue hasta que le conocí que encontré el amor, tanto hacia alguien como a mi misma.
Maldije un par de veces, era agradable la sensación, aunque fuese irreal. No podía tocar el corazón de nadie, no nací con ese derecho. Tenía tanta aflicción que me hacían volver a mi círculo pequeño de todos los días.
No podía ser yo quien conociera su identidad, no era la honorable para saber sus miedos. No podía protegerla. No era mía...
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Entre Hilos del Destino
Nouvelles;... "Podía ver la felicidad en cada persona, el hilo que unía a dos en uno solo, entre nudos y revoltijo, sabía que era su destino. ¿Por qué no existe el mío?"... Contenido : 🏳️🌈 🚫 No adaptaciones