Día 2: Flores

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"SIEMPRE TE ESTARE ESPERANDO"

En una casa acogedora se encontraba una troll arreglándose para su gran día; su cumpleaños, ella se ponía de todo un poco frente a su gran espejo dorado.
Sacaba y metía ropa o sombreros para la llegada de su gran y único amor.

Desde que tenía memoria siempre a amado a ese pequeño troll con dulzura y pacientemente sigue esperando que en algunos años; él le propurciera matrimonio.

Ella solo le quedaba esperar a su amado por cuál príncipe rescatará a su princesa, Snorkmaiden sabe que fantasea mucho, que era demasiado pronto para pensar en el matrimonio e hijos rondando por la casa y ellos felices cuidandolos, pero soñar es gratis, ¿no?.

Sonrió ante el pensamiento, miro la hora, aún faltaban unas tres horas para que el viniera así que  mejor salió a de casa sin contarle a su hermano.

En el transcurso del camino pudo ver a little my recogiendo piedras,  solo se acerco a ella.

—¿Para que son las piedras My?—

—Son para aventarse los a las aves— dice sin mirarla.

—Eso es cruel Little My, por qué no mejor las usas para otra cosa— soltó con esperanzas de que le hiciera caso.

—Hummm, no lo se—

—¿Que tal a arreglar el jardín de Mamá Moomin?—

—humm... No me estarás usando para ver a Moomintroll, verdad— con recelo aprieta más las piedras en su pecho con el ceño fruncido.

—No, no, nada de eso, solo quiero que no lastimes a las aves— se excusó nerviosa.

Little My solo se giro sobre si y comenzó a andar con Snorkmaiden detrás.

Llegando a la casa de los Moomins y la primera que ven a Mamá Moomin cociendo un abrigo.

—Mamá Moomin, ¿podemos arreglar su jardín?— sonríe Snorkmaiden.

—Oh, claro, todo sueño niñas, pero no las maltraten— con su dulce voz de pomada sigue cociendo.

Snorkmaiden y Little My pasaron casi las tres horas arreglando, cultivando y sembrando flores. Moomintroll llega cansado y entra a la casa sin poner atención a su alrededor, lo que provocó que Snorkmaiden se sintiera triste viendo a su amado cansado. Se vio que estaba sucia, se despidió de  Little My y Mamá Moomin para ir corriendo a su hogar.

Tomo un baño de burbujas, salió del baño para secarse y ponerse perfume y su accesorio favorito, su apreciada pulsera de oro que le dió Moomin, se la coloco en su pie y bajo escaleras abajo para esperar en la sala con una vela encendida ya que era algo tarde para su gusto, pero se animó mentalmente que no se rendiría a esperarlo, solo eran unas horas demás, ¿No?...

Pasaron alrededor de dos horas y sin presencia de Moomintroll...

—Se a... Se a olvidado...— pequeñas lágrimas caen sobre sus rojizas y encantadoras mejillas, sus esperanzas se le estaba acabando.

Un pequeño troll venía a toda velocidad con un ramo en mano a la dirrección de la casa de Snorkmaiden. Al llegar se recalca en la puerta para tomar aire, toca la puerta con desespero.
En eso Snorkmaiden sale con lágrimas en sus bellos ojos ya rojizos, ve a Moomintroll y se le abalanza a abrazarle.

Por suerte no se calleron y entraron a casa de Snorkmaiden, la consoló con besos y mimos para demostrar lo arrepentido que estaba.

Al final, siempre esperaría a su único amor, aún si hace falta esperarlo por toda una eternidad, no lo dudaría.

558 palabras!.

31 días en el Valley Moomin [#Moominfictober]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora