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Cuando era pequeña me gustaba ver las películas de romance, deseaba en el fondo experimentar alguna historia donde tuviese ese final feliz como lo mostraban.

Siempre eh tenido un secreto guardado bajo la manga. Ese mismo secreto me hizo sentirme un poco fuera de la realidad, mucho tiempo y hasta ahora la gente me utiliza para llevarle a su persona destinada, su media naranja.  Cuando lo descubrí me emocionaba hacerlo, me sentía como cupido que unía a dos personas que morirían felices.
Después del tiempo me era agotador tener que tolerar a la gente que me llamaba solo para  saberlo, es decir, no era una persona común para ellos. Ni siquiera existía.

Me hice a un lado, la gente solo era fija en sus gustos y placeres que me cansé y no quería meterme más. Dejé de decir que podía ver los Hilos del Destino.

Aquella historia la escuché en clase de Literatura, una historia que recrea a un hombre en busca de la mujer de su vida por medio del hilo rojo.
Aquél que todos tenemos justo en el dedo meñique, donde se encuentran los latidos del corazón.

No me tomo por sorpresa escucharla, pues era yo  como parte de esa historia. Los demás la escuchaban con asombro preguntándose por aquel hilo, yo lo podía ver perfectamente.

Desde infante, miraba un lacito que conectaba a una distancia incalculable. Todas con destinos diferentes, siempre le hablé de esto a mi madre pero ella me tacho como una loca. Escuché esta misma historia a los 8 años. Fue ahí donde comprendía mi visión de poder hacerlo.

La única persona que creía en mis palabras terminó hyendose a otro mundo.

Al principio me agradaba verlo, incluso desde niña la miraba en mis padres, pero... No estaban conectados. Me causó intriga, aunque nunca lo mencioné. Por un momento quise creer que esta vez mi visión me fallaba y que estaba equivocada.

De alguna manera a otra lo llevó a ser verdad. Ellos se distanciaron cada uno por su parte dejándome indefensa y sintiendo cierta culpabilidad por no poder haber hecho nada. Eso fue hasta que leí aquello, "Aunque el hilo esté entre enredos y nudos, nunca se podrá romper"...

Salía por la calle mirando los Hilos si quería, muchas veces los seguía por curiosidad topandome incluso con dos polos opuestos que se unían gracias a ese hilo. La mayoría siempre equivocados de persona. Un día fácilmente decidí comentarlo con una profesora. Era joven y bonita, siempre salía con un joven de su aparente edad que, según ella, lo tenía todo. Le dije que no tenían el hilo unido, ella solo río incrédula.

Fue así que años después se terminó uniendo con quien yo encontré al otro lado del hilo.

Destino o no, nacimos para estar con alguien. La mayoría elije a esa persona que es incorrecta. Deja de querer sentir queriendo ser solo imágenes con apariencia perfecta. No escuchan los llamados reales de lo que es el amor, y se guían por sus estereotipos.

Me costó aceptarlo, algún día me encontré con Rebecca, una chica joven y popular. Estaba embiciada de querer a alguien que no le trataba bien sin embargo lo toleraba solo por su apariencia. Al otro lado de su trazo caminito del hilo,  Lay. El chico más hogareño y nerd de la clase. Ese era su destino, su persona perfecta.

Le confesé  pero se molesto después de darme un golpe.

Miles y miles de historias amorosas que terminan siendo unidas, en escasas veces,yo... No podía ser capaz de ver el mío. El mío, no existe. Quizá sólo nací para ayudar al resto mientras me quedaba sola... El mío, por más que lo buscaba era inútil.

Entre Hilos del Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora