Era inconfundible el sonido de sus zapatos golpeando contra el suelo de cerámica. Los golpeteos tenían su propia escencia y propio encanto, porque incluso su andar parecía que iba acompañado por un coro de ángeles y sonidos de campanas provenientes desde el cielo.
Kim Wooseok cruzó la puerta de cristal con su café en mano y su habitual destello que parecía seguirlo a todos lados, entonces todos dejaron de hacer lo que hacían para mirarlo sólo a él. A él y a su pantalón cuadriculado color beige, a su blanco suéter de lana con incrustaciones de algo muy brillante en los bordes, al abrigo café que le llegaba hasta por debajo de las rodillas, a su boina francesa del mismo color de su pantalón y a esos bonitos botines negros que brillaban casi con la misma intensidad que del brillo de su misma presencia. Pero incluso todo eso junto no podía compararse con lo bonito de su rostro. Porque Kim Wooseok era una belleza nata incluso sin maquillaje, era casi irreal. Todos lo sabían.
Wooseok camina y todos le siguen con la mirada, hay un evidente espacio entre ellos y él, como si Wooseok abriera las aguas del mar rojo. Nadie dice nada, Wooseok no los mira, y cuando el sonido de sus zapatos desaparece por el pasillo, todos toman aire y comienzan a hablar de él y de lo genial y perfecto que es. En la Universidad Dongah, él es el centro de atención y el tema de cotilleo favorito de las horas libres."¿Cuál fue la ropa que Wooseok usó esta vez?" "¿Viste sus ojos hoy? Aplicó delineador pero se veía tan masculino que casi pierdo mi virginidad al verlo" "Hoy Wooseok parece más de la realeza que cualquier otro día..."
Todos tienen sus propias historias acerca de él que no saben si son ciertas o no, pero todos saben con certeza lo que Wooseok es: Un niño rico que heredará la empresa de papá cuando se gradue.
Porque se dice que él tiene tanto dinero que podría comprar la Universidad completa si quisiera y convertirlos a todos en sus esclavos. Y hay tanta envidia que ni siquiera la disimulan, todos quieren tener algo de él, todos envidian algo suyo.En los pasillos de su edificio Wooseok encuentra a la persona en la que más confía y sonríe. Su gesto es devuelto al instante y los dos se hablan con la mirada.
"¿Desayunaste?"
"Hung~ no. ¿Tú?"
El más alto asiente. Mete su mano dentro del bolsillo de su sueter de algodón y saca una caja de leche de plátano y un sándwich partido a la mitad. A Wooseok le brillan los ojos y acelera el paso hasta llegar a Han Seungwoo.
Seungwoo es el presidente estudiantil, quien siempre es amable con todo el mundo y pareciera que incluso había nacido sonriendo. Por supuesto, sus calificaciones son todas perfectas y es el número uno en toda su carrera, y por si fuera poco, él también heredará el negocio familiar.
Sus padres son los dueños del Hospital Han en el centro de Seúl. Cuando Seungwoo se gradue, tendrá que administrar todo eso por sí mismo. ¿Qué podría costarle a un genio como él encargarse del hospital más grande de Corea? Nada, por supuesto. Todos piensan que nació para eso después de todo. Y él sólo quiere no preocuparse por eso por ahora.Ambos caminan uno al lado del otro entre un silencio cómodo al que ya están acostumbrados. Wooseok se come el sándwich en menos de cinco minutos y se encarga de beber toda la leche antes de entrar al aula, donde Kim Yohan los espera dormido sobre el tercer taburete de la clase. Wooseok y Seungwoo se sientan a su lado, Wooseok a su izquiera y Seungwoo a la izquiera de Wooseok. Los dos lo miran, Wooseok abre su palma y la estampa sobre la cabeza de Yohan para despertarlo. Este salta y mira a ambos lados, entonces sus ojos chocan con los de Wooseok y empieza a quejarse.
- ¡Ahh, ¿tiene que ser lo mismo todos los días?!
- Sólo los días que estés dormido a diez minutos de que la clase empiece. -discute Wooseok. Yohan voltea los ojos.
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Neapolitan
FanfictionEstá bien si tú le gustas a él, pero si te gusta a tí, no puedo hacer nada. El dueño de esta frase tiene el corazón adolorido.